MI BALANCE
Artículo de César Alonso de los Ríos en “ABC” del 25-11-05
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El balance de estas tres últimas
décadas coincide con una gravísima crisis nacional y, sin embargo, se nos está
presentando como un gran éxito histórico. No voy a insistir hoy en la
profundidad de esa crisis, a la que desgraciadamente tendremos que volver a
referirnos mañana, y pasado, y al otro, ya que una de las características de
esta va a ser su prolongada, interminable, exasperante duración.
Lo que me importa denunciar hoy es este gusto que tenemos los españoles por huir
de la realidad. Me llama la atención el hecho paradójico de que nos empeñemos en
celebrar como el cierre feliz de una época lo que debería ser motivo de amargas
reflexiones.
Yo entiendo que sobrevaloremos el paso (el salto cualitativo) de un régimen a
otro. En realidad, pienso que las bases de la transición ya habían sido puestas
por el franquismo, y el resto entre todos, y bajo la dirección de los últimos
franquistas.
Pienso también que esta feliz solución no hubiera sido posible sin la Corona.
Como no creo que sin ella podamos superar la crisis que nos está amenazando.
Pero hecha esta valoración, ¿cómo no ver los enormes errores por los que se
explica la inseguridad que vivimos en estos momentos?
Esto no es cosa de Carod Rovira ni de Arnaldo Otegi. ¿Por qué no aprovechar la
ocasión de las conmemoraciones -muerte de Franco, reinado de Juan Carlos I- para
hacer un recuento de errores?
En realidad, los que se resisten a mirar cara a cara estos treinta años lo hacen
no sólo por miedo a la autocrítica, sino porque de hacer ésta se derivarían
conclusiones que llevarían a mantener determinados principios.
Por ejemplo, ¿cómo podrían los socialistas mirar autocríticamente los años que
gobernaron con el Partido Nacionalista Vasco si ahora precisamente están
pensando en repetir la experiencia en peores condiciones, esto es, con un PNV
pasado por Estella y descaradamente acompañado por Batasuna y con un proyecto de
Constitución para un Estado libremente asociado?
El balance de estos treinta años es la aparición del odio entre españoles; la
amenaza de una guerra de territorios, que es la más temible de todas por su
irracionalidad; el silencio de los intelectuales, cuando no su deserción desde
el punto de vista de los principios; el miedo a la ruptura del mercado por
encima del temor a la desaparición de los lazos históricos y solidarios; las
diferencias de los dos grandes partidos en relación con la organización de la
convivencia y, por terminar, la desaparición de aquel espíritu de la transición
del que históricamente nos habíamos sentido tan satisfechos.
Este es «mi» balance.