SITGES: DIALÉCTICA DE INSULTOS Y GARROTES
Artículo de Lazaro Covadlo en “El Mundo” del 28.04.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el
artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El fascismo ya no es una ideología sino una manera de ejercer cualquier
ideología. Una característica notoria en la metodología de la argumentación
fascista es la carencia de argumentos. Si analizamos cualquier discurso
fascista, venga camuflado de izquierda, derecha, u otra lateralidad política,
encontraremos que el raquitismo argumental se compensa con generosas dosis de
adjetivación insultante y descalificación del contrario. Con frecuencia, estos
regalitos se acompañan con amenazas. Contrariamente, si el sectario ha de
referirse a quien supone de su bando, todo son loas y peloteo abundante. Albert
Boadella, por presentar un ejemplo, ha sido objeto de tales devaneos. En las
postrimerías del franquismo Boadella puso en escena La torna, una obra que
ridiculizaba al régimen y denunciaba su índole criminal. De resultas fue
encarcelado y a los pocos días protagonizó una espectacular fuga que lo hizo
merecedor de los elogios y la admiración de muchos de quienes ahora lo
denuestan. Por aquellos días éstos consideraban a Boadella un valiente y heroico
luchador por la libertad. Ahora que Boadella se opone al ultranacionalismo que
detenta el poder, dejó de ser valiente, heroico y libertario, para convertirse
en bufón. Aunque la verdad es que el calificativo no implica deshonra alguna,
pues de eso iba nada menos que Charles Chaplin, y cierto es que cuando el
adjetivo se utiliza con intención insultante daña más a quien lo profiere que al
destinatario.
En Sitges, preciosa localidad de la costa catalana, existe un periódico con mucha solera: El eco de Sitges; en sus páginas un tal Sergi Sol i Bros ataca a Boadella y a la asociación Ciutadans de Catalunya, tildándolos de bufones amen de «colla d' ultraespanyolistes», reaccionarios, mentirosos, hijos de buena familia y propagadores de infamias. Como podrá verse, una argumentación exhaustivamente fundamentada. Según Sergi Sol, es mentira que se persiga el castellano en Cataluña. Claro, como si no existiesen las oficinas de normalización lingüística.
Para adornar la tarta, Sol i Bros sostiene que al escuchar estas infamias lo mínimo que puede experimentarse es rabia, lo cual haría sentir la tentación de «cocerlos a garrotazos», pues sus maldades son «intolerables». En todo caso, no vendría mal una sonora bofetada (claro, son bufones), como opción altamente recomendable (Sergi Sol dixit), así los de Ciutadans de Catalunya sabrían que el ruido mediático que provocan puede tener un costo. En fin, una nueva versión de la dialéctica de los puños y las pistolas, como postulaba José Antonio Primo de Rivera.
Colofón: yo, que no comulgo con ningún sentimiento de patria, ya sea española, catalana o argentina, llegué a estas tierras en las que agonizaba un fascismo huyendo de otro fascismo. Ahora tengo la impresión de que la pesadilla va a recomenzar. No sé si el señor Sergi Sol i Bros vendrá a por mí con un garrote.Como quiera que sea, este bufón ya vivió bastantes años (¿alguna vez son bastantes?)