DIFERIR DEL PP
Artículo de César Alonso de los Ríos en “ABC” del 25
de junio de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El PSOE
pierde apoyos sin que ello suponga que el PP se carga de razón. Cabe hablar por
tanto de un triunfo electoral del PP si no se produce una inversión del
proceso, que, en todo caso, no estaría en las manos del PP. En cualquier caso,
el Gobierno es el responsable de su destino mientras el PP es un convidado de
piedra.
Si el PP
llegara a formar gobierno tras las elecciones, un cínico podría decir que en
pocas ocasiones se ha conseguido tanto con tan pocos esfuerzos de imaginación.
Pero aun así ¿no habría sido mejor para el PP asegurar su llegada al poder, y
no habría sido preferible votar en contra de una Reforma Laboral en la que no
cree? Del mismo modo que el PP debería haber explicado con precisión cuáles
deberían haber sido «sus» medidas para recortar el déficit y, en general, para
enfrentarse a la crisis. Por todo ello dije hace mucho (quizá antes que nadie)
que el PP debería haber planteado una moción de censura. Para mí el objetivo de
esta no era sacar a ZP de la Moncloa sino poner de relieve la perversión de sus
políticas sociales, la peligrosidad de sus reformas del Estado y la incapacidad
para dar una respuesta a la crisis. Una moción de censura habría podido dejar
aún más escandalosamente claras las contradicciones de ZP que iban a
manifestarse después en todos los campos… Al tiempo, esa reflexión colectiva
habría sido una ocasión excepcional para el rearme de gran parte de la
sociedad. El PP ha preferido que el Gobierno se haya ido quemando en solitario
y, de ese modo, pueda conseguir el éxito electoral. Que no el verdadero
triunfo, esto es, lo que supone un paso hacia la hegemonía ideológica, cultural
y moral. Y es en este punto en lo que residen mis diferencias con el PP y las
de muchos ciudadanos. En el entendimiento del poder. Quiero decir que para este
comentarista el valor del poder tiene que ver con el poder de los valores. Lo
que no es un juego de palabras. Para muchos es lo que constituye el objetivo de
la lucha política.