ETA SONDEA A ZAPATERO CON UNA NEGOCIACIÓN BASADA EN LA OFERTA HECHA A TRAVÉS DE OTEGI EN ANOETA
Los terroristas lanzan su propuesta apenas dos días después de que el portavoz proetarra enviara una carta abierta al presidente del Gobierno con idéntico fin
Informe de D. MARTÍNEZ y J. PAGOLA en “ABC” del 17/01/05
Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
MADRID. ETA
reconoce como suya la propuesta presentada por Batasuna en el Velódromo de
Anoeta y la pone como condición de salida para un proceso de negociaciones que
lleve a la autodeterminación del País Vasco. En un comunicado enviado ayer a
diversos medios de comunicación abertzales, la banda, sin embargo, no hace
referencia a posibles treguas.
Con el comunicado, ETA se pronuncia por primera vez de manera directa sobre la
oferta de Anoeta, si bien el pasado 28 de octubre, días antes de su
presentación, dio públicamente su veredicto favorable. En cualquier caso, la
banda quiere estar presente en la actual coyuntura política, marcada por el
debate en torno al plan Ibarretxe. Un plan que ha sorteado su primer obstáculo
-la aprobación en el Parlamento vasco- gracias al préstamo de tres diputados de
Batasuna. Una hipoteca a la que, según los analistas, los cabecillas de la banda
habrán puesto un elevado interés que querrán cobrar a corto y medio plazo.
El comunicado constituye, al mismo tiempo, la enésima maniobra hecha por ETA en
los últimos meses para sondear al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero,
comprobar sus puntos más vulnerables, si los tuviera, y calibrar la posibilidad
de emprender un proceso de negociaciones. Es una estrategia que los terroristas
han seguido, con mayor o menor fortuna, cada vez que un nuevo inquilino ha
llegado a la Moncloa. Alusiones, en el texto difundido ayer, a que «es tiempo de
tomar la palabra», podrían enmarcarse en una serie de aparentes gestos que la
banda envía a Madrid para crear un marco de distensión. En este escenario
también desempeñan un papel las conversaciones que en los últimos meses
mantienen representantes de Batasuna y del PSE. Fruto de estos encuentros, el
sector de los socialistas vascos más nacionalista trata de convencer a Zapatero
de que ETA anunciaría de inmediato una tregua si desde Moncloa se demuestra
voluntad negociadora.
La banda también pretende que como respuesta a aparentes gestos de distensión,
el Ejecutivo derogue o modifique la ley de Partidos para que Batasuna pueda
presentarse a las elecciones autonómicas previstas para el próximo mes de mayo.
Y prueba de que ETA está jugando a varias bandas, con el pronunciamiento
difundido quiere afianzar su papel de «gendarme» y «fiscal» en la izquierda
abertzale. «A fin de cuentas, la oferta de Anoeta la elaboró la propia banda y
ahora le está diciendo a Batasuna que la defienda y no se salga del guión
escrito desde las bases terroristas de Francia, porque va a estar vigilándola.
De ahí que, de momento, no haga mención alguna a posibles treguas», comentan a
ABC fuentes conocedoras de este proceso.
Los mismos medios explican que el comunicado encierra también un mensaje
dirigido a los nacionalistas vascos. «Al igual que hace días lo dijera Otegi,
ETA está advirtiendo a Ibarretxe de que ojo con negociar con Madrid el proyecto
independentista, ya que esto es algo que compete en exclusiva a los vascos».
En efecto, la oferta de Anoeta, sellada públicamente por la banda, contempla dos
marcos de negociación: uno, entre los partidos vascos para conseguir la
autodeterminación del País Vasco. Y otro, entre la propia ETA y el Gobierno
sobre la situación de los presos y las víctimas, así como sobre la
«desmilitarización del conflicto», esto es, la salida de las Fuerzas de
Seguridad del Estado del País Vasco y el abandono de las armas por parte etarra.
«La aportación política más sólida»
Así las cosas, en el texto difundido, la banda expresa su «total apoyo a
emprender un proceso que lleve a la solución del conflicto en los términos
planteados en la propuesta lanzada en Anoeta: doble diálogo, entre
representantes políticos, de una parte, y entre ETA y los Estados, de otra». Los
terroristas califican la oferta de Anoeta como «la aportación política más
sólida que se ha presentado cara a superar el enfrentamiento entre Euskal Herria
y los Estados» español y francés, y muestra su «absoluta disposición y voluntad»
a implicarse activamente «en un proceso de esas características».
Una oferta, la del Velódromo, que viene a ser versión renovada de la
«alternativa democrática» que ETA dio a conocer en la reivindicación del
atentado contra Aznar, en la que ya planteaba dos marcos de negociación, y que a
su vez sucedió a la «alternativa KAS».
De la afirmación, en el comunicado, de que «la superación del conflicto vendrá
del diálogo, la negociación y el acuerdo», se puede desprender que ETA sólo
anunciaría el abandono definitivo de las armas en el caso de que se atendieran
sus reivindicaciones. Expertos en la lucha antiterrorista subrayan que la banda
va a seguir administrando su terror. De momento, mantiene la estrategia de
atentados medidos para evitar víctimas mortales, al menos, entre la población
civil. Pero, según le convenga a sus objetivos, podría anunciar un alto el fuego
o, por el contrario, que «sus comandos pisen el acelerador».
Capítulo de amenazas
En otro momento, ETA dice constatar «agotamiento del modelo autonómico y
constitucional español» y agrega que «el instrumento destinado a garantizar la
unidad de España y la división de Euskal Herria está roto». Según los
terroristas, el «entierro del Estatuto de la Moncloa hace posible la nueva
situación». Así, «la base de esta nueva oportunidad, hoy como ayer, viene del
reconocimiento del derecho de autodeterminación». En su comunicado, la banda
criminal coincide con el lendakari en la pretensión de un referéndum. «De la
consulta sobre su futuro a todos los ciudadanos de Euskal Herria vendrá la
solución».
El texto se reserva un apartado para la amenaza, aunque sea velada, cuando, tras
denunciar «la continuidad de la opresión y los ataques» de los Estados español y
francés, arremete contra «las actitudes de determinados agentes políticos vascos
tendentes a presentar a ETA como un obstáculo para dar la palabra al pueblo», en
lo que parece ser una alusión dirigida especialmente a los dirigentes
nacionalistas. A ellos advierte igualmente de «la grave responsabilidad en la
que incurrirán quienes pretendan responder con un nuevo fraude a la situación
que ahora se presenta», tras recordar las circunstancias -apoyo de tres
parlamentarios de Batasuna- en las que salió aprobado en el Parlamento vasco el
plan Ibarretxe.