LOS INTELECTUALES NO NACIONALISTAS PIDEN «EL FIN INMEDIATO DEL PROCESO DE REFORMA DEL ESTATUT»

 

Noticia de Leonor Mayor en “El Mundo” del 22-6-05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado la noticia que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

BARCELONA.- Ante un auditorio de unas mil personas, los intelectuales no nacionalistas sentaron las bases del futuro partido político que consideran necesario para cubrir «el hueco» existente en la sociedad catalana.

 

Una formación que debería ser laica, defensora del mercado libre, aunque regulado, abierta al mundo exterior y a los avances científicos y garante de los derechos individuales y sociales, según explicó Francesc de Carreras, uno de los promotores del manifiesto, que en menos de dos semanas ha conseguido 2.305 adhesiones.

Para materializar este proyecto, los 15 firmantes originarios del documento se dan en plazo de tres meses. En otoño, decidirán si tienen «capacidad real para constituir un nuevo partido político».Pero, mientras tanto, esta plataforma ya se ha marcado dos objetivos inmediatos: pedir el fin del proceso de reforma del Estatut y reclamar «un cambio de rumbo en la política lingüística» de la Generalitat.

«Es una tarea inútil que ha hecho perder energía en otros campos como la educación, la inmigración, la seguridad o las infraestructuras», dijo De Carreras sobre la modificación estatutaria ante los aplausos del público -congregado en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona- que tuvo que ser acomodado en dos salas al desbordar las previsiones de asistencia de la organización.

También con aplausos se acogió la propuesta de modificar la política lingüística. De Carreras reconoció que «no toda ha sido equivocada», pero subrayó el rechazo de la plataforma a «la subestimación del castellano en las instituciones, la escuela y las relaciones comerciales». Y pidió «el cierre inmediato de las oficinas de garantías lingüísticas, que incitan a la delación entre ciudadanos por ilegítimas razones identitarias».

Los promotores de este manifiesto confían en que el próximo otoño el partido que desean pueda ser una realidad y tampoco descartan que alguna de las formaciones ya existentes [como el PSC] recoja el testigo de sus ideas y «dé un giro hacia el reestablecimiento de la normalidad».

Félix Pérez Romera, Teresa Giménez, Ana Nuño y Albert Boadella acompañaron a De Carrreras en la presentación a la sociedad de su manifiesto. Lo hicieron en un acto que contó que la participación de subscriptores del documento, quienes explicaron las razones que les han llevado a la adhesión.

Así, Joan Barras, un periodista inglés que vive en Barcelona desde 1992, explicó en catalán que «cualquier lengua puede ser bonita, pero se estropea si se convierte en un arma de exclusión».En su opinión, eso es lo que ha ocurrido en Cataluña, «donde se ha primado a gente mediocre por su conocimiento del catalán y por tener el título C y se ha excluido de la administración a personas con otras habilidades».

Otro periodista, Jordi Bernal, recibió grandes aplausos cuando aseguró que comulga con el manifiesto porque «el nacionalismo es por definición reaccionario, fanático y antidemocrático».Y el deseo de «tener unos políticos que trabajen por la realidad y no para gestionar símbolos» llevó a otro de sus colegas, Ramón de España, a suscribir el documento.

Regina Ferré, tras una década viviendo en Andalucía, se encontró con una Cataluña «cada vez más incómoda en la que se había generado un desprecio hacia lo español como, por ejemplo, la copla o el flamenco». Y el profesor Pedro Antonio Eras ha dado su firma «para no tener que ocultar la doble condición de español y catalán».

Para otro profesor, Enrique Linch, «en los últimos 30 años, ha crecido en Cataluña la ideología del separatismo encubierto en una serie de agravios del pasado, el presente y el futuro, cuya existencia nadie ha podido comprobar».

Antes de presentar estos testimonios, el actor Albert Boadella puso la nota divertida de la tarde al simular que entregaba los premios de unos supuestos juegos florales. En el concurso ficticio participaron un centenar de cronistas que en los últimos días han criticado desde sus publicaciones la iniciativa de estos intelectuales.