RAJOY NO DEBE HACER UN CONGRESO A LA BÚLGARA
Artículo de Eusebio Cedena Gallardo en “El Semanal Digital” del 15.04.08
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Lo
mejor que le puede pasar a un partido para quedarse la tira de años en la
oposición es dormirse en los laureles de la autocomplacencia y las magníficas derrotas.
Sin conciencia crítica hacia dentro ni capacidad de rebelión interna los
partidos languidecen cuando no están en el gobierno. Se perpetuan
a sí mismos y terminan desvaneciéndose. El PP tiene ahora una gran oportunidad
para impulsar su propio renacimiento o para seguir teniendo durante años los
"mejores resultados" obtenidos nunca por la oposición. A Zapatero le encantará
esta segunda opción.
Mariano Rajoy,
supongo, hubiera sido un buen presidente del Gobierno para España, pero no es
un gran líder de la oposición. Digo esto tranquilamente ahora, después de
las generales, porque ya lo tenía escrito de antes, y con alguna insistencia.
No es oportunismo en tiempos de crisis: tampoco me va absolutamente nada en
ello. A Rajoy
le falta liderazgo y carisma, que son dos elementos esenciales que sirven para
ganar las elecciones, y sus dos derrotas consecutivas con un político tan
inestable y desnatado como Zapatero
le colocan en posición de empezar a despedirse. Ya toca.
Está bien, en todo caso, que el actual presidente del PP pretenda mantener
su liderazgo y convertirse en el artífice de la renovación. Es un buen deseo,
pero su objetivo es complejo y difícilmente podrá llegar a conseguirlo. A Rajoy, si quiere ser
honesto y busca lo mejor para el PP, le toca hacer en junio un congreso de
verdad, del que salga un partido fortalecido y un líder que nadie pueda
cuestionarse. Lo contrario será una garantía de continuidad para Zapatero en La
Moncloa. Los populares tienen un gran reto y no están en condiciones, por
seguidismo o simples posiciones bovinas, de hacer un congreso a la búlgara del
que salga una guerra civil al día siguiente de su clausura. Mariano Rajoy deberá
tenerlo en cuenta y, como están diciendo diversos sectores del partido, huir a
toda prisa de hacer un cónclave del que salga elegido, falsamente, por
aclamación.
Es verdad que el propio Rajoy
insiste en animar a sus posibles rivales. Eso es bueno, pero siempre queda la
triste sensación de que lo dice con la boca pequeña o de que está jugando al
despiste. Los populares, a día de hoy, se están haciendo un lío y no piensan ya
en Rajoy
como su líder natural. Al menos una buena parte. Es un buen político, un
magnífico parlamentario y fue un gobernante sereno, moderado y eficaz, pero su
liderazgo en el PP parece en este instante a punto de agotarse. O tal vez
no: pero eso debe decidirse en un congreso verdadero. Un congreso abierto,
competitivo, libre y valiente. Esa es la misión que Rajoy tiene ahora por
delante, más importante de lo que parece.