PARTO DE LOS MONTES
Solo cabe el adiós
definitivo de las armas y su correspondiente entrega, pues las armas no caben
en la política demócrata
Artículo de José María Carrascal en “ABC”
del 12 de enero de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Todo está dicho sobre el último comunicado de Eta: «Nada nuevo», «lo de siempre», «insatisfactorio», etc., etc. Excepto para los que quieren leer en él lo que no está escrito, como esa izquierda abertzale que, incapaz de convencer a Eta, intenta disfrazarla, como el lobo del cuento de Caperucita. Pero basta leer el primer párrafo del comunicado para darse cuenta de que no sólo no es nuevo, sino tampoco creíble. Un alto el fuego «general» ya lo anunció en 1998 para lograr unas negociaciones con el gobierno Aznar. «Permanente» fue el adjetivo que usó para conseguir las negociaciones con el Gobierno Zapatero, y «verificable internacionalmente» es tanto como poner en duda la capacidad del Estado español para garantizar la legalidad de lo que ocurre en su territorio, dejándolo en manos de unos señores que vienen demostrando un desconocimiento total de lo que ocurre en él. Y digo desconocimiento haciéndoles un favor, pues si lo conocen esos señores, por muy premios Nobel que sean, están colaborando con el terrorismo.
Por si todo ello fuera poco, la banda se permite poner condiciones y señalar objetivos. El «alto el fuego» llega condicionado a unas negociaciones de tú a tú de una banda terrorista con un Estado de Derecho, sin comprometerse para nada a entregar las armas, lo que significa que en cualquier momento podrá volver a usarlas, como ha hecho en ocasiones anteriores. Y el objetivo final de esas negociaciones nos los ha dejado bien claro: «resolver las claves de la territorialidad y el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco». Por territorialidad ya sabemos lo que entiende Eta: la incorporación de Navarra y «Euskadi norte» a su proyecto, guste a no a sus habitantes. Lo de autodeterminación es aún más fácil: independencia. Y si no se la dan, derecho a continuar asesinando.
A eso se ha reducido el esperado comunicado de una Eta que no ha renunciado a nada, ni siquiera a su escenografía carnavalesca, y no ha aprendido nada, por lo que vemos.
Ese comunicado que no comunica nada nuevo no tiene el menor valor para la inmensa mayoría de los españoles, mientras que para Batasuna representa su Rubicón, su prueba de fuego. Ya no bastan los altos el fuego generales, permanentes y verificables internacionalmente. Solo cabe el adiós definitivo de las armas y su correspondiente entrega, pues las armas no caben en la política demócrata. Si Eta no lo hace, Batasuna, para ser creíble, tiene que denunciarlo y romper con ella, como han hecho todas las fuerzas políticas españolas. Hasta el momento, no lo ha hecho y todo apunta que no lo hará. Algo explicable porque Batasuna sin Eta no es nada, es sólo su tapadera, su disfraz.. Los independentista vascos no violentos están ya todos en los partidos nacionalistas.