UN ESPAÑOL SIN COMPLEJOS

 

Es difícil imaginar de dónde puede salir en el PSOE ese español sin complejos que reclama Bono

 

 Artículo de  Edurne Uriarte en “ABC” del 29-11-2011.

He optado por seguir una pauta respecto a los columnistas de ABC que será la de que cuando considere conveniente hacer algún comentario a sus escritos, o considere alguno de ellos digno de mención especial, los incluiré en mi sitio web, siempre en días posteriores a su publicación en el períódico digital, que ahora es de pago. Por eso, diferiré dar publicidad a sus escritos hasta como mínimo el día siguiente de su publicación.

Creo que es una pauta correcta. Hoy lo hago con dos artículos, de Hermann Tertsch y Edurne Uriarte, que considero relevantes y dignos de percepción antes de que se desvanezcan en el pasado (Luis Bouza-Brey)

 

Con un breve comentario al final:

¿Y DESPUÉS DE ZAPATERO?: ¿CHACÓN, O EGUIGUREN-LÓPEZ, O MADINA?

ESTAN LOCOS.

Luis Bouza-Brey, 30-11-11.

 

Las posibilidades de que el PSOE atienda a la petición de José Bono de poner al frente a «un español sin complejos» son mínimas. Los socialistas ni siquiera han sido capaces de reconocer la primera causa de su derrota, la negación de la realidad, la ineficacia frente a la crisis y el enloquecido programa para llevar a la bancarrota a España. Y esta segunda causa, su renuncia a ser un partido nacional, ni la huelen, viven completamente ajenos a ella. Y políticos como Bono, que pudieron reivindicar un PSOE nacional cuando Zapatero lo llevaba en la otra dirección, renunciaron a hacerlo y perdieron el liderazgo de ese proyecto.

Es cierto que la principal pérdida de votos del PSOE se debe a su catastrófica gestión de la crisis y a la incapacidad de Rubalcaba para ofrecer una alternativa creíble al fracaso de su propio Gobierno. Pero el socavón de los 110 diputados y el récord del peor resultado de su historia se explican también por el debilitamiento del PSOE como una marca nacional. Si el PP tiene, como escribía en este lugar hace unos días, un problema con la marca «derecha», el PSOE tiene otro problema mucho mayor con la marca «nacional». Que se debe a Zapatero, pero también a esa izquierda intelectual que ha guiado a los socialistas por ese camino en los últimos años, ridiculizando a la derecha por su españolismo. Y haciendo huir de la izquierda no sólo a quienes ya la dejamos hace muchos años, sino, más recientemente, a políticos que han fundado y consolidado un nuevo partido como UPYD.

Con la creación de un PSOE nacionalista y localista, el socialismo ha logrado dos fracasos en lo que a su propio voto se refiere. Ha enviado a una parte significativa de sus votantes a UPYD, y es que contrariamente a lo que dábamos por supuesto, un análisis del voto el pasado día 20, por ejemplo, en Madrid, muestra que el origen del voto UPYD no está en el PP sino en el PSOE. Además, el PSOE ha fomentado el crecimiento de partidos minoritarios. Si lo progresista y moderno es, según la élite de la izquierda, el nacionalismo, el localismo y la diferencia de lo pequeño, lo lógico es que sus potenciales votantes se apunten a tales paraísos políticos. Con más ganas aún, si el propio Rubalcaba añade a lo anterior la glorificación del 15-M o la indignación contra los grandes partidos nacionales.

 

Es difícil imaginar de dónde puede salir en el PSOE ese español sin complejos que reclama Bono. Los dirigentes socialistas más jóvenes, los que ahora pueden ser alternativa, se han socializado en la ridiculización de lo español. En un profundo complejo de lo español que el propio Bono y otros veteranos socialistas han permitido.

Breve comentario final:

¿Y DESPUÉS DE ZAPATERO?: ¿CHACÓN, O EGUIGUREN-LÓPEZ, O MADINA?

ESTAN LOCOS.

Luis Bouza-Brey, 30-11-11.

 

Parece que los cachorros zapatéticos se están rifando el liderazgo: suena Chacón, suena López pero no puede ahora, suena Madina.

Todos ellos han seguido a pies juntillas la política zapatética de hostilidad hacia el PP y amistad hacia los independentistas. Hasta que han hartado a capas del electorado que los han dejado colgados en Cataluña, se han marchado a UPyD o IU en el resto de España, o ---algunos--- se han ido a votar al PP.

Pero miren ustedes, Carmen Chacón, por ser catalana, tiene todo el derecho a optar a lo que quiera en España, pero por ser nacionalista no debería optar al liderazgo del PSOE, salvo que el PSOE siga primando a los nacionalistas y los ascienda ya al liderazgo en su interior, cosa nada de extrañar después de su evolución reciente en la que ha quemado todas sus señas de identidad como socialista, popular y español.

Porque, ¿cuáles son los rasgos políticos de Carmen Chacón? Hace años apoyaba a Rubianes en sus insultos a España, después recomendó no aplicar las sentencias del Tribunal Supremo referentes a la cooficialidad del castellano, recientemente, durante la campaña electoral, denominaba al PP “la derecha anticatalana”, y ahora, por ser  “mujer y catalana” quiere liderar el PSOE. ¿Es socialismo democrático y español ese conjunto de actitudes? ¿La apoyarán también los que tienen como  objetivo prioritario estratégico en el PSC la consecución de un grupo parlamentario propio, separado del del PSOE?

¿No es hora de poner freno a tanta mandanga etnicista y construir una democracia de verdad?

Pero Madina tampoco le va a la zaga en sus posicionamientos antiPP y su hostilidad al consenso de la transición, aunque todavía no ha tenido tiempo de definirse del todo, pero lo que uno recuerda de sus intervenciones públicas es que son también propias de la camada zapatética.

López no toca, como diría un político castizo, pues está obligado a mantenerse en la prudencia debido a su pacto con el PP en Euskadi y no puede dejar el poder de momento. Pero parece muy similar a Eguiguren en sus posiciones de llegar como sea al pacto con ETA, rechazar el demostrar con un “Viva España” que tiene patria, y manifestar claros signos de convicciones democráticas y socialistas.

En fin, como afirman algunos de los comentaristas de estos días, como Edurne Uriarte, Hermann Tertsch, Alejandro Muñoz-Alonso y otros, el PSOE no parece haberse enterado todavía de cuáles han sido sus errores o perversiones: no es únicamente la crisis económica la que les ha hundido, sino la orientación estratégica y las políticas seguidas durante las dos últimas legislaturas zapatéticas, de sectarismo, ruptura con la transición y la Constitución, intento de legitimación fraudulenta en base a la “Memoria Histérica y hemipléjica”, izquierdismo infantil y radicalismo pequeño burgués, desprecio a la dignidad del pueblo español…y más patologías propias de zoquetes antifranquistas de manual, demócratas de boquilla y “socialistas” sin contenido ni coherencia.

¿Queda alguien en el PSOE capaz de recuperarlo para desempeñar una función estabilizadora y dignificadora de la izquierda?

En estos momentos no se percibe, y el PSOE parece un enjambre de oportunistas de la mamandurria, sin criterio, y a la búsqueda de chollos políticos, porque, si no, no se entiende el silencio y la pasividad ante las barrabasadas cometidas por los Gobiernos zapatéticos durante siete años y pico.

Pero España necesita una izquierda moderna y actualizada, y un partido no corrompido y regenerado, por lo que conviene dar unos meses de gracia al PSOE a fin de que intente superar su putrefacción antes de hundirse definitivamente. Por ello, el dar a Rubalcaba un plazo prudencial para que intente liderar la salida del despeñadero socialista parece prudente.

Bien es verdad que Rubalcaba ha sido un factótum de las políticas zapatéticas, y que su currículum, en este sentido, no le acredita para impulsar la regeneración del PSOE, pero de momento parece ser el único con habilidades y recursos políticos suficientes para gestionar la crisis y abrir oportunidades a personalidades nuevas, desempeñando un papel de transición a fin de recuperar todo lo que se ha corrompido durante los últimos años. En mi opinión, Rubalcaba podría ser un líder de transición para evitar el hundimiento total del PSOE, porque a pesar de todo, tiene una experiencia y criterio que le pueden permitir desempeñar ese papel, y sobre todo, porque la camada zapatética que pretende ascender al liderazgo no parece capaz de salir del precipicio en que ha hundido al PSOE su padrino.