EL CATALANISMO CONTRA CATALUÑA
Artículo de Mauricio Electorat en “El Mercurio” de Chile del 11-11-07.
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El nacionalismo, en general, es
una prueba de las limitaciones del ser humano, pero el nacionalismo catalán es
un fango que está acabando a pasos agigantados con la cultura catalana y, en
especial, con el cosmopolitismo y la diversidad que tradicionalmente han
identificado a Barcelona.
Por primera vez, este año el invitado de honor de la Feria del Libro de
Frankfurt no fue un país, sino una cultura, como es el caso de la catalana. El
catalán se habla en Cataluña y, con las variantes dialectales del caso, en los
Países Valencianos, las Baleares y, con menos vigor, en el sur de Francia y en
parte de la isla de Cerdeña. Sin olvidar a Andorra, el único Estado de lengua
oficial catalana (y francesa). La invitación de la Feria de Frankfurt fue
organizada por el Institut Ramon Llull, organismo a cargo de la difusión
cultural, dependiente de la Generalitat de Catalunya, el gobierno autónomo
catalán. El hecho, grave, fue que los organizadores catalanes consideraron desde
un primer momento que invitar a la cultura catalana equivalía invitar sólo al
catalán. El director del Institut Ramon Llull dijo nada más conocerse la
invitación de Frankfurt: "La protagonista tiene que ser la cultura catalana,
escrita en catalán". Con ello, los escritores catalanes que escriben en español
quedaron automáticamente marginados de la fiesta. Estamos hablando de autores de
la talla de Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Juan y Luis Goytisolo, pilares de la
literatura española; de Félix de Azúa, Javier Cercas, Enrique Vila-Matas, Carlos
Ruiz Zafón, entre muchos otros. El director de la Feria de Frankfurt lamentó la
ausencia de escritores catalanes de lengua española, aduciendo que eso mermaba
la diversidad de la cultura catalana. Algún político retrucó que Jürgen Boos se
lamentaba porque los escritores catalanohablantes no vendían lo mismo que los de
lengua española.
"En catalá, si us plau" (en catalán, por favor) era el slogan con que el
gobierno de la Generalitat inició, con la vuelta de la democracia a España, la
llamada "normalización lingüística", una campaña cuyo objetivo era la
recuperación del uso de la lengua catalana, reprimido por Franco, pero que
rápidamente derivó en una política sistemática de segregación lingüística. Una
política aplicada por gobiernos de derecha e izquierda que consiste, por
ejemplo, en considerar al castellano "primera lengua extranjera" en los colegios
de Cataluña, con la consiguiente merma de las capacidades lingüísticas de los
chicos catalanes, que hablan y escriben un castellano cada vez más macarrónico.
Y es que el papel que el nacionalismo catalán se ha autoasignado ante la
Historia es ser los únicos e indiscutibles representantes de "lo catalán". Como
toda cultura nacionalista, la del catalanismo es cerrada en sí misma, hostil al
mundo, autoritaria. Los nacionalistas han declarado la guerra a España sobre la
base de frases hechas: "Som una nació", "Catalunya is not Spain" son eslóganes
que se escuchan en todas las manifestaciones, incluida la que los nacionalistas
prepararon el día de la inauguración de la Feria de Frankfurt (aunque España
financie buena parte de los 16 millones de euros que se gastó la Generalitat en
dicha feria). El problema, como apuntó el escritor Quim Monzó en el discurso de
apertura en Frankfurt, es que la cultura catalana es muy diversa. Monzó agregó
que era una cultura sin Estado, tirando directamente al basurero de la
geopolítica a Andorra, un reflejo muy de catalán de Catalunya. Otra cosa que no
subrayó Monzó es que la cultura catalana, la de Tarragona, la de Lérida y muy en
especial la de Barcelona, es y ha sido siempre una cultura bilingüe: se declina
por igual en catalán y en castellano. El bilingüismo en Cataluña no es un
fenómeno reciente, ni mucho menos el resultado de la imposición del castellano
como lengua única durante el franquismo. A comienzos del siglo XVI, la
introducción de la métrica italiana en la poesía castellana fue obra del catalán
Juan Boscán, con Garcilaso de la Vega. El propio Raimon Llull, que los
catalanistas enarbolan hoy como símbolo, fue un filósofo medieval que hablaba
doce lenguas, escribió en catalán, él mismo se traducía al árabe y al latín, y
su postulado era que las lenguas nunca eran barreras, sino ocasión de encuentro.
Pero, lamentablemente, hace mucho rato que nacionalismo dejó de rimar con
humanismo en Cataluña. El nacionalismo, en general, es una prueba de las
limitaciones del ser humano, "el amor cerril a unos íconos", pero el
nacionalismo catalán es un fango que está acabando a pasos agigantados con la
cultura catalana y, en especial, con el cosmopolitismo y la diversidad que
tradicionalmente han identificado a Barcelona. Están muy lejos los tiempos en
que escritores de la talla de Vargas Llosa, García Márquez o Donoso elegían a
Barcelona porque era española y europea y tenía una riqueza cultural que era
impensable encontrar en Madrid. Hoy es Madrid, sin lugar a dudas, la ciudad más
cosmopolita, abierta y culturalmente diversa de España. Es mérito de los
madrileños, desde luego. Pero la decadencia cultural de Barcelona es producto de
tres décadas de demagogia nacionalista, de gobiernos que han aplicado políticas
de segregación lingüística que se parecen mucho a los métodos de la dictadura
franquista. Tras las justificaciones históricas, las políticas culturales
impulsadas por el catalanismo rezuman el fascismo ordinario de las víctimas
transformadas en verdugos. Léanse, si no, las declaraciones de los políticos
catalanes justificando la ausencia de escritores de lengua española en
Frankfurt. La diputada Carme Vidal declaró: "Sólo hay una cultura catalana, y la
lengua de esa cultura es el catalán". Y nada menos que el vicepresidente del
gobierno autónomo, Josep Carod i Rovira, agregó que en Cataluña los escritores
de lengua española contaban lo mismo que los escritores de lengua turca en
Alemania. ¿En qué se diferencian estas afirmaciones del "Una, Grande y Libre" de
Franco?