ZAPATERO, QUIEN SIEMBRA VIENTOS…
Editorial de “ABC” del 14 de
diciembre de 2009
Por su interés y relevancia he
seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web
Con un comentario al final:
A ESO SE LE LLAMA GOLPISMO
Luis Bouza-Brey (14-12-09,
11:00)
La celebración ayer de consultas independentistas en 166 municipios catalanes no pone en riesgo la unidad de España, pero demuestra que Rodríguez Zapatero pasará a la historia por ser el mejor aliado del nacionalismo separatista desde 1978. Zapatero llegó al poder en 2004 como el pacificador de las tensiones territoriales provocadas por José María Aznar, a quien incluso reprochaba ser el responsable del «plan Ibarretxe» por su enfrentamiento con el PNV. Pero con Aznar no hubo una sola urna ilegal en las calles vascas. Ahora, gracias al PP, hay un socialista en Ajuria Enea y el PNV calienta el banco de la oposición. Antes de ganar las elecciones de 2004, Zapatero ya mostró su estrategia con el «Pacto del Tinell», esa alianza entre el socialismo español y los nacionalismos catalanes para blindarse frente a la derecha y consolidar el poder. Los socios de aquella aventura son los que ayer celebraron referendos para la independencia catalana.
La
escasa participación y la irrelevancia jurídica de las consultas no empañan el
problema que se le viene encima a España por culpa de aquellas decisiones
oportunistas y electorales que tomó Zapatero para sacar adelante el Estatuto
catalán. No cerró ninguna reivindicación soberanista, sino que las alimentó al
renunciar a la defensa de principios básicos del Estado constitucional, como la
unidad de la soberanía nacional y la supremacía de la Constitución. Estas
consultas de pega que se celebraron ayer en Cataluña son los fuegos
artificiales que festejan el desistimiento del PSOE ante el nacionalismo
catalán, tan letal para la existencia de una izquierda con sentido nacional que
este proceso de excitación soberanista se produce con dos socialistas en los
gobiernos central y catalán. Aquí no hay derecha a la que culpar.
Es
evidente que el Estatuto catalán es sólo un peaje, pero no el punto final de
una estrategia incansable de enfrentamiento con el Estado. Con o sin Estatuto,
los nacionalistas siguen propiciando la inestabilidad de España, pero respecto
de la etapa de Aznar hay actualmente una diferencia esencial: el Gobierno de
Rodríguez Zapatero es ahora un cooperador necesario, por acción y por omisión,
de esta operación de derribo del Estado y la Constitución en Cataluña. Después
de haber promovido innecesarios procesos de reforma estatutaria, haber
infiltrado con el Estatuto catalán un modelo confederal que vulnera la
Constitución y haber legitimado con pactos y reparto de poder a los más rancios
separatismos, el resultado es que no pasa día sin que el Estado reciba una
nueva amenaza nacionalista.
Comentario final:
A ESO SE LE LLAMA GOLPISMO
Luis Bouza-Brey (14-12-09,
11:00)
(Entrevista
A Joan Puigcercós, Presidente
de ERC, en “ABC” del 13-12-09)
– ¿Cómo se llega, entonces, a la independencia?
–Hay
soluciones muy fáciles. Si hay una mayoría
independentista en el Parlament, unilateralmente se
puede dar el paso. Pero una cosa es evidente: ha
llegado el momento de superar la legalidad vigente. La legalidad constitucional
nos encajona. La sentencia del Estatut, buena
o mala, supondrá un punto final. Ese será el punto en el que ERC deberá coger
su nervio de crecimiento.
-¿Y cómo se puede superar la legalidad vigente?
–Pues ejerciendo la independencia. La
próxima legislatura, Catalunya deberá celebrar una consulta vinculante para
decidir entre tres vías: quedarse igual, intentar reformar la Constitución o
crear un Estado libre e independiente.
