NUESTRO HOUDINI
Artículo de José María Carrascal en “ABC” del 20 de mayo de 2009
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que
sigue para incluirlo en este sitio web
SI la
primera parte del debate sobre el Estado de la Nación la ganó, según las
encuestas, Zapatero, la segunda la ganaron todos, lo que significa que no la ganó
realmente nadie. Eso es hoy la política española: un batiburrillo. O, mejor, un
mercadillo donde hay de todo, casual, barato y sin la menor garantía. Aquellas
grandes propuestas del presidente de hace una semana -eliminar la deducción por
compra de vivienda, rebaja de impuestos para las pequeñas empresas, dos mil
euros por comprar un coche nuevo, un ordenador para cada escolar- se han
quedado en vagas referencias a la hora de concretarse, cuando no desaparecen
por completo. Como ocurre, por cierto, a cuanto hace y dice Zapatero.
Pero
ha conseguido de nuevo escapar de las trampas que no sólo sus rivales, sino
también él mismo se había tendido. Este hombre es un Houdini
a la hora de escabullirse de las situaciones más complicadas. Lo que no ha
conseguido es desactivar la crisis, que es lo que realmente nos interesa a los
españoles, mientras a él sólo le interesa sobrevivir, no importa el precio, que
a fin de cuentas, no tendrá que pagar. Es así como, de promesa en promesa, de
rectificación en rectificación, de mentira en mentira, va trampeando -nunca
mejor usada la palabra- para ir tirando, sin que la situación mejore, las
empresas obtengan créditos ni el número de parados deje de crecer. Lo más que
puede ofrecernos es que «ya no crece tanto», que, poniéndose poético, llama
«brotes verdes». Y es que no sabe ya qué inventar. A estas alturas, tiene que
apoyarse en los grupúsculos de la cámara, en esos nacionalistas de segunda y
comunistas de primera que pululan por el Congreso como asteroides, en espera de
un astro mayor que los atrape con sus promesas. Que se anden con cuidado con
las de Zapatero, que ha engañado a personajes de mucho más peso que ellos. Pero
al menos han tenido su día de protagonismo, tras tantos años de no pintar nada.
Y
ahora, ¿qué?, preguntarán ustedes. Pues ahora, más de lo mismo. Un gobierno
preocupado sólo de sobrevivir; un PP creyendo que le basta con denunciar la
política gubernamental para ganar; un PNV más cabreado que nunca; una CiU lista
a aprovechar la menor oportunidad para recuperar la Generalitat. Sin que nos
movamos del sitio.
Bueno,
la crisis sí que se mueve, profundizándose, metastasizándose
en el organismo social y productivo. Nunca se había agitado tanto la política
española, nunca se habían gastado tantas energías, nunca se habían hecho tantas
propuestas, nunca se habían construido alianzas tan estrafalarias, para avanzar
tan poco. Habrá que empezar a pensar en medidas radicales. ¿Qué les parecería Guardiola como presidente del Gobierno? Si aceptase, claro.
Y si le dejan.
No es
una broma. Es lo negro que lo veo.