ENTREVISTA A
JAVIER CARROQUINO (UPYD)
por Almudena Negro en “España Liberal” del 12 de junio de 2009
"Es
fácil autodenominarse demócrata, pero casi ningún dirigente se atreve a
utilizar esa misma democracia dentro de su partido"
"Ha habido otros ceses
y expedientes que no han salido a la luz y también demasiados abandonos
voluntarios por desilusión o desencanto"
"No estamos para nada
solos y menos lo estaremos a medida que la información y el debate interno fluyan"
Javier Carroquino, quien fuera coordinador de UPyD en Aragón expedientado por la dirección de UPyD después de haber presentado una enmienda a la
totalidad al Reglamento por el cual se regirá el I Congreso de la formación que
lidera Rosa Díez, forma parte del grupo de militantes de UPyD
que, desde todos los rincones de España, han decidido presentar una
candidatura en dicho Congreso, que tendrá lugar el próximo mes de octubre.
Candidatura alternativa a la de Rosa Díez de la cual forman parte miembros del
actual Consejo Político del partido. También figuran en la misma ex-Ciudadanos.
Entre ellos Sandalio del Río, quien fuera mano derecha del diputado del
parlamento catalán, antes por Ciutadans, ahora por libre , Antonio Robles.
A.N. Se acaban de celebrar unas elecciones europeas en las que UpyD ha conseguido entrar, con un solo diputado, en la Eurocámara. ¿Está este resultado a la altura de las
expectativas que se tenían hace unos meses o considera usted que es un
resultado insuficiente? ¿No es cierto que esperaban ser tercera fuerza nacional
y que no ha podido ser?
J.C. Los resultados de nuestro partido
han sido muy buenos. Además del fuerte crecimiento en número de votos, hemos
entrado en el Parlamento Europeo. Ya cualquier análisis o comentario político
que se haga en España tiene que considerar a UPyD
como una opción seria.
Han pasado los tiempos en que se nos
podía ignorar en los medios de comunicación. Los ciudadanos nos están
conociendo y cada vez más saben que somos una alternativa para otorgarnos su
confianza.
Estar satisfechos por el éxito no debe
evitar que analicemos lo que se hubiera podido mejorar. Nuestros resultados en Cataluña
están muy por debajo del resto de España y eso que allí la presión nacionalista
es alta y pone en especial valor nuestras propuestas, como la de libertad
lingüística. También es significativo el resultado en el País Vasco, donde
hemos tenido menos votos que en las autonómicas. Posiblemente la abstención de
nuestro partido en la elección de la popular Arancha Quiroga como presidenta
del Parlamento Vasco no ha sido bien vista por los electores. Personalmente
creo que deberíamos haber votado a favor. En todo caso, deberíamos haberlo
explicado días antes de la votación.
A.N. ¿Por qué han tomado ustedes la decisión de presentarse?
J.C. Cuando decidimos participar
en UPyD, unos desde antes de su fundación y otros
posteriormente, no sólo lo hacíamos para lanzar al electorado unas propuestas
políticas diferentes y regeneradoras. Los partidos son el medio de
participación de los ciudadanos, y los que teníamos en España no nos parecía
que cumpliesen bien esa misión, debido a su decepcionante funcionamiento
interno. Es fácil autodenominarse demócrata, pero casi ningún dirigente se
atreve a utilizar esa misma democracia dentro de su partido. En UPyD dijimos que íbamos a cambiar eso. El grupo de personas
que hemos tomado la iniciativa, más que presentarnos a nosotros mismos queremos
presentar nuestras opiniones. De cara a la primera Asamblea General de
afiliados, donde se decidirán los Estatutos y la forma que tendrá nuestro
partido, queremos que se tome conciencia de que la organización interna
plenamente democrática es la única coherente con nuestro proyecto político.
Sólo así podremos presumir de ser un “Partido nuevo”. También pensamos que la
organización democrática, que en todo caso es irrenunciable, no está reñida con
la eficacia electoral. El caso es que la gestión interna no es así hasta ahora
y tenemos la convicción de que lo que se está preparando por parte de la actual
Dirección no va en esa línea. Por eso nos presentamos, para poner este debate
sobre la mesa de tal forma que llegue a todos los afiliados antes de la
Asamblea.
A.N. Usted fue cesado y expedientado por la dirección de UpyD pocos días después de haber presentado una enmienda a
la totalidad del Reglamento por el cual se regirá el Congreso. En dicha
enmienda usted reclamaba poder elegir a la dirección del partido en listas
abiertas ¿Hay relación entre ambos hechos?
J.C. Hay muchos indicios que apuntan en
esa dirección: entre otros la secuencia temporal en que se produjeron y la
falsedad de la causa que se argumentó oficialmente para el cese. Pero más que
mi cese nos preocupa que ha habido otros ceses y expedientes que no han salido
a la luz y también demasiados abandonos voluntarios por desilusión o
desencanto.
Quiero decir también que la enmienda
contenía muchas más cosas que las listas abiertas, todas ellas en el sentido de
implantar la democracia interna. También evitaba entrar en asuntos impropios de
un reglamento congresual, cosa que el propuesto por la Dirección sí que hacia
condicionando ya las decisiones que sólo competen a la Asamblea. La
intransigencia de la Dirección en todo esto fue lo que desbordó el vaso,
haciendo que una serie de personas individuales que estábamos ya preocupadas
viéramos necesario un posicionamiento colectivo.
A.N. ¿Cómo es posible que en dos años de vida UpyD
no haya celebrado hasta el momento un Congreso?
J.C. Se nos pidió por parte de la
Dirección un paréntesis en que la confianza iba a ser la principal fuente de
legitimidad, hasta la plena formalización democrática en el primer Congreso.
Decidimos confiar. Ahora ya se ha convocado el Congreso y no hay procesos
electorales que aconsejen aparcar o demorar los debates.
A.N. ¿Qué proponen ustedes para la joven formación magenta que no propone
Rosa Díez?
J.C. Lo mismo que UPyD
ha defendido públicamente desde su inicio, aplicado a su propia organización.
Por ejemplo:
• Elección directa del líder o la líder
del partido, como cargo unipersonal.
• Elección de los órganos de Dirección
mediante listas abiertas.
• Separación de poderes,
incompatibilidades y mecanismos de control internos.
• Adopción de posiciones colectivas
mediante el debate y el diálogo.
• Que quepa en nuestra organización todo
aquel que comparta los principios básicos.
• Que los expedientes y las
designaciones arbitrarias no sean recurso común.
• Favorecer la comunicación entre los
afiliados.
A.N. ¿Creen que su candidatura tiene opciones reales de alzarse con la
victoria en octubre?
J.C. Tal como está el reglamento del
Congreso, las candidaturas que apoye Rosa Díez tienen una enorme ventaja sobre
cualquier otra. Puede suceder lo mismo que sucedió en la votación del
Reglamento en el Consejo Político, que se trate de un plebiscito sobre una sola
persona, independientemente de quienes conformen la lista y, lo que es más
grave, de lo acertado de las propuestas que se defiendan. Pero es que el éxito
que queremos alcanzar no es el de ser elegidos en detrimento de otros, ni mucho
menos desbancar a Rosa Díez de su liderazgo. Igual que UPyD
ya está consiguiendo que cambien las cosas en la política española sin haber
ganado las elecciones, nosotros podemos conseguir ejercer una influencia
positiva en nuestra organización. Además, sabemos que una gran parte de
nuestros compañeros comparten nuestras propuestas. No estamos para nada solos y
menos lo estaremos a medida que la información y el debate interno fluyan.
A.N. ¿Saben que podrían no ser la única lista alternativa para el
Congreso de octubre? Si así fuera, ¿estarían ustedes dispuestos a llegar a
acuerdos con otras candidaturas?
J.C. Sabemos desde hace tiempo que
existen esos movimientos. Pudiera ser que cristalizase en otra candidatura,
pero tampoco nos extrañaría que no fuese así, al menos a nivel nacional. Por
supuesto que estamos dispuestos a dialogar con cualesquiera de nuestro partido,
tanto sean parte de otra candidatura, de la Dirección o afiliados de base. Por
cierto, antes de presentarnos, el día de reflexión de las elecciones europeas,
llamé por teléfono a Rosa Díez y al saltar el contestador le dejé mensaje por
si decidía contestar la llamada. Nosotros nunca nos cerraremos al diálogo. Pero
quien nos llame ha de saber que nuestras candidaturas son más de propuestas
organizativas que de personas concretas.
A.N. Finalmente, ¿hacia dónde cree usted que debería orientar sus
políticas UpyD para convertirse en una verdadera
fuerza nacional con capacidad para ejercer como bisagra entre los dos grandes
partidos?
J.C. No me gusta el bipartidismo, porque
hace que los dos grandes partidos se vean el uno al otro como el enemigo a
batir y eso dificulta que puedan colaborar cuando es necesario. La existencia
de un tercer gran partido que permitiese configurar gobiernos con dos de los
tres sería una buena noticia que rompería el mito de las dos Españas y el
sectarismo que ahora impera. En mi opinión, la política de un partido moderno
debe tener dos ejes principales. Uno es la defensa de la libertad individual.
El otro es la política social, que implica la defensa de un Estado que, pese a
ser austero y poco intervencionista, garantice la seguridad, la justicia y las
reglas de la convivencia. En la situación actual, esto se traduce entre otras
cosas en:
• Defensa de la libertad lingüística y
respeto por la lengua común.
• Igualdad de derechos y obligaciones de
los españoles en todas las CCAA.
• División e independencia de poderes.
• Evitar la intervención de los poderes
públicos en asuntos identitarios.
• Reducir el gasto, pero mantener la
inversión en infraestructuras. No aumentar los impuestos.
• Mejorar el trato a las PYME.
En todo caso, el Manifiesto Fundacional
de UPyD está plenamente vigente.