EL NUEVO «DESASTRE»
Artículo de CÉSAR
ALONSO DE LOS RÍOS en “ABC” del 21/12/04
Por
su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo
en este sitio web. (L. B.-B.)
El formateado es mío (L. B.-B.)
Con un breve comentario al final: ESTAN MINANDO EL EMBALSE
(L. B.-B., 21-12-04, 6:30)
Veníamos
anunciando el nuevo Desastre. Más dramático que el de hace un siglo. Aquél fue,
al fin y al cabo, ultramarino y colonial. Éste es peninsular. Aquél no fue
querido. En esta ocasión llega no por las minorías nacionalistas, sino por la
voluntad de un partido estatal, por la traición de éste a la Nación, por las
convicciones federalistas de éste, por su odio a una idea nacional española y
su desprecio a la unidad, por su ignorancia sobre las relaciones del Estado con
aquélla, tal como nos lo explicó Ortega y Gasset en su definitivo texto sobre Mirabeau.
La destrucción del Estado estaba prevista. Veníamos dando avisos constantes.
Obviamente se trataba de un proceso que los nacionalistas han ido llevando con
un gran pulso. Todavía la agonía durará un tiempo. Habrá escarceos. Por lo que
se refiere al País Vasco, ¿votará Batasuna el Plan Ibarrarretxe?
Y, en ese caso, ¿cuál será el comportamiento del Gobierno? En Cataluña, ¿se pondrán
de acuerdo los socialistas y nacionalistas en la adminisión
del término «comunidad nacional» en vez de nación?
Se trata de los últimos arreglos que deberá adoptar el «desastre». Y, sobre
todo, de la relación de fuerzas que saldrá de él. Porque esto es lo único que
les está importando a los socialistas: la dirección del proceso. Y siendo éste
el único extremo que les interesa, les va a salir mal. Porque, además de
traidores a la nación y a la Constitución, van a estar, están siendo,
terriblemente torpes. Creían estos pobrecillos que podrían
restar protagonismo a los nacionalistas si asumían sus posiciones. No saben que
de ese modo los potencian. Creyeron que les
bastaba con presentar una versión alternativa del Plan Ibarretxe,
en realidad una apariencia de alternativa, ya que todo debía responder a la
misma plantilla: una nación disimulada con el término «comunidad nacional», la
soberanía compartida con el Gobierno central, capacidad para relacionarse con
otras Comunidades... y con la Unión Europea... Pensaban que los nacionalistas
llegarían a retirar el Plan Ibarretxe, habida cuenta
de las dificultades de éste para salir adelante y la igualdad de contenidos. No
querían imaginar que pudiera ser aprobado porque sólo con pensarlo se cagan por
las patas. ¿Qué podrían hacer ellos, qué hara ZP si
el PNV convoca un referéndum?
VENÍAMOS cantando el Desastre que los socialistas habían interiorizado desde
hace tiempo. Sabíamos hasta qué punto los socialistas
quieren un Estado que quede entre ellos y los nacionalistas. Con la exclusión
de la derecha. Con el PP fuera. Un futuro sin el PP o con el PP roto, porque ¿qué puede ser del PP en una España rota?
Todo esto era previsible, aunque no seguro. Si el PP ganaba el 14 de Marzo,
habría posibilidades. A buen seguro seguiría el clima de guerra civil que había
habido durante toda la legislatura, pero, aún así, el gobierno de Rajoy podría
contar con los mecanismos constitucionales y con la voluntad de utilizarlos.
Quiero decir que había algunas esperanzas. La subida de ZP después de la
masacre anunciaba ya la de la Nación. Con
una agravante: ni siquiera el proceso iba a quedar en manos del partido
traidor, sino en las de los nacionalistas, al fin y al cabo consecuentes. Así
que los compañeros de este viaje al fin de la nación, los tontos útiles, van a
ser los socialistas.
¿ES irremediable este proceso? La
única esperanza que podemos albergar es que en esta agonía del Estado haya una
emergencia en las filas socialistas dispuesta a dar un vuelco a la situación en
alianza con el PP.
BREVE COMENTARIO:ESTAN
MINANDO EL EMBALSE (L. B.-B., 21-12-04, 6:30)
Están minando el embalse y derrochando
el caudal de legitimidad acumulado por la idea unitaria de España frente al
particularismo nacionalista. Esto es un proceso secuencial, y por dejarse
llevar, en esta fase se están poniendo las condiciones del incremento de
legitimidad del independentismo de la siguiente.
Eso es lo más grave de todo este
asunto, que por torpeza, carencia de principios e irresponsabilidad se están
minando las bases de legitimación de la unidad española, derramándolas
gratuitamente a favor de la reacción y la balcanización.
Hace unos días Bru
de Sala, en "Huérfanos insomnes",
criticaba a la que denomina izquierda antinacionalista catalana con argumentos
pragmáticos, defendiendo la idea de que los socialistas catalanes solamente
podrían gobernar apoyándose en ERC. El error está en no ver ---quizá
porque no se quiere ver--- la cesión permanente y de raíz de principios y
legitimidad que esto implica: se deja abierta la compuerta de la fase
siguiente, en la que el independentismo habrá sido legitimado por quienes ---
si tuvieran principios y coherencia --- debían oponerse a él.
Los de Esquerra dicen que los demás
deben hacer un esfuerzo para que ellos puedan sentirse cómodos en el Estado: si
los socialistas fueran lo que dicen ser habrían de responder a esta
argumentación que los que tienen que acomodarse y renunciar a su anacronismo
son ellos, los minoritarios, o irse a la marginalidad.
Pero no, la increíble e indignante
torpeza de la respuesta es asumir sus razonamientos, dejarse llevar por el
reaccionarismo, el particularismo y la balcanización. El PSC ---y el PSOE con
su inercia--- nos lleva en picado fuera de Europa, hacia los Balcanes. Si
continuamos así, el período que se avecina, en el mejor de los casos, va a ser
únicamente un esfuerzo arduo y lento por recomponer el destrozo de la
democracia española. En el peor, una degeneración imparable hacia el caos.
En lo que discrepo de Alonso es en el
rechazo de todo cambio hacia una lógica "federal" del Estado. Como
alguien decía hace algún tiempo, el federalismo es unión. Y el dotar al Estado
autonómico de lógica integradora, mediante la reforma del Senado, las conferencias
de Presidentes y la participación de las CCAA en Europa, podría conducir a una
mayor unidad. El problema es que se ha puesto en marcha el proceso sin contar
con materiales de buena calidad, por lo que la endeblez del PSC y su Presidente
están destrozando las posibilidades de la izquierda no nacionalista por muchos
años. El caos y el descrédito están servidos.