DURAN I LLEIDA DISPARA DOS VECES
El portavoz de CiU se
convirtió ayer en el protagonista del debate del decretazo.
Informe
de Érika Montañés / Mariano Calleja | Madrid en “ABC”
del 28 de mayo de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.
¿Fue
fruto del azar que el portavoz de los nacionalistas catalanes de CiU, Josep
Antoni Duran i Lleida, fuese el político
más valorado en el último barómetro del CIS? En esa oleada de
opinión, publicada el pasado 10 de mayo y que correspondía al mes de abril
-antes del «decretazo» sacado adelante por el Gobierno- Duran i Lleida era el
dirigente político que más partidarios despertaba, un puesto al que le abocó la
caída estrepitosa en la puntuación que los españoles ponían a otros políticos,
ya que el catalán recibía la misma nota que tres meses atrás.
Otro
hecho que pone de manifiesto también el Centro de Investigaciones Sociológicas
desde hace meses es que los españoles están hastiados de su clase política,
convertida en la tercera de sus mayores preocupaciones. En esa bajada de notas
generalizada destacaba la posición del presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, normalmente el dirigente más valorado por los españoles
pese a su negación durante tiempo de la crisis económica y sus vaivenes en los
mensajes que transmite a la opinión pública. En el sondeo del CIS
correspondiente a abril su nota pasó del 3,98 que consiguió en enero a un 3,71.
La muestra sondeada ya anticipó que los españoles miraban ya a otros
dirigentes, cuando Rosa Díez, de UPyD, le adelantó en
el anterior barómetro de enero y subió a 4,08 puntos. Duran i Lleida
pasó de un 3,73 en enero a un 3,74 en abril, pero a pesar de ello se situó ya por encima del 3,09
de Mariano Rajoy y a buena distancia del 3,01 de Cayo Lara, coordinador general
de Izquierda Unida.
El podio le da alasNinguno aprueba, es cierto, pero parece que el primer puesto
del podio ha dado alas a un Duran i Lleida que ayer se convirtió, sin duda, en
el protagonista -con permiso
de Mariano Rajoy, que defendió la postura negativa al decretazo, y
de Elena
Salgado, que justificó las medidas anticrisis-
del debate del Real Decreto-Ley 8/2010, de 20 de mayo, que supone la adopción
de medidas extraordinarias para rebajar el déficit público con la mira puesta
en el año 2013, cuando se ha de lograr el 3% fijado por Bruselas para toda la
UE.
Duran i
Lleida creció en la tarima parlamentaria y adoptó el mensaje más duro contra
Zapatero y su gestión económica. En un rapapolvo que no se recuerda
en el hemiciclo, tuvo para él la petición
de que convoque elecciones anticipadas y se vaya, porque su etapa al
frente de la Presidencia del Gobierno está «finiquitada». Lo dio por «muerto»
políticamente hablando, aunque también se reservó algunos guiños para su
negociado -Cataluña, donde hay elecciones el próximo otoño, una cuestión que
cabe no olvidar hasta entonces porque marca buena parte de los discursos
políticos- y para la ciudadanía. De cara a su feudo, instó al presidente del
Gobierno a que la cita electoral la deje para cuando la reforma laboral
esté completada y haya
puesto en marcha las medidas de contención del gasto más urgentes, o sea,
temporalmente más allá de los comicios autonómicos en Cataluña.
Para
meterse a los españoles en el bolsillo, lanzó una ristra de acusaciones y
reproches al presidente Zapatero, lo responsabilizó de la crisis -«¡el problema es usted y su Gobierno!», soltó-, arremetió
contra las impopulares medidas económicas adoptadas y, es más, se dio por
ofendido cuando dijo que su partido se iba a abstener y desató los vítores de
los socialistas. El líder político mejor valorado espetó: «¡No me aplaudan porque no estoy de acuerdo con ustedes!». ¿Qué significa esa
abstención, que el miércoles por la noche todavía se circunscribía bajo el
apelativo de «probable» y que ayer se convirtió en segura? Salva hoy por
hoy a Zapatero, pero no mañana. El nacionalista catalán se colmó de patriotismo al añadir:
«Mi responsabilidad es evitar que España caiga más todavía» y anunció que no
apoyaría los Presupuestos Generales del Estado que diseñe el denostado equipo
económico para el año 2011, una vez pasada ya la frenética campaña electoral.
CiU, una olla a presión durante los últimos días Zapatero y Salgado
estuvieron telefoneando a Duran i Lleida el miércoles para presionarle a que no
votase en contra del «decretazo». CiU había adelantado que se abstendría, pero dentro
el partido había una corriente interna de opinión que quería atajar esa
votación -han
confirmado fuentes convergentes a ABC-
y quería evidenciar en el hemiciclo su rotundo varapalo al recorte del déficit
por la vía de partidas sociales, como la congelación de pensiones.
¿Arañar
votos para las catalanas con este «no» al Gobierno o ceder a las presiones
externas e internas y abstenerse? Con todo, las 10 abstenciones de los
diputados de CiU permitieron al PSOE dar luz verde ayer al decreto en el
Congreso. Ese doble discurso fue denunciado por la presidenta del PP catalán,
Alicia Sánchez-Camacho, que al protagonismo acariciado por Duran i Lleida en la
sesión contrapuso un dato: «Si CiU hubiese votado en contra, Zapatero
tendría que hablar de elecciones anticipadas, porque lo que se hace entonces es una moción de
confianza en el Congreso de los Diputados».