EL GOLPE Y EL GENERAL
Artículo de César Alonso de los Ríos en “ABC” del 11.01.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Viví el 23-F. Denuncié en «La
Calle» el artículo con el que el teniente general Díaz de Mendivil daba la señal
de partida del golpe desde las páginas de «El Alcázar». Fue el único comentario
que se hizo a aquel manifiesto. A los pocos días tuvimos que cambiar la portada
de Calvo Sotelo por la de Tejero.
El 23-F fue el último acto de los nostálgicos de la dictadura. Militares y
civiles, aunque yo no emplearía el símil del iceberg para describir la
proporción entre aquéllos y éstos. Nunca se conoció la trama social, pero tiendo
a pensar que fue muy débil y que el triunfo, de haberse dado, habría sido muy
efímero.
Ahora estamos ante un golpe de una naturaleza muy diferente y con un desarrollo
muy distinto también. Estamos ante una desestabilización diseñada por los
socialistas, llevada a cabo desde el Gobierno y en colaboración con los socios
de éste y destinada a cambiar el modelo de Estado que nos dimos todos los
españoles hace más de un cuarto de siglo. Los medios utilizados, sin el más
mínimo pudor democrático, son las instituciones y el sistema de partidos. Según
les conviene. Hoy dejan fuera al PP (diez millones de votos) y mañana escamotean
el Parlamento Nacional o utilizan el catalán o el vasco a su antojo.
Lo demoniaco de este espectáculo, al margen de su capacidad para anular toda
oposición, es que resulta corruptor y degradante. Este tipo de golpe, amparado
en la utilización antidemocrática de los poderes; este golpe cotidiano y
sucesivo es arrasador para los principios de los ciudadanos. Lo condenable
termina siendo aceptado. Se acrecienta el relativismo moral; se justifica el
nihilismo. Los diseñadores cuentan con un ejército de propagandistas que se
dedican a desactivar los espíritus. Los conocemos bien por sus llamadas a la
calma.
El golpe que está dando Zapatero desborda con mucho el proyecto del Estatuto
catalán y del que pactara con Ibarretxe, etcétera. Éstos son los saltos hacia
adelante, pero ya vienen precedidos en su preparación por la violación
sistemática del Estado de Derecho en el País Vasco y en Cataluña.
En esta situación el teniente general Mena Aguado se ha hecho portavoz (día de
epifanía) de la inquietud que recorre las Fuerzas Armadas por unos momentos.
Demócrata, constitucionalista, ha querido dejar constancia de su actitud frente
a este tipo de golpe que estamos soportando y que está dejando trizada la nación
española.