¿GOBIERNO DE COALICIÓN?

Artículo de José María Carrascal  en “ABC” del 27 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

En el PSOE, todos y todo están al servicio del jefe, del que dependen decenas de miles de cargos y sinecuras

Con un breve comentario al final:

EL DILEMA:

¿NI CONTIGO NI SIN TI TENDRÁN MIS MALES REMEDIO?

Luis Bouza-Brey, (27-6-10, 18:30 hs.)

Esa idea de Javier Arenas de PSOE y PP formando gobierno sin Zapatero no es nada descabellada. La crisis tiene una profundidad mayor de la que nadie imaginó, España se halla en una situación de emergencia que requiere el esfuerzo de todos y Zapatero se ha equivocado tanto y engañado a tantos que no inspira la confianza necesaria para salir del atolladero. Sólo hay un inconveniente: que Zapatero no está dispuesto no ya a dimitir, sino a remodelar su gobierno, que sería una crisis simbólica de su política. Pero ni siquiera eso. Sigue pensando que puede capear el temporal, sigue confiando en su suerte, sigue viendo luz al fondo del túnel, sigue creyendo en los milagros. Y sigue, naturalmente, equivocándose, incluso cuando acierta, como con las medidas de ajuste que le han impuesto desde fuera, que las dilaciones, correcciones, discusiones y recelos están desactivando antes incluso de entrar en vigor.

Pensar, por otra parte, en una rebelión interna dentro del PSOE, con una delegación de prohombres socialistas dirigiéndose a la Moncloa a decir a su inquilino que tiene que retirarse por el bien del partido y del país, como hicieron los republicanos norteamericanos con Nixon cuando el asunto Watergate se había puesto imposible, es soñar despierto, por la composición piramidal de los partidos españoles, muy especialmente del PSOE, donde todos y todo están al servicio del jefe, del que dependen decenas de miles de cargos y sinecuras, que desaparecerían en el momento que desapareciese aquél. Así que olvidémonos de ello.

La única solución sería la que tomó el presidente Johnson cuando se percató del fracaso de su política en Vietnam, que estaba dejando a su país dividido, frustrado, amargado e impotente: anunciar que no se presentaría a las próximas elecciones porque iba dedicar todos sus esfuerzos a solucionar aquella guerra. Zapatero podría hacer lo mismo con la crisis económica. Sería la única forma de que recuperase su credibilidad, de que confiásemos en él, de que no pensáramos que estaba de nuevo engañándonos, condición indispensable para que sus medidas surtiesen el efecto apetecido, ya que en economía el factor psicológico interpreta un papel casi tan importante como el monetario. Pero para eso se necesita ser un estadista y un patriota, ver más allá de las próximas elecciones y actuar según los intereses generales no personales. Algo que escasea en nuestro presidente.

Así que dispónganse a tener más de lo mismo en los próximos dos años, más paro, más parches, más trifulcas, más advertencias, más partidismo. Más Zapatero en suma. A no ser que, antes, la crisis se lleve a él. Y a nosotros.

Breve comentario final:

EL DILEMA:

¿NI CONTIGO NI SIN TI TENDRÁN MIS MALES REMEDIO?

Luis Bouza-Brey, (27-6-10, 18:30 hs.)

El núcleo de la situación, tal como se va configurando, es que una buena parte de esos miles de cargos y sinecuras se perderán si Zapatero continúa al frente del Gobierno, pues tal continuidad suscita la desconfianza de todo el mundo, en el país y fuera de él, e impide la reactivación de la economía y la reanimación de la confianza de España en sí misma.

Porque Rodríguez Zapatero es el problema principal, de España y del PSOE, ya que agonizan por el desgobierno, el sectarismo y la acumulación de errores y descrédito producidos por él. Pero es posible que los socialistas no despierten y actúen para sustituirlo hasta que no le vean claramente las orejas al lobo de la pérdida de los garbanzos, y eso sucederá cuando las elecciones catalanas, municipales y autonómicas los pongan de patitas en la calle. Pero entonces el descrédito del PSOE lo enviará a la marginación por varios años y les llevará a darse cuenta de que si se hubieran movido antes ---es decir, ahora--- hubieran reducido el fracaso y mantenido, al menos, algo de su poder. Pero el no rectificar a tiempo los hundirá, y el pueblo español no perdonará, por muchos años, que no hayan sabido responder a los intereses generales del país, y cortado de raíz una situación de desgobierno, que está provocando el derrumbe generalizado de la economía y el sistema político de España. Los socialistas, entonces, se darán cuenta de que a grandes males no se puede reaccionar más que con grandes remedios, es decir, cambiando al Presidente del Gobierno y buscando un gran acuerdo nacional para evitar el desastre al país y al propio partido.

Lo que los socialistas ven como un dilema sin salida dejaría de serlo si alguien asumiera el liderazgo político del país, sustituyera a Zapatero y buscara grandes acuerdos para poner fin al caos creado por él.