Que un miembro del Gobierno catalán y
Diputado, Presidente además de Esquerra Republicana de Cataluña, proponga la
violación de la Constitución, la “superación de la legalidad”, el ejercicio de
la independencia y la celebración de una “consulta vinculante” para “crear un
Estado libre e independiente”, en cualquier país democrático recibe la
denominación de inducción al Golpe de Estado. La Constitución prohíbe la
convocatoria de referéndums si no es en los casos previstos para la aprobación
o reforma de los Estatutos de Autonomía o la aprobación de una reforma de la
Constitución, de acuerdo con las propias normas constitucionales que regulan
estos supuestos, pero además afirma en su art. 92 que
“1. Las decisiones políticas de especial
trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos
los ciudadanos.
2. El referéndum será convocado por el Rey,
mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada
por el Congreso de los Diputados.(por mayoría absoluta,
de conformidad con el art. 6 de la Ley Orgánica2/1980 reguladora de las
distintas modalidades de referéndum, L. B.-B.)
3. Una Ley orgánica regulará las condiciones y el
procedimiento de las distintas modalidades de referéndum previstas en esta
Constitución.”
Porque un Golpe de Estado consiste en
que un actor político con poder institucional lo utilice para violar las normas
constitucionales y cambiar el régimen político legítimo.
Pero en este país extraño, en el que su
clase política detenta un poder que le viene grande según los parámetros del
Estado de Derecho, la legalidad Constitucional y la democracia, llevamos seis
años sufriendo un Golpe de Estado a cámara lenta, en el que el Presidente del
Gobierno promete a los independentistas que les dará lo que le pidan; se alía
con ellos para alcanzar el poder; somete a exclusión ilegítima al principal
partido de la oposición; pacta con las diversas fracciones del independentismo
la aprobación de un Estatuto inconstitucional mediante la mayoría parlamentaria
fabricada por sus pactos con ellos; ralentiza la renovación del Tribunal
Constitucional y la emisión de sentencia de éste sobre el Estatuto; permite la
aplicación de dicho Estatuto en clara violación constitucional sin activar la
acción del Fiscal General del Estado o solicitar al Tribunal Constitucional la
paralización de las decisiones inconstitucionales; mira para otro lado ante la
acción inconstitucional de diversos organismos públicos de colaboración en la
realización de consultas referendarias
inconstitucionales; y mantiene la coalición de su partido con los golpistas,
permitiéndoles el desbordamiento de la Constitución, sin romper inmediatamente
su alianza y echarlos del Gobierno.
Esto es un Golpe de Estado en toda
regla, y el Tribunal Supremo tiene competencia, de acuerdo con la
Constitución, para enjuiciar estos comportamientos, por iniciativa del Fiscal
General del Estado contra los golpistas, o por iniciativa de una cuarta parte
de los miembros del Congreso y aprobación por mayoría absoluta del mismo, en el
caso de los miembros del Gobierno.
El Partido Popular tiene más de los
treinta y cinco diputados necesarios para presentar una moción de censura
contra el Presidente del Gobierno, de acuerdo con el art. 113 de la
Constitución; y cuenta con más de los ochenta y ocho diputados necesarios para
proponer la actuación del Tribunal Supremo contra los miembros del Gobierno por
delitos contra la seguridad del Estado, de acuerdo con el art. 102 de la
Constitución. Pero el Partido Popular no parece consciente de cuál es su papel
como oposición constitucional en la defensa del régimen legítimo, por lo que su
posicionamiento es mirar para otro lado antes que enfrentarse política y
legalmente contra el golpismo.
Y por eso la democracia por la que el
pueblo español se sacrificó durante tantos años está siendo violada y sepultada
por el golpismo institucional ejecutado por los actores mencionados, en el
papel de autores, cómplices o encubridores, de acuerdo con los arts. 18 y
siguientes y 451 del Código Penal.
El Parlamento, la oposición, el Fiscal
General del Estado, el Tribunal Supremo y los ciudadanos deben actuar para
evitar la consumación anunciada del golpe contra la democracia que se está
realizando. Cuando la Ley se viola sólo queda la violencia como recurso para
imponer la violación o impedirla. Pronto aparecerán víctimas si no se hace nada
para detener esta locura recurrente de nuestra Historia.