Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 23
de julio de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Mencionas
la patria en este país y los complejos de la izquierda entran en ebullición.
Incluso dejas de mencionar la patria y te refieres simplemente a los intereses
de España y nuestra peor enfermedad política se manifiesta con todos sus
síntomas. Lo mismo en Gibraltar que en la decisión del juez Pedraz
sobre los abucheos al Rey.
Atentos
a la respuesta de la izquierda a las críticas a Moratinos: déjense ustedes de
orgullos patrios o de ardores nacionales. Una actitud inimaginable en
cualquiera de las grandes naciones europeas, empezando por Gran Bretaña, una
democracia que hasta hizo una guerra para conservar la soberanía sobre
Malvinas. Y que explica el ridículo del Gobierno en Gibraltar, renunciando a
las reivindicaciones españolas, y lo más insólito, a cambio de nada, como no
sea el reforzamiento de la posición británica.
Y
este cambio de política respecto a Gibraltar viene de fines de 2004 y, no es
casualidad, tiene el mismo origen que la negociación con ETA. La incomodidad de
Zapatero con las posiciones patrióticas que él identifica como franquistas, sea
frente a Gibraltar o frente a los nacionalismos. Lo que hace de su generación,
de la de Moratinos, pero también de la de sus herederos ideológicos, Pajín, Madina, unos pésimos
defensores de los intereses nacionales. Se plegarán al Caruana
o al Miliband de turno, o a los nacionalistas, con
tal de no situarse en el terreno del patriotismo español. Y fracasarán
nuevamente, de la misma forma que han fracasado con treinta años de cesiones a
los nacionalismos, sean políticas o sean judiciales como la de Pedraz. Éste es nuestro auténtico hecho diferencial
respecto a Europa. No la existencia de nacionalismos fuertes, sino la
incapacidad para responderles con firmeza. Los británicos y Peter Caruana se frotan las manos con la misma satisfacción que
los independentistas vascos y catalanes.