Rajoy más que Zapatero, pero ¿y eso a quién le importa?
Artículo de Eusebio Cedena Gallardo en “El Semanal Digital” del 25/03/05
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
25 de marzo.
Lamento decirlo, pero pienso que Zapatero acumula ya méritos suficientes como
para haberse convertido, por derecho propio y en menos de un año, en el
presidente más sectario de nuestra todavía joven democracia. Me temo lo peor
para los próximos años. En este asunto, no siento ningún complejo al coincidir
abiertamente con Rajoy: el presidente del PP lleva razón y su acusación contra
el líder socialista tiene fundamentos intelectuales y morales muy sólidos. El
actual inquilino de La Moncloa, gobierne lo que gobierne, lleva todas las trazas
de ser recordado por esta nada honrosa connotación: lo suyo, por el momento, es
sectarismo en estado puro. Mala cosa.
Día tras día, episodio tras episodio, añagaza tras añagaza, Zapatero y su
régimen no hacen más que evidenciar una forma de hacer indisimuladamente
sectaria, partidista, propagandista y radical en la concepción y en los hechos.
Una estrategia que, lejos de ser improvisada y a locas, responde a un modo
planificado, diseñado y perfectamente organizado de hacer política. Un modo
inmoral e irresponsable, tal vez nefasto, pero altamente rentable desde el punto
de vista electoral y político. ZP, escondido tras su rictus amable y bobalicón,
sigue siendo el líder más valorado y, de momento, las encuestas las viene
ganando. Aunque parezca mentira, está consiguiendo dividir al PP, no sufre
desgaste y se le ve aún como el campeón mundial del talante y la alianza de
civilizaciones. Pura nadería, pero con éxito.
Reconozco que, ingenuamente, hubo un tiempo en el que pensé que Zapatero era un
hombre torpe e incapaz, un pusilánime de sonrisa y vacío que en manos de los
lobos independentistas caería por el propio peso de su debilidad intelectual y
política. Bambi sólo y perdido en el bosque. Hoy todavía a veces lo pienso. Sin
embargo, mi opinión va cambiando deprisa. Al frente de una maquinaria de
propaganda perfectamente engrasada y útil, Zapatero, con mayor dureza en el
rostro que la estatua derribada de Franco, sabe muy bien lo que se hace y tiene
tres cosas de las que el PP de Rajoy carece por completo. A saber. Un objetivo:
mantenerse en el poder a toda costa. Un instrumento: todos a una a través de un
equipo con los métodos y las ideas muy claros. Y una estrategia: casi todo vale
con tal de extender la especie, radicalmente falsa pero creíble a los ojos de
muchísima gente, de que la izquierda aglutina y representa a "los buenos" y la
derecha a "los malos", en penosísima expresión de un triste y trasnochado
Peces-Barba.
¿Qué hacer frente a eso? Llorar desconsoladamente. Es cierto, como asegura
Umbral, que Rajoy es más que Zapatero. Mucho más. Pero eso, ¿a quien le importa
en la España de hoy?