EL DÍA DESPUÉS |
9-M / Elecciones Generales en España
Artículo de Carmen Leal en “El Diario de
América” del 8-3-08 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para
incluirlo en este sitio web. |
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No son buenas las perspectivas
de los próximos años venideros, ni en política, ni en economía , ni en la
convivencia. Soy pesimista. Veamos, en el espectro
parlamentario no existen razonables expectativas de que gane las elecciones
del día 9 de marzo por mayoria absoluta ninguno de los partidos mayoritarios
PP ó PSOE. Necesariamente ha de haber alianzas con otros partidos para poder
llevar a cabo la gobernabilidad de España. Si gana el PP tiene que aliarse
con algún partido afín ideológicamente, así que descartamos todos aquellos
de izquierda a los que parecería un escándalo apoyar en nada a un
partido conservador. Quedan solamente los partidos nacionalistas CiU de
Cataluña y PNV del País Vasco junto con los canarios, más el nuevo partido
UpyD y quizá Ciudananos Partido de la ciudadanía, que presumiblemente sacarán
diputados para el Congreso. Estas posibles alianzas tienen serios inconvenientes
porque ¿de qué forma rentabilizaran el apoyo el PNV? Nadie da nada por nada,
y es muy posible que el PNV pidiese la aprobación del referéndum previsto por
Ibarretxe para octubre como “consultivo simplemente”, no como vinculante para
el Ejecutivo, que ya sabemos que la actual Constitución lo impide. A nadie se
le escapa las serias consecuencias políticas que un referéndum de autodeterminación
tendría en el País Vasco, aunque sea simplemente consultiva. Por parte
de los nacionalistas catalanes CiU, también pedirían algo a cambio y lo más
probable es que fuese la aprobación total del nuevo Estatuto catalán, aún en
el Tribunal Constitucional, sin afeite alguno. ¿Entrará en esa
contradicción el PP? Si las urnas deciden que sea al
PSOE quien forme el Gobierno de la Nación española la jugada es la misma con
el añadido de IU que pondría su nota exótica de un izquierdismo trasnochado y
apoyaría ¡cómo no! los pactos con los nacionalismos, ya que IU y PSOE creen
en una España Confederal de distintas naciones (antes nacionalidades) en un
Estado plurinacional (“federalismo asimétrico”), que consiste en que unos
tienen más derechos que otros ciudadanos dependiendo de donde les ha tocado
nacer si al Norte o al Sur de España, si al Este o al Oeste. En resumen, que sigue estando la
llave de la gobernabilidad de España en manos de unos partidos PNV y CiU que
niegan la nación Española como Nación de ciudadanos libres e iguales en todo
el territorio. Unos partidos que sin creer en la Nación española (“concepto
discutido y discutible”, según Zapatero) se aprovechan de sus instituciones
para conseguir un poder con el que destruir lo que con tanto esfuerzo hemos
conseguido desde 1812 : una nación de ciudadanos. Hay otras tres posibilidades que
podrían sacarnos de este atolladero. Dos igualmente importantes y
provechosas. Una tercera deseable aunque improbable. La primera es que se unan en un
pacto de gobierno PP y PSOE para los temas importantes y que
gobierne en minoría el partido ganador, sin ceder a los cantos de sirena de
los partidos nacionalistas (PNV y CiU). Para ello los dos líderes de ambos
partidos Rajoy y Zapatero deberían deponer las armas del combate
electoral, meterse en el bolsillo el uno su desprecio intelectual por el
adversario y el otro su insulso buenismo y ambos mirar al frente de un
porvenir difícil pero superable; ¿sería posible? La segunda es más difícil
todavía, que se uniesen los partidos de ámbito nacional (ya que
los nacionalismos no creen en la Nación española) en un gobierno de
concentración nacional para la reforma de la Constitución por un período
determinado y nuevas elecciones después. La tercera solución improbable
es que tanto el partido de Rosa Díez, como el de Ciudadanos consigan suficiente
número de votos como para neutralizar a los partidos nacionalistas y poder
reconducir una democracia imperfecta, desde lo razonable, hacia la real
igualdad y libertad de todos los ciudadanos españoles, independientemente del
lugar de nacimiento. Realmente improbable. Pero van a conseguir representación,
quizá escasa pero será relevante. Se oirá su voz, la voz de la razón por
encima de ideologías, la voz de ciudadanos que quieren ser libres e iguales. No soy optimista. Hay demasiada
tensión y ofuscación en los dos partidos que pueden formar gobierno. Los dos
creen estar en posesión de la verdad, y la verdad absoluta no existe. Hoy,
aquí y ahora, los acuerdos desde la sensatez son más necesarios que nunca. |