DE LA “FIRMEZA DEMOCRATICA” AL “HABLANDO -EN SECRETO- SE ENTIENDE LA GENTE”
Artículo de Antonio Casado en “El Confidencial.com” del 14/02/2005
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Hasta la vicepresidenta del
Gobierno, Fernández de la Vega, ha llegado el esfuerzo de Moncloa para
persuadirnos de que no tiene nada de particular que el presidente del Gobierno
se haya visto en secreto con Imaz (PNV), primero, y con Carod Rovira (ERC)
después.
Uno pensaba que este Gobierno nunca llegaría a ser tan accidental respecto al
principio de transparencia en el funcionamiento de un sistema democrático.
Aunque no hace falta ponerse académico porque la gente de la calle, que tiene
mucho sentido común, sabe que quien se acoge al secreto es porque tiene algo que
ocultar.
Conocemos bien la trastienda de esos dos partidos, puntas de lanza del asedio
nacionalista al Estado. Por otra parte, aún están frescos ciertos
pronunciamientos públicos de Zapatero en los que habla de “reconocimiento mutuo
de legitimidades”, de aprovechar las ocasiones “si se me presentan”, de lo “buen
demócrata” que es el lehendakari...
Lo cierto es que se empieza a echar en falta la antigua firmeza de Rodríguez
Zapatero a la hora de decirle “no” al nacionalismo que, vaya por las buenas o
por las malas, reclama del Estado cosas innegociables.
Mala pinta tiene esto. La pista nos la daba este sábado Antonio Elorza. Si hasta
en El País se empieza a sospechar que en Moncloa se trafica con los
principios al servicio de una estrategia de “acomodación” (Sahara, política
exterior, asedio nacionalista al Estado, etc), es que lo de la retirada de las
tropas del Iraq tal vez fue solo un espejismo.
Ojo con la estrategia de acomodación porque, como dice Elorza, puede ser
“suicida”. La misma palabra que utiliza el ministro Jordi Sevilla cuando se
refiere en privado a lo que harán los socialistas vascos si la matemática del 17
de abril les da para elegir socio de gobierno : “Llegado el caso, con el PP.
Hacerlo con el PNV sería un suicidio para el PSOE en el resto de España”.
Este es el pensamiento mayoritario en el Gobierno y en la Ejecutiva socialista,
pero no lo es en la dirección de los socialistas vascos y parece estar sometido
a revisión en la mente de Rodríguez Zapatero, a juzgar por sus hechos y sus
palabras de estos últimos meses.
Se entiende que quiera diferenciarse el PP, pero no puede hacerlo en todo. No,
por ejemplo, en la raya roja que los nacionalistas no pueden pisar. No en las
previsiones que se desprenden del preámbulo del pacto antiterrorista. El PP y el
PSOE serán, y lo son, muy diferentes, pero las rayas rojas y lo pactado en el
referido documento es lo mismo.