LA CONJURA DE LOS HEREDEROS

FERNÁNDEZ VARA Y CHACÓN SE SUMAN A LA DISPUTA POR LA SUCESIÓN

 

 Informe de  Daniel Forcada en “El Confidencial” del 27 de febrero de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

La ventanilla se ha abierto. En un abrir y cerrar de ojos, media docena de aspirantes ya se han posicionado para hacer cola y pedir la vez, para reivindicar su turno como futuros aspirantes a ocupar el sillón de Pablo Iglesias en la madrileña calle de Ferraz. Si Alfredo Pérez Rubalcaba (APR) pensaba que tenía el camino despejado para convertirse por aclamación popular en el sustituto in pectore de José Luis Rodríguez Zapatero, tendrá que batirse ahora con una lista creciente de ministros y barones territoriales que no tienen tan claro que él tenga por qué ser el elegido. Todo parecía atado y bien atado hasta que alguien abrió la caja de los truenos.

De la noche a la mañana, a la merienda se han apuntado varios nombres que no estaban en el guión original. Ahí están Carme Chacón, mujer, catalana y con aspiraciones, y Guillermo Fernández Vara, extremeño, barón en alza y, según los lectores de El Confidencial, el preferido para encabezar la lista del PSOE en las próximas elecciones. Eso sin contar a otro que siempre figura en todas las quinielas, el presidente del Congreso José Bono, protagonista central de los actos de conmemoración del 30 aniversario del 23-F. Todos quieren ahora matar al padre, esto es, abandonar el nido paterno y crear el suyo propio. Eso, claro está, si el propio padre lo permite. Que muchos en el PSOE aún no la tienen todas consigo y se preguntan, acaso, si Rodríguez Zapatero está esperando a ver si escampa para, en tal caso, volver a presentarse.

“Creo que, si puede, Zapatero no se va”. Es el pálpito de un destacado miembro de la corriente guerrista que añade que, de todos modos, el presidente ha optado por preparar una alternativa. Por lo que pueda pasar. “El ascenso de Rubalcaba es fruto de un momento de mucha crítica y de mala imagen de Zapatero que llega a preocuparle porque tiene menos apoyo en las encuestas que el que obtiene el propio partido. Todo eso le ha afectado psicológicamente hasta el extremo de abrir la posibilidad de marcharse. Aparece, por eso, una persona como Rubalcaba que, en la medida que  pueda ser una expectativa, recibe todas las tortas en su lugar”.

A APR, sin embargo, le puede acabar pasando como a su querido compañero de filas Javier Solana, eterno delfín de Felipe González que nunca llegó a heredar porque, cuando llegó el momento de la verdad, prefirió un puesto en la OTAN, en lo más alto a donde había llegado jamás un socialista.  A Rubalcaba, en cambio, lo puede dejar en la estacada el propio Zapatero y, si no, su propio partido, abocado necesariamente a otro tenso proceso de primarias si el Maquiavelo de León opta por la retirada.

La ministra de Defensa, colocada por Zapatero en una cartera de enorme prestigio y de menor desgaste que la de Interior, podría ser otra de las aspirantes. Ella, de momento, se pone de perfil. No niega que quiera devorar al padre, pero tampoco lo desmiente. Mientras, se prodiga en abrazos y fotos junto a Felipe González para afirmar, como él, que “una cosa es querer ser candidato y, a partir de ahí, te tienen que querer los militantes, te tienen que votar”.

O lo que es lo mismo, que el próximo candidato socialista a la presidencia del Gobierno tendrá que salir de un proceso de elecciones primarias y no por una designación a dedo. Arropada en un multitudinario desayuno informativo por la ex vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, víctima del ascenso a los altares de Rubalcaba, Chacón ha dado un paso adelante que representaría mejor que nadie la continuidad generacional de la Nueva Vía que Zapatero disolvió nada más poner los pies en La Moncloa.

¿Un presidente extremeño?

Aunque eso supondría traicionar una de las obsesiones socialistas por excelencia, la de encarnar la renovación que, como explica José García Abad en su libro Las mil caras de Felipe González, “no siempre representó dejar espacio a los jóvenes, sino un intento de rejuvenecimiento entre Fausto y la doctora Asland”. Quizá con este argumento podría tener mayores opciones el último en sumarse a la fiesta, el extremeño Guillermo Fernández Vara, que ha pasado de decir públicamente que tiene tres candidatos si Zapatero se va, “Alfredo, Pérez y Rubalcaba”, a postularse él mismo como alternativa: “España está perfectamente preparada para un presidente extremeño”.

“Fernández Vara siempre ha querido aspirar a la secretaría general del partido”, explica otro socialista extremeño. “Su familia vive en el barrio de Salamanca y él nació en Extremadura casi de casualidad. Su sueño es Madrid y, de hecho, estuvo a punto de ser nombrado ministro de Sanidad en el primer gobierno de Zapatero”. En su contra, como explica la citada fuente guerrista: “En este partido no se suele pasar de un territorio a liderar el partido a nivel nacional. Eso no forma parte de nuestra forma de ser. Se busca siempre un dirigente con visión nacional y no defensor de los asuntos de su territorio”.

Sea como fuere, la fila de demandantes de empleo en la ventanilla de Ferraz ha dado un vuelco en apenas una semana. Y si lo que parece es, Rubalcaba no lo tendrá tan fácil: si consigue matar al padre y no ser devorado por el Saturno Zapatero, tendrá en frente a uno o más rivales deseosos de batirse en unas primarias. A no ser, claro, que lo de APR sea solo una “liebre” soltada para despistar a sirios y troyanos, como insinuó el propio Bono.