DR. JEKYLL Y MR. HYDE, LOS DOS ROSTROS DE LA IZQUIERDA ESPAÑOLA
Artículo de Alfonso Basallo en “El Semanal Digital” del 27.05.07
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Muy pedagógico ha resultado el
final de campaña. Ha servido para mostrar a la ciudadanía una bifurcación de
senderos que es, a la vez, una radiografía de la izquierda española.
27 de mayo de 2007. De una parte, hemos visto en acción a la
izquierda-dobermann: el zapaterismo y sus orcos, echando leña al fuego de la
crispación, (Sebastián, Bermejo, González, el propio presidente, la convocatoria
del macrobolletón granadino). Sin olvidar su complicidad en la presión ejercida
en la campaña por la jauría euskaldun y su terrorismo de baja intensidad o la
desvirtuación de la democracia que implica el hocico del lobo ETARRA asomando
bajo las ropas de la abuelita ANV.
Complicidad, en efecto. Si Zapatero no hubiera abierto el melón etarra, con sus
negociaciones, nadie estaría planteando ahora el anschluss de País Vasco y
Navarra.
Y de otra parte, la izquierda moderada, que apuesta por una regeneración de la
democracia, reforma de la ley electoral, y fortalecimiento de la unidad nacional
frente al desmadre centrífugo, mediante la vacuna federalista. La tercera vía de
la sensatez y el patriotismo frente al desvarío adolescente y radical del
zapaterismo.
Simplificando, dos caminos: los nietos de Largo Caballero y los nietos de
Besteiro.
La vieja tentación radical de aliarse con el Lado Oscuro (y en definitiva, con
el totalitarismo con diferentes pelajes); y el camino de la moderación. El
primero conduce invariablemente a la destrucción (Revolución de Asturias, Guerra
Civil –donde el PSOE se manchó las manos de sangre y estalinismo-, o el
insensato flirteo actual con ETA y la cesión de la soberanía ante los
nacionalismos vasco y catalán).
El segundo implica construcción, consenso, concordia y fue el que, entre otros
factores, hizo posible la Transición.
La gran pregunta es dónde se sitúa en 2007 la izquierda sociológica. Es notorio
el disgusto y el cansancio de buena parte de los votantes socialistas ante los
errores del quinceañero de la Moncloa. Pero no lo es menos, que la marcha
favorita de ese electorado y de todos los paniaguados del Partido es "Prietas
las filas…", ante la perspectiva de elegir entre los principios o el poder.
Y es muy pronto para saber si el proyecto de Rosa Díez, Savater y los demás va a
cuajar ante las generales y va a atraer, como un imán, el electorado cabreado y
desencantado.
Ojalá. Porque sería sumamente higiénico para esta democracia de nuestros
dolores.
La gran duda que corroe, como Guadiana, la Historia reciente de España
–exactamente desde 1879- es saber si el radical, el largocaballerista es el
verdadero rostro de la izquierda. Terrible sospecha que abonan el largo trecho
que va del eslogan (cien años de honradez) al historial de corrupción, abusos
antidemocráticos y manía por ocupar todos los resortes del poder.
Con Zapatero y sus mariachis han aflorado las profundas contradicciones de un
PSOE que no acaba de encontrar su lugar en la democracia moderna – a diferencia
de otras formaciones socialdemócratas de Europa-.
De alguna manera, es la cabra marxista que tira al monte (y despeña la
democracia española). La misma loba capitolina amamantó al Rómulo leninista y al
Remo socialdemócrata… que, al cabo, no dejan de ser hermanos gemelos.
Eso explica, al menos en España, el sino de los socialistas que, con honrosas
excepciones, se cumple invariablemente. Mucha prisa por tomar el Palacio de
Invierno y luego van y se instalan en él. Ni siquiera se libraron sus nietos
descafeinados por el agua de Suresnes, el Lourdes del socialismo, o los
bisnietos bastardillos de la sonrisa y el talante.
No falla: tan pronto como llegan al poder y se ponen cómodos, juegan a
aprendices de brujos con su revolución de bolsillo, sus tics de nuevos ricos y
sus golpes de efecto... que son, en efecto, golpes contra la libertad.
Lo hizo Felipe González, con Rumasa, la ley del aborto, o la LODE, (primera
estación del vía crucis del fracaso escolar, en el que España es pionera).
Luego, cogió confianza y ocupó los resortes de control de las instituciones del
Estado, con el poder judicial bien sujeto -conviene tener a mano la anilla del
paracaídas en caso de apuro-, e incurrió en el caudillismo.
Zapatero no le ha ido a la zaga. Hasta en cruzar el delgado límite que separa lo
público de lo privado, con el remake de la biutiful people, en torno al caso
Arenillas-Sebastián. Para qué seguir. Si recuerdan las pifias y abusos de esta
legislatura interminable, comprobarán que se ajustan al viejo guión: "La
justificación teórica de cualquier acción política que se estime oportuna para
el ejercicio o el mantenimiento del poder". La frase no es de Moraleda, o Suso
de Toro, sino de Gramsci (la filosofía de la praxis).
Lo importante es tomar el palacio e instalarse. Ése es su meinkampf, su corán,
el burro del que no sea apean. Lo demostró González, y Zapatero ya se ha ocupado
de remover la tierra -llegando incluso a los yacimientos arqueológicos del 36-
para echar raíces, construir el cortijo, tener controlada a la justicia y
levantar una alambrada anti-PP, que sirve para electrocutar líderes y
achicharrar oposiciones.
¿Tercera vía? Ojalá. Porque esa insistencia del PSOE en la igualdad, la ética o
el diálogo se ha convertido en cargante, a fuer de invisible.
¿Alguien ha visto la igualdad en el zapaterismo? ¿y la ética? ¿y el talante?
¿Alguien ha tomado más el pelo a la mujer o los homosexuales que estos
encantadores de serpientes, engatusándolos con leyes demagógicas?
¿Alguien se ha burlado más cínicamente de los jóvenes, halagándolos por un lado
y privándoles del conocimiento y del juicio crítico por otro, vía fracaso
escolar?
Van de éticos, de reformadores, de modernos… pero no han salido del siglo XIX y
de las frases de rijoso pequeñoburgués. Porque la profunda reflexión "Si no
existieran las francesas, la vida no merecería la pena" no es de un personaje de
Baroja… sino de Friedrich Engels.