ENREDO A LA CATALANA
Artículo de Marcello en “La Estrella Digital” del 08.02.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Sale Bono y le dice a Maragall que ya está bien de crear problemas. Aparece Nadal y le dice a Bono que se meta en sus asuntos. Días atrás habla Pepiño y le dice a Maragall que en el Gobierno de Madrid manda Zapatero. Porque anteriormente Maragall le había dicho a Zapatero en Barcelona que sus pactos con CiU no tenían por qué condicionar la vida del Gobierno tripartito.
El enredo catalán está servido y es producto de las trampas, las reuniones secretas, los Estatutos fuera de la ley y de la Constitución, los dineros bajo cuerda para los presupuestos y el control lingüístico, los regalos de radio y de televisión; en suma, la tarta del poder del festín catalán, que se la iban a comer mano a mano Carod y Maragall y sobre la que ha saltado en última instancia Mas, casado también en la clandestinidad con Zapatero en segundas nupcias, una vez que el de León ha repudiado a su primera esposa, Maragall.
El asunto viene de lejos. Llegó Maragall al poder y nombró a Carod su primer ministro. Y Carod se fue a Perpiñán a hablar con Josu Ternera para que ETA no matara catalanes, lo que provocó el enfado de Maragall y el cese de Carod. A partir de ahí Carod empezó con amenazas a Maragall, le dijo que si no se portaba bien pactaba otro Gobierno con Mas y a Zapatero le dijo que si no, los presupuestos.
En estas estaban cuando se organiza en Macao un campeonato internacional de hockey sobre patines y aparece Maragall patinando sobre la pista, luego entra Carod y finalmente Artur Mas, para pedir todos ellos juntos y a palo limpio con los bastones del deporte nacionalista catalán la admisión de Cataluña en la Federación Internacional. Zapatero dijo que no y acto seguido Carod pidió boicot para la Olimpiada de Madrid y los madrileños, en respuesta, pidieron el boicot del cava y La Caixa y se abrió así la guerra comercial.
Después del viaje a Macao apareció otro viaje a Jerusalén y allí Carod se puso la corona de espinas y Maragall hizo de fotógrafo de semejante escenificación, que si en vez de corona de espinas es un burka lo que se pone Carod, pues ya tenemos encima la III Guerra Mundial.
Cuando estábamos en esto, o puede incluso que un poco antes del viaje a Tierra Santa, y con motivo del hundimiento del túnel del Carmelo, a Maragall no se le ocurre otra cosa que acusar a Mas de la corrupción del 3 por ciento. Y a la vista de semejante envite los de CiU dicen que rompen el Estatuto y es entonces Carod el que aparece por medio en el papel de hombre bueno de Cristo al buen samaritano, pidiendo la pacificación entre Mas y Maragall.
Y con estos espectáculos, viajes, amenazas, carreras y tropelías se ponen todos a redactar como posesos soberanistas el nuevo Estatuto catalán empezando por lo de la nación. Y Zapatero, que es un falto, les da ánimos, los jalea, les dice que apoyará en Madrid, como ya les había dicho antes en el 2003, lo que aprobaran en Cataluña, y para darles más señas les anuncia que lo del término nación es discutido y discutible. Y entonces los autores y escribanos del Estatuto se dan un atracón de soberanismo y redactan una Constitución catalana llena de reglamentos y prebendas a la que sólo le falta la declaración de la independencia nacional. No sin antes vivir un tira y afloja de gran intensidad entre Mas y Carod por causa del sistema de financiación. En vista de lo cual Zapatero llama en secreto a Mas a Madrid y le dice eso de “ahora o nunca”, y Mas regresa a Barcelona más contento que unas pascuas. Y todos al fin aprueban el Estatuto, arrinconando el Estatuto y cantando Els Segadors.
Comienza el segundo acto. Llega el Estatuto a Madrid con Manuela de Madre cantando fandangos al ritmo de sardanas y entonces descubre en el PSOE y en la Moncloa que lo que han aprobado en Barcelona es una bomba de neutrones de esas que matan a la gente sin romper los edificios. Y el falto de la Moncloa se queda aterrorizado ante la sublevacion de los barones del partido y el estupor nacionalista que empieza a hundir a Zapatero en las encuestas. ¿Qué hacer? Los padres de PSOE y sus aliados mediáticos y financieros buscan una solución ante un Zapatero desconcertado porque ha sido él el que ha jaleado el Estatuto y el que en definitiva lo ha traído a Madrid.
Y por segunda vez llaman en secreto a Mas a la Moncloa y acuerda una corección del Estatuto que, aun siendo insuficiente, les sirve al Gobierno para intentar engañar a su partido y a los españoles diciendo que ya es constitucional. Y además le prometen a Mas que le van a regalar el Gobierno de Cataluña porque están hasta el gorro de Carod y Maragall, a los que acusan en Madrid de ser los autores de la bomba de neutrones, que en realidad han fabricado estos dos con la ayuda de Zapatero. Y cuando Mas y Carod descubren el pastel del cambio de parejas y del noviazgo recién estrenado de Zapatero y Mas, los de la Esquerra dicen que no quieren Estatuto y vuelta a empezar, y Maragall se enfada porque se ha enterado de que el ministro Sevilla ha dicho que en cuanto se apruebe el Estatuto al líder del PSC lo van a echar de la Generalitat.
Y así hemos llegado al momento actual, que nadie, ni el mejor guionista del mundo, es capaz de reflejar para una comedia de esas de la televisón que se llaman enredos. Y si es difícil imitar en la ficción la vida misma de la política catalana, mucho más difícil todavía es imaginar, a estas alturas, cómo será el desenlace final.