HUÉRFANOS INSOMNES
Artículo de XAVIER BRU DE SALA en “La Vanguardia” del 23/11/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Todas las expresiones y campañas son legítimas, mientras discurran por los
cauces democráticos, pero no todas las posiciones y sensibilidades gozan de
expresión política. Por ejemplo, ¿cuál es el partido de los nacionalistas
neoconservadores y butigiolinstas,que en estos días congresuan? No tienen
ninguno a mano, por lo que deberán escoger entre el PP y CiU, a disgusto en
ambos casos, o bien optar por la orfandad política, o sea la intemperie del
francotirachinador.Todos los sistemas de partidos tienden a simplificar el
número de contendientes en las luchas electorales, hasta el mínimo de dos. Pero
ni con los seis catalanes basta para satisfacer las demandas potenciales del
electorado. Al contrario, se observa un crecimiento del número de huérfanos. Los
antinacionalistas de izquierdas, innumerables en el mundo de la opinión, están
engrosando la legión compuesta e informe de los desamparados. Confiaban en que,
en llegando al poder, el PSC les hiciera caso y se han encontrado con lo
contrario. En vez pinchar el globo nacionalista, se dedica a incluir el deber de
conocer el catalán en el Estatut de Miravet. Mayor orfandad, imposible. Es
comprensible que sus llantos, quejidos lamentos y maldiciones compongan una
musiquilla de fondo en el debate catalán.
Los anticatalanistas de izquierdas se otorgaron una representatividad que ha
quedado peor que en entredicho. Según ellos, su radiografía de Catalunya,
opuesta a la del catalanismo, era la real, y su discurso la avanzadilla de lo
que la lógica de la historia impondría una vez desapareciera la anomalía
temporal del pujolismo. Se creían, no en el centro de la corriente sino la
corriente en sí, y se ven ahora, no ya empantanados en las marismas sino en un
lecho seco del desierto por el cual, quién sabe si un día, en el pleistoceno,
pasó una gota de agua. En democracia, la última palabra corresponde a las urnas,
a eso su tan cacareado cosmopolitismo les obliga a creer. Pues bien, las urnas
siguen donde no debieran.
La pregunta que todavía no se hacen, o a la que no osan responder, es la
siguiente: "¿Qué debería ocurrir para que nuestros postulados fueran
hegemónicos, Catalunya abandonara el error y se encaminara hacia la senda que
señalamos?" A esas alturas, les supongo enterados de que mientras mande Montilla
en el PSC, ya sea desde Madrid o desde Barcelona, el neolerrouxismo estará en
posición residual. Pero bueno, supongamos que aún puedan confiar en que los
capitanes -alejados del poder de la Generalitat en lo que, ami juicio, es el
mayor error del tripartito- se sientan de golpe representados por una
intelectualidad que nunca han siquiera conocido y encabecen una rebelión de
corte españolista en el seno del PSC. Supongamos también, puestos a delirar, que
se hacen con el poder sin la menor escisión, sin perder un voto, y muy
dispuestos "pinchar el globo nacionalista". ¿Con quién habrían de gobernar
Catalunya entonces, en este supuesto vasquizante?No con Esquerra. No con
CiU. Tampoco con IC. Sólo queda el PP. ¿Comprenden ahora el alcance de su
orfandad? Entre sus sueños de insomne y la realidad, las posibilidades de la
realidad, media un abismo tan grande que más les valdría despertar y volverse
insomnes.
En conclusión, se puede ser anticatalanista de izquierdas, o bien nacionalista
de extrema derecha, y hasta cosas más raras, pero ni lo uno ni lo otro tienen
cabida en el sistema político catalán. Ni van a tenerla en las próximas
legislaturas. No hay engarce posible entre sus postulados y las decisiones del
Parlament. Ni siquiera para una voz en las deliberaciones. A no ser que la
exprese el PP. Tal vez eso es lo que deberían explicar en Madrid, en vez de
seguir presentándose como abanderados de la supuesta Catalunya real, que según
se desprende de su discurso no sólo es posible sino ineludible. Les publican por
caridad y compañerismo, porque aún no se han dado cuenta de cómo el babelismo
cotiza a la baja en Madrid.