UNA MIRADA JURÍDICA AL ESTATUT
Artículo de Lluís Foix en “La Vanguardia” del 25/05/2006
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El notario Josep Maria Puig Salellas me ha hecho llegar la conferencia que
pronunció hace unos días en el Institut d’Estudis Catalans sobre el
reconocimiento de los derechos históricos contenido en el proyecto de Estatut de
Autonomia que se someterá a referéndum el próximo día 18.
Puig Salellas, desde su magisterio y su madurez intelectual, cree que un día
Catalunya será independiente. En su último libro, 'La última cruïlla', Puig
Salellas hacía un análisis histórico de las relaciones entre Catalunya y España
y dejaba claro que no quedarán muchas más oportunidades para conseguirlo. En su
conferencia hace un análisis crítico sobre el proyecto de Estatut desde un punto
de vista jurídico.
Resalta que el texto es excesivamente largo y que hay muchas materias en el
articulado que no deberían ser reguladas por el Estatut, que no es otra cosa que
un pacto entre Catalunya y España y que aquellas cuestiones que puedan depender
del Parlamento y el Gobierno de Catalunya no tienen por qué ser reguladas por el
Estatut.
Puig Salellas analiza con frialdad jurídica el texto. Y no le gusta. Simplemente
expone sus reparos y dice que no ha conseguido los objetivos fundamentales que
convienen a Catalunya y que España podía haberlos tenido en cuenta si se
hubieran planteado con más claridad y sencillez.
No recomienda el 'sí' o el 'no'. Simplemente se ciñe a exponer tres
consideraciones que son interesantes.
1.- El proyecto de Estatut representa un paso hacia delante y, por lo tanto, un
nuevo hito, un hito importante, en aquel proceso de recuperación institucional
con un notable incremento competencial y también un progreso en que hace
referencia a la financiación autonómica.
2.- Pero es evidente que al no conseguir una Agencia Tributaria única,
gestionada por la Generalitat, se queda lejos del sistema propuesto por el
Parlamento que, en cierto modo, era un paso en la dirección al concierto
económico.
3.- Con todas sus deficiencias, el proyecto abre una vía importante para la
superación dentro de diez, quince, veinte años, de estas deficiencias que van
ligadas necesariamente con los derechos históricos.
No es lo que esperábamos pero es más de lo que tenemos. Renunciar a esta mejora
sería cerrar las puertas durante un tiempo largo a nuevas mejoras para las
instituciones catalanas.
Es una pena que Puig Salellas no hubieran participado en la redacción del
Estatut. Habría sido más breve, se habrían tenido más en cuenta los derechos
históricos y jurídicos y las expectativas creadas aquel 30 de septiembre de 2005
no habrían quedado truncadas por el texto rebajado y afeitado que nos han
devuelto.