AZNAR APUESTA POR UN LIDERAZGO
POLÍTICO FUERTE PARA SALIR DE LA CRISIS
Reportaje en “El
Imparcial” del 12 de mayo de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el reportaje que sigue para incluirlo en este
sitio web
El ex presidente del
Gobierno José María Aznar considera que el "desbocado" proceso de
reformas de los Estatutos de Autonomía, impulsado de forma "frívola"
e "irreflexiva", sólo ha servido "para centrifugar el Estado,
para fragmentarlo y para esqueletizarlo". Así lo asegura Aznar en su libro
"España puede salir de la crisis", editado por Planeta, y en el que,
además de elogiar los logros económicos en su etapa al frente del Ejecutivo y criticar
duramente al Gobierno por considerar que su gestión ha agudizado la crisis en
España, plantea una serie de reformas con las que está convencido de que se
puede superar la situación actual.
Junto a las cuestiones
estrictamente económicas que han agravado la crisis en España, José María Aznar
cita en su libro "España puede salir de la crisis", otros elementos
que cree que han contribuido a dibujar el actual panorama. Entre ellos, la
"desvertebración irresponsable" a la que opina que han contribuido
las últimas reformas de los Estatutos de Autonomía y que atribuye a la
"deslealtad", ya que califica de "desleal el aprovecharse de la
flexibilidad del modelo para forzar su colapso".
Todo ello contribuye, a su
juicio, a un deterioro institucional que ya ve "inocultable" y a
pagar muy cara la "errónea pretensión de que la Constitución se cumple
dejando a España con un Estado residual mientras las Comunidades Autónomas se
disputan lo poco que va quedando en una alocada carrera por ver quién puede
coger más tajada de la tarta común en detrimento de la comunidad de al lado y
del conjunto de España".
Al hilo de ello ironiza
con la conveniencia de promover en España una suerte de G-17 para buscar un
acuerdo entre las Comunidades para frenar la fragmentación nacional y poner
coto al despilfarro de dinero público. En consecuencia, defiende "más
España frente a las taifas autonómicas".
Aznar reitera a lo largo
del libro que España puede salir de la crisis, y, para ello, considera
imprescindible liderazgo político para abordar una nueva Agenda Nacional de
Reformas muy ambiciosa que apueste por la austeridad, el gasto público, la
contención de empleo público, la racionalización y reestructuración del modelo
autonómico y las rebajas de impuestos. Además, cree que debe incluir una nueva
oleada de privatizaciones de empresas públicas, sobre todo en el ámbito
autonómico y local, la apertura comercial, una reforma laboral, nuevas
liberalizaciones en los mercados de servicios, mayor competencia en todos los
mercados, y reformas para asegurar el sistemas de pensiones y para mejorar la
calidad de los servicios sanitarios y del sistema educativo.
"No son recetas
divertidas, lo sé. Pero en estos tiempos tan difíciles para millones de
familias españolas hay que dejar las frivolidades en el cajón del despacho y
decir a los ciudadanos la verdad para concitar su apoyo alrededor de un
ambicioso plan de reforma económica", añade Aznar en el libro.
El ex presidente ve
llegado el momento de "un gran pacto" ante una crisis que está siendo
especialmente severa para España "porque el Gobierno ha aplicado manuales
de economía que algunos leen en dos tardes, que tienen un resumen que se lee en
cinco minutos y cuya aplicación durante los últimos cinco años ha debilitado a
las instituciones, a las empresas y a los trabajadores".
Recuerda que él ya avisó
sobre lo que se avecinaba en España y advierte de que los españoles no van a
salir de la crisis con más dosis de "socialismo simpático o de optimismo
antropológico".
Aznar subraya que dejó a
los socialistas una "herencia envidiable" en materia económica y que
quienes llamaban antipatriotas a los que predecían lo que iba a suceder
cometieron un "pecado de soberbia y prepotencia" y hoy llevan la
penitencia en la crisis.
Lamenta también que España
esté dando la imagen de un país poco fiable, a lo que cree que ha contribuido
la "espantada" de las tropas españolas de Kosovo, y que el Gobierno
responda con el silencio ante los "atropellos" cometidos sobre
empresas o ciudadanos españoles en países como Venezuela o Bolivia.