Artículo de Elisa Jovellanos en su blog del 9-6-09
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Tras
el éxito electoral del pasado domingo, se ha convocado el primer congreso de UPyD, después de 15 meses de estar en la escena política e
incumplir la Constitución y la Ley de Partidos como se ha denunciado en este
blog, en numerosas ocasiones.
El I Congreso de UPyD, cuyo reglamento fue aprobado
por casi el 90 % del consejo político del partido, y concluyó con la
destitución en pleno de la coordinadora