SEGUNDO MANIFIESTO DE CIUTADANS DE CATALUNYA
Cataluña se ha vuelto inhóspita para quienes no son nacionalistas. El
proyecto de construcción nacional, en el que participan todas las formaciones
salvo el PP, está dejando al margen, sin representación política, a una parte
importante de la población. Muchos ciudadanos están cansados de prestar su voto
a unos partidos que dicen no ser nacionalistas, pero que se suman con entusiasmo
a la tarea de “construir una nación” con tal de llegar al poder.
Esta situación debe terminar. Hay que poner fin al monopolio
nacionalista del espacio público, al afán de intervenir en todos los órdenes de
la vida ciudadana, a la obligación de abrazar el credo catalanista para poder
hacer política sin ser agredido, insultado y calumniado, al encubrimiento
sistemático de la corrupción bajo el velo del patriotismo. Y no puede ni debe
proseguir el control ideológico del nacionalismo sobre los
medios de comunicación. La Generalitat y las demás instituciones autonómicas han
de estar al servicio de toda la ciudadanía, no de una parte, y mucho menos de
una minoría fanatizada.
En junio del año pasado hicimos público un manifiesto en el que
considerábamos la necesidad de un nuevo partido político. Aquel primer
manifiesto fue firmado por miles de personas y ha sido presentado a lo largo de
los últimos meses en distintas localidades catalanas. En estos actos públicos
queríamos pulsar la opinión de la ciudadanía y comprobar si nuestro
diagnóstico era compartido por otras personas. Concluida la primera serie de
asambleas divulgativas, estamos convencidos de que un amplio sector de la
ciudadanía coincide con nosotros en reclamar la creación de un partido que dé
voz a quienes no se sienten representados.
La tarea prioritaria hoy, en Cataluña, es la de sumar fuerzas para luchar por
una sociedad libre de las ideologías románticas y del colectivismo reaccionario.
Una sociedad posnacionalista. Queremos un partido de nuevo tipo en el que puedan
coexistir personas de distintas tendencias políticas que coincidan en que la
diversidad, el respeto a las minorías y el derecho a
discrepar son requisitos imprescindibles para enfrentarse sin prejuicios a los
inciertos problemas de nuestro tiempo.
Alentados por los apoyos de todo tipo que hemos ido recibiendo, hoy
anunciamos el proceso constituyente que concluirá con la fundación de un partido
político abierto a todos aquellos que desde posturas democráticas no comulguen
con la ideología nacionalista.
Como promotores de este proceso, los fundadores de Ciutadans de Catalunya
ofrecemos a la consideración de quienes participen en su desarrollo algunos
conceptos que deberían orientar el programa del partido, su estrategia y su modo
de actuar, dando por sentado que serán los órganos
de decisión surgidos del propio proceso constituyente los que tendrán la última
palabra:
-Ciudadanía. Los territorios carecen de
derechos. Sólo tienen derechos las personas. Los sentimientos de identidad, como
los sentimientos religiosos o la orientación sexual, son dignos de respeto, pero
rechazamos que se pretenda imponer proyectos políticos basados en ellos. Del
mismo modo
que estamos en contra de la discriminación racial, sexual o religiosa, lo
estamos también de toda discriminación por razones de identidad. Debemos tener
presente que si España es plural, Cataluña también lo es. El nuevo partido
basará, por tanto, su discurso en el concepto de ciudadanía y denunciará el
carácter antidemocrático de las ideologías identitarias.
-Libertad e igualdad. Será un partido que
promoverá el espíritu crítico y el debate racional, haciendo suyos los
principios heredados de la Ilustración. Defenderá la igualdad ante la ley y los
derechos que caracterizan a las sociedades realmente democráticas, incluido el
de recibir la protección del Estado para asegurar una Sanidad digna, un sistema
de
pensiones que asegure el bienestar en todas las etapas de la vida y un sistema
educativo de calidad. Asimismo, el partido defenderá que el Estado promueva la
igualdad de oportunidades de forma que ni el origen étnico, ni el idioma, ni el
sexo, ni la posición económica de la familia, determine
privilegios.
-Laicismo. Es esencial la neutralidad de la
Administración en asuntos religiosos e identitarios. El nacionalismo romántico
no debe imponerse en el espacio público. Nuestro partido se opondrá a la
manipulación ideológica de los jóvenes y defenderá un sistema educativo libre de
contaminaciones
nacionalistas e imposiciones comisariales.
-Bilingüismo. El nuevo partido hará todo lo
posible para elevar a oficial lo que ya es normal en la calle. Defenderá el
bilingüismo en la Administración, en los medios de comunicación públicos, en la
enseñanza y en todas las instituciones públicas catalanas. Dado que en Cataluña
hay dos
lenguas oficiales, promoverá una reforma educativa para que tanto el catalán
como el castellano sean lenguas vehiculares y para que la primera educación se
ofrezca en la lengua que decidan los padres. Exigirá el cierre inmediato de las
Oficinas de Garantías Lingüísticas y se opondrá a cualquier tipo de
discriminación por motivos de lengua. También promoverá el conocimiento del
catalán entre los funcionarios, pero no hará de ello una condición necesaria
para su acceso a la función pública.
-Constitución. El nuevo partido defenderá la
Constitución Española. Asumirá, por tanto, uno de sus principios básicos: la
soberanía reside en el conjunto de la ciudadanía española, no en cada una de las
Comunidades Autónomas. Propondrá racionalizar el sistema autonómico, cerrar el
capítulo de transferencias conservando un gobierno central con los instrumentos
necesarios para defender el bien común, y convertir al Senado en cámara
territorial.
Por último, convocamos a todos aquellos que simpaticen con este proyecto y
crean necesario un cambio en profundidad de la política catalana a un Acto
Público que se celebrará en el Teatro Tívoli de Barcelona el sábado 4 de marzo a
partir de las 12 del mediodía.
CIUTADANS DE CATALUNYA
Barcelona, 1 de marzo de 2006