ZAPATERISMO PURO Y DURO
Para renovar el
partido, el Gobierno y el programa, a Zapatero solo se le ha ocurrido elegir al
más veterano de su equipo
Artículo
de José María Carrascal en “ABC”
del 30 de mayo de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Nunca
ha sido España tan lapedusiana. Ya saben, cambiar
para continuar lo mismo. El PSOE con Zapatero todavía al frente y Rubalcaba
anunciando un «proyecto de cambio». ¿Qué va a cambiar, qué puede cambiar? ¿Van
a volverse atrás de los recortes impuestos por Bruselas o van a continuar con
ellos, incluso reforzados, como ya le exigen? Porque si cancelan los ajustes,
nos vamos de cabeza junto a Grecia. Y si siguen con ellos, ¿de qué cambios
habla el presidente en funciones? ¿O los deja ad calendas graecas como dio a entender en su
discurso de aceptación: «Cuando salgamos de la crisis tendremos que cambiar muchas
cosas»? No vaya tan deprisa, señor esprinter. No hay que hablar de
«cuando» salgamos de la crisis. Hay que hablar de «cómo» salimos de ella. Para
lo que hay que empezar reconociendo cómo llegamos a ella. Algo que aún no han
hecho, pero que el pueblo español sabe perfectamente. Lo que el 22 de mayo se
castigó no fue la crisis económica mundial. Fueron las mentiras, la torpeza, la
incapacidad de que el gobierno Zapatero dio muestras a lo largo de toda la
crisis, desde su inicio hasta que Bruselas le dio el alto, visto que su ceguera
e incompetencia estaba poniendo en peligro el euro y la estabilidad financiera
europea, obligándole a tomar unas duras medidas de ajuste. Y resulta que
Rubalcaba formaba parte de ese gobierno. Es más, ha sido siempre uno de sus
puntales, el más listo de todos, según admiten e incluso alardean ellos mismos.
¿Dónde estaba cuando el presidente negó la crisis, cuando aseguró que teníamos
la banca más sólida del mundo, cuando se embarcó en una serie de medidas —el
cheque bebé, los 400 euros del ala, el arreglo de aceras—, que sólo vaciaron
las arcas públicas, o cuando anunciaba una y otra vez los brotes verdes? O no
es tan listo como dicen o es más cuco de lo que pensamos. Otra perla en el
discurso: «Somos el partido que representa la mayoría de la sociedad». Será
químico, pero las matemáticas no son su fuerte para decir
esto tras perder por dos millones de votos. Y ya, la guinda de la
tarta: «No vamos a por derrotas dignas, sino a por victorias democráticas». ¿Es
que hay victorias antidemocráticas, don Alfredo?
En
fin, para renovar el partido, el gobierno y el programa, a Zapatero no se le ha
ocurrido otra cosa que elegir al más veterano de su equipo. ¿Qué puede
esperarse de él? Pues más de lo mismo: atribuir todos los males que nos aquejan
a la crisis que nos ha llegado de fuera, echar la culpa de que no salimos de
ella a Rajoy «por no colaborar», buscar el apoyo de los nacionalistas para
impedir que el PP no alcance la mayoría absoluta y esperar que un golpe de
suerte cambie las tornas. O sea, zapaterismo puro y
duro, que ni siquiera alcanza la categoría de lapedusiano
por el componente mendaz que le empapa.