IZQUIERDA NO NACIONALISTA
Editorial de “ABC” del 28.11.05
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
La
deriva nacionalista del socialismo español resulta difícil de justificar desde
el punto de vista de los postulados ideológicos de la izquierda. En el caso
concreto de Cataluña, supone además una incongruencia con el modo de pensar y de
sentir de una parte muy sustancial de sus afiliados y votantes. Secuestrado por
una elite de condición burguesa y catalanista, el PSC ha perdido sus señas de
identidad a cambio de alcanzar un precario poder autonómico, con la exigencia de
ponerse a la cabeza de una operación que conduce a la quiebra del modelo
constitucional vigente. No es extraño, por ello, que surjan voces discrepantes
para reclamar el retorno a los orígenes, que se identifican en este caso con la
izquierda que asume como propia la conjugación de los principios de unidad y
autonomía y el doble sentimiento natural de pertenencia. Las corrientes Ágora y
Socialistas en Positivo, de cuyos planteamientos informa hoy ABC, conectan con
un importante sector de ese electorado que se siente tan español como catalán y
que desea además ver reforzadas las políticas propias de un partido de
izquierdas frente a las formaciones nacionalistas de corte ideológico
conservador. Si se suman estos enfoques al anuncio de un nuevo partido político
promovido por la plataforma «Ciutadans de Catalunya», en el que participan
destacados intelectuales y escritores, es fácil percibir que algo se mueve en
aquella comunidad autónoma, tal vez porque mucha gente considera asfixiadas sus
libertades individuales ante la hegemonía de los nacionalistas de todos los
partidos.
El discurso de apariencia progresista que proclama Zapatero choca contra la
evidencia de su acercamiento -algo más que coyuntural- hacia formas anticuadas
de hacer política que traen causa de algunos tópicos marchitos. Es incongruente
rasgarse las vestiduras ante un supuesto «nacionalismo español», al tiempo que
se busca sin disimulo un acercamiento hacia los nacionalismos periféricos. Es
importante seguir la pista a estos movimientos de la izquierda catalana no
nacionalista, que pueden suponer un obstáculo no menor en los planes de Maragall
y sus socios para llevar adelante su inaceptable proyecto de Estatuto.