ENTREVISTA A ARTUR MAS PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN DE CONVERGÈNCIA I UNIÓ

 

Artur Mas:«CiU no aplicará la autodeterminación porque el futuro de Cataluña se enmarca en España»

 

MARÍA JESÚS CAÑIZARES  en  “ABC” del 06/12/04

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado la entrevista que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 El formateado es mío (L. B.-B.)

 

—¿Cómo definiría la federación que ahora preside?

—Como una fuerza política nacionalista, cien por cien catalanista, que tiene como principal prioridad Cataluña y su gente, con voluntad de implicación en el Estado español y en la UE. Aglutinadora de sensibilidades diversas, unidas todas ellas bajo la voluntad de servir a Cataluña y de mejorar su autogobierno. Convencida de la primacía de la persona sobre los poderes públicos.

—Que Jordi Pujol tenga un papel de árbitro ¿significa que la federación no está todavía cohesionada?

—Pujol no tiene un papel de árbitro. Lo que hay es la voluntad de que los órganos que son mixtos funcionen por consenso. En la federación no se ha votado nunca y por tanto la voluntad no es que haya un árbitro, sino el consenso como norma básica de funcionamiento. Es verdad que CDC, en el órgano máximo de la federación tiene un miembro más que UDC, pero eso no debe ser obstáculo para ese consenso entre ambas fuerzas políticas. Nuestro objetivo es actuar como una sola fuerza política.

—Si CiU no hubiera estado en la oposición ¿Se habría discutido la fusión entre CDC y UDC?

—El resultado hubiera sido el mismo. Es cierto que yo he dicho en alguna ocasión que si fuera presidente de la Generalitat, no habría optado a ser secretario general de CDC. Sí habría optado a ser presidente de CiU. Creo que la labor de presidente del gobierno catalán y de responsable ejecutivo de un partido es bastante incompatible.

—¿Se han hecho demasiadas concesiones a UDC? Se ha dicho que la designación de Xavier Trias como secretario general adjunto es una imposición de Josep Duran Lleida.

—No es verdad. La elección de Trias ha sido una apuesta común dentro de los nombres posibles, que había más de uno. La finalidad de esta elección, más allá de la política, es ir a por todas en el Ayuntamiento de Barcelona. En Barcelona hace 25 años que gobiernan los mismos. Creo que sería bueno comenzar a romper el actual monopolio socialista en Barcelona. No tanto por la ocupación del poder, sino para poder incorporar Barcelona en nuestro proyecto nacional de Cataluña.

—¿El adversario es PSC o ERC?

—Como somos un partido que aglutina distintas sensibilidades, tenemos fronteras con casi todo el mundo. Pretendemos recuperar una parte significativa del voto que fue a ERC. No aspiramos a ganar todo su electorado porque en Cataluña debe haber un partido como ERC. Aspiramos a ganar una parte del voto socialista, sobre todo aquél de sentimiento catalanista, que también hay aunque no sea mayoritario. Y finalmente, aspiramos a ganar terreno en un ámbito más reducido que representa el PP. Hay una frontera con gente de centroderecha, de carácter catalanista y abierto, que vería con buenos ojos un proyecto ambicioso como el de CiU. Esta gente de centroderecha, la única opción que tiene para evitar que Cataluña tenga un gobierno de socialistas, comunistas y republicanos es CiU, porque PP nunca ganará nada significativo en Cataluña.

—Un adelanto electoral ¿beneficiaría a CiU?

—No tendría sentido hablar de un adelanto electoral si estamos caminando hacia la consecución de un nuevo Estatuto para Cataluña. No tiene sentido trabajar juntos en este sentido y al mismo tiempo pensar en adelantar las elecciones. Nosotros no lo pedimos, aunque pensamos que habrá una debacle en el gobierno tripartito.

—Lo que ha ocurrido con la selección catalana de hockey ¿augura lo que ocurrirá con el Estatut?

—Se debe recordar que José Luis Rodríguez Zapatero tiene un compromiso solemne que ha repetido en varias ocasiones: que el PSOE asumirá el Estatuto que salga de Cataluña. Lo que yo tengo que pensar ahora es que esto será así y exigirlo. No dejaremos que el señor Zapatero se aparte fácilmente de su compromiso. Que no piense que le llegará sobre la mesa un Estatuto que será poca cosa. Será un Estatuto con el nivel al que aspira CiU para los próximos 25 o 30 años.

—¿Votaría un Estatuto sin autodeterminación pero con un buen sistema de financiación?

—En este momento no debemos renunciar a nada.
El principio de autodeterminación lo tendremos, esté o no en el Estatuto. Es un derecho reconocido de las naciones del mundo, por lo que este principio debe estar vivo. Sin renunciar a este principio, CiU ha dejado claro que no piensa ejercerlo porque pensamos que el futuro del autogobierno de Cataluña estará enmarcado dentro del Estado español. Siempre lo hemos pensado. Sobre todo si el Estado evoluciona de una manera que permita a Cataluña cumplir con sus aspiraciones como país. Cuando al final del proceso de elaboración del Estatuto veamos qué temas quedan pendientes de negociación, valoraremos hasta qué punto se debe mantener este derecho o no. Sí que hemos dicho que para nosotros, el abc del Estatuto es la financiación, un sistema definitivamente justo para Cataluña.

—El principal problema de Maragall es ERC o el PSOE.

—El principal problema de Maragall es Maragall. Todo lo que hicieron los socialistas hace un año fue para salvar al señor Maragall, que era un perdedor de las elecciones. Por eso se hicieron los pactos necesarios para hacer sobrevivir a Maragall. Un pacto que, en el caso de los socialistas, es poco natural, como se está viendo. Por parte de ERC, se equivocaron de aliado porque la única voluntad que tenían era enviar a CiU a la oposición, pensando sólo en su partido y en su crecimiento electoral. Ahora van cogidos del brazo, pero están pagando el precio de haber hecho un pacto no natural.

—¿Cree que la política está demasiado centrada en el debate identitario y olvida el aspecto sociales?

—Ambas cosas deben estar presentes en la vida política catalana. Nación y progreso son las mismas caras de una misma moneda. No se puede defender una nación si al mismo tiempo no se defiende el progreso de la gente. No hay ningún pueblo o nación del mundo que renuncie a ser lo que es. Y algunas veces, se le pide a Cataluña que se olvide de las cosas que la definen como tal y eso no se le pide a nadie más. Los medios de comunicación ponen el acento en lo que es el fragor de la batalla, en lugar de cuestiones como la compatibilidad del SOVI con las pensiones de viudedad. Hemos defendido que el Estado invierta en Cataluña como mínimo lo mismo que el último Gobierno del PP, un 17'5%, mientras que Zapatero lo ha rebajado al 15,5%.

—Otro asunto mediático es la Constitución europea. Las negociaciones del Gobierno ¿acercan o alejan a CDC del «sí» en el referéndum?

—Si el Gobierno cumple lo que ha dicho que hará, nos acerca al «sí». Desde Convergència hemos dicho que no estábamos por el «no» a secas ni por el «no» aséptico, sino que estaba condicionado a un reconocimiento suficiente de Cataluña en la UE.