Artículo de José María Carrascal en “ABC” del 30 de diciembre de 2009
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
Los antimilitaristas
profesionales se han convertido en los grandes amigos del Ejército. Los que
hacían favores a los terroristas, les persiguen hasta debajo de las piedras.
Los que prometían a los nacionalistas darles lo que pidieran, no se hablan con
ellos. Los republicanos de toda la vida, brindan por el Rey. Sólo les falta
proclamarse católicos apostólicos romanos para pertenecer a la derechona española. Que todo se andará, si es necesario
para ganar las próximas elecciones. Yo, que Rouco, me
andaría con cuidado, no fuera a encontrarme cualquier día con la familia
Rodríguez Zapatero en el Vaticano. Ropa negra ya tiene.
Lo peor
de todo no es que sea una mentira. Los políticos mienten por naturaleza. Lo
peor de todo es que la farsa no sirve para nada. Como esos saltimbanquis que
dan dos volteretas para caer como estaban, las cabriolas que está haciendo el
equipo Zapatero no sirven para resolver los problemas de España, bastantes
creados por ellos. Tras cinco años engañando, ya no engañan a nadie. «No piensa
en la sucesión», dice Leire Pajín. Cuando un portavoz
oficial dice algo, lo cierto suele ser lo contrario. Zapatero no piensa en la
sucesión. Tiene pesadillas con ella y volver a la nada de donde vino. De ahí su
agitado moverse de un sitio a otro, su chorreo de vaciedades, su patético abrir
de brazos.
2009,
que iba a ser su año triunfal, se ha convertido en su annus
horribilis. Todo le ha salido mal. Perdió Galicia,
perdió las elecciones europeas, perdió la pinza anti-PP en el País Vasco. La
crisis económica devora sus planes antes de que surtan efecto, el déficit se
dispara y el paro no cesa. Piratas y secuestradores no le dan tregua. El
estatuto catalán le ha salido un petardo, que puede estallar en cualquier
momento, y hasta los de la ceja le miran cejijuntos. En un año, ha pasado de
sitiador a sitiado, de dueño del cotarro a chantajeado incluso por los
nacionalistas canarios, de poner en la calle a los ministros superfluos a que
los ministros vivales se le vayan, de dar patadas al PP a implorar su ayuda. A
estas alturas, sólo le queda envolverse en la bandera y proclamarse el mayor
patriota de España. Empieza ya a hacerlo, ¿no lo notan en sus parrafadas?
Aunque,
¿saben una cosa? Conociéndole como ya le conocemos y visto que echar las culpas
al PP ya no funciona, puede vaticinarse que terminará echándoselas al pueblo
español, que no ha sabido entender sus planes para resolver los problemas
culturales, territoriales y económicos que tiene este país desde tiempo
inmemorial. O sea, que los antiespañoles somos nosotros. Cuando un inútil es
incapaz de reconocer sus errores reacciona así.
En
cualquier caso, ¡adiós 2009, y que no vuelvas! Lo de «próspero año nuevo» habrá
que dejarlo para cuando ZP pertenezca a esa historia que deseaba borrar.