CITAS DE “FACHAS”
Luis Bouza-Brey, (26-8-08,
10:30)
Hoy comienzo a reseñar citas de diversos
pensadores o políticos de nuestra Historia contemporánea que defienden el
patriotismo español. Principalmente dedicaré estas citas a los autores que siguen
la corriente liberal-democrática, pues es un filón intencionalmente ninguneado
de nuestro pasado, y quizás sean ellos quienes mejor revelan la verdadera
naturaleza política de nuestro país. En oposición a ellos, los conservadores
concebían la identidad de España únicamente como catolicismo encarnado, y la
izquierda se preocupaba casi exclusivamente de erigirse en el representante
único del proletariado.
Por todo ello, creo que es conveniente
sumergirse en la corriente liberal-democrática de nuestra historia política,
porque la cultura política de España está lobotomizada
por todos los actores presentes: la autodenominada “izquierda”, la derecha
acomplejada, los nacionalismos periféricos y los cuarenta años de franquismo.
Por eso estamos tan inermes frente a la implosión del país y la destrucción de
la democracia que estamos viviendo.
Este verano lo he dedicado a entrar en el
estudio a fondo de la corriente de pensamiento mencionada líneas atrás,
siéndome de gran utilidad para hacerlo el libro de Alvarez
Junco “Mater Dolorosa” y las diversas publicaciones de Andrés de Blas, que es
el especialista en el pensamiento nacionalista que más años ha dedicado
fructíferamente a su estudio. Pueden verse, de este autor, “Enciclopedia del
nacionalismo”, “Tradición republicana y nacionalismo español”, “Sobre el
nacionalismo español” y “Escritos sobre nacionalismo” y “Nacionalismos y
naciones en Europa”.
Entro en la primera cita, de
EMILIO CASTELAR,
Presidente de la Primera República
española
De Blas, en “Tradición republicana
y nacionalismo español: “La práctica federal española a partir de 1873 le llenó
de espanto. Veinte años después de proclamada la I República, todavía escribía
con arrebatada retórica, no exenta de ironía, acerca de la amenaza al ser
nacional de la aventura federal-cantonalista”:
«Tratábase de dividir en mil porciones nuestra patria,
semejantes a las que siguieron a la caída del califato de Córdoba. De
provincias llegaban las ideas más extrañas y los principios más descabellados.
Unos decían que iban a resucitar la antigua coronilla de Aragón, Como si las
fórmulas del derecho moderno fueran conjuros de la Edad Media. Otros decían,
que iban a constituir una Galicia independiente, bajo el protectorado de Inglaterra. Jaén se apercibía a una guerra con
Granada. Salamanca temblaba por la clausura de su gloriosa Universidad y el
eclipse de su predominio científico en Castilla. Rivalidades mal apagadas por
la unidad nacional en largos siglos, surgían corno si hubiéramos retrocedido a
los tiempos de zegríes y abencerrajes, de
agramonteses y piamonteses, de Castros y Laras, de Capuletos y Montescos, de guerra
universal. Villas insignificantes, apenas inscritas en el mapa, citaban
asambleas constituyentes ".
… la nación
se ha conseguido «por la comunicación entre las pasadas generaciones y las
presentes, con huesos de nuestros mártires, con sacrificios de nuestras
ciudades, con holocaustos como vuestras grandezas, en guerras que han llevado
la sangre de nuestros progenitores al centro mismo de la tierra, y han hecho de
esta España, nuestra santa madre, por cuya integridad, por cuya unidad, por
cuya perennidad sagrada, eterna, indisoluble, darán ahora y siempre todas las
generaciones su existencia, si preciso fuera, y la existencia de sus hijos;
que, así como no hay árbol sin raíces, no hay vida sin patria»
Cita
de
ALVARO DE ALBORNOZ:
Miembro de la Institución
Libre de Enseñanza, miembro de Izquierda Republicana, Ministro de Fomento en el
primer bienio de la Segunda República, Presidente del Gobierno de la República
en el exilio.
«…El
patriotismo físico, geográfico, patrimonial, es el patriotismo conservador. Es
el patriotismo rudimentario. Ante este patriotismo es sagrado el derecho a la
barbarie. Para este patriotismo lo que define a la patria son las fronteras [ ...]. Pero hay otro patriotismo espiritual, noblemente
humano: es el PATRIOTISMO LIBERAL. Este patriotismo no se concibe sin
la libertad. Ante este patriotismo, el último cimiento, el cimiento
inconmovible de la patria, es la justicia. Este patriotismo sólo se siente
tal cuando tiene la conciencia de ser una fuerza de la civilización». Su visión
del tema no es sino la vieja llamada republicana a un nacionalismo capaz de
construir una auténtica sociedad democrática: «La nueva patria ideal, se
identifica con la libertad. Es la sociedad organizada para el derecho. Puede
exigirnos sacrificios: pero no puede imponernos la servidumbre».
«…El
menosprecio del siglo XIX español —escribe en 1918— es uno de los grandes
errores y de las grandes culpas de la llamada "generación del 98"».
Pero «por fortuna —dirá un momento antes— en los corazones jóvenes el
sentimiento de la tradición española se funde con el espíritu del liberalismo
cosmopolita. Los liberales del nuevo liberalismo son, a la vez, españolistas y españolizantes. Empieza a reconocerse que hemos abominado
demasiado de las cosas españolas».
Alvaro de Alvornoz, en “La tragedia del Estado español”, Ed. Caro Reggio, Madrid, 1925. Citado por Andrés de Blas en “Tradición Republicana y nacionalismo español”, Tecnos, 1991.