LOS INDIGNADOS Y EL TEA PARTY

Asistiremos en los próximos meses a lo que ya hemos visto en las últimas semanas: guiños desde el Gobierno a los Indignados

Artículo de Edurne Uriarte  en “ABC” del 21 de junio de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

El formateado es mío (L. B.-B.)

La izquierda española ha criticado y ridiculizado en numerosas ocasiones el movimiento Tea Party americano. Y he aquí que le ha salido a ella misma un Tea Party nacional, el movimiento Indignados, muy semejante en sus métodos a aquel movimiento, y que le plantea, como a la derecha americana, el dilema estratégico de cómo responder a una protesta popular y populista salida de su propio entorno ideológico.

En común con el Tea Party, los Indignados son radicales, populistas y antipolíticos. Aquellos, desde la derecha; éstos, desde la izquierda. Como los Indignados marcharon el domingo sobre el Congreso de Diputados, el Tea Party marchó el 12 de septiembre de 2009 sobre el Capitolio, la sede del legislativo, en su primera gran manifestación. Aquí y allí protestan contra la élite política, sus excesos, sus abusos y su ineficacia. De hecho, ese fue y sigue siendo motor esencial del Tea Party, el populismo antipolítico. La diferencia viene a continuación, cuando el Tea Party aboga por los recortes de los gastos del Estado y de los impuestos, su segundo gran eje, mientras que los Indignados exigen justamente lo contrario, un Estado que no recorte. Los activistas del Tea Party no quieren pagar más al Estado y los activistas de los Indignados quieren que el Estado siga pagando.

Ambos movimientos populistas comparten igualmente un notable apoyo ciudadano. Si bien hay pocas mediciones aún en España, éstas han mostrado una importante simpatía hacia los Indignados. En Estados Unidos, y según diferentes encuestas, entre un 20 y un 30 por ciento de la población apoya al Tea Party, y cerca del 70 por ciento cree que los legisladores deben tener en cuenta sus reivindicaciones. La diferencia obvia es que las simpatías al Tea Party se concentran en la derecha mientras que las simpatías a los Indignados están en la izquierda.

Y es aquí donde llegan los dilemas estratégicos, en Estados Unidos, para los Republicanos, en España, para el PSOE y para IU. Los Republicanos han optado por integrar y fomentar en su seno a líderes y reivindicaciones del Tea Party, con bastante éxito. El PSOE e IU se encuentran ante la tesitura de tener que hacer lo mismo en España. Pero con un grave problema, la dificultad de atender las reivindicaciones de los Indignados, cuando la crisis económica y la bancarrota del Estado obligan al Gobierno a hacer justamente lo contrario. Por lo que asistiremos en los próximos meses a lo que ya hemos visto en las últimas semanas. Guiños desde el Gobierno a los Indignados mientras se les sugiere que los culpables de sus males y los responsables últimos de las políticas de recortes son la derecha y el capitalismo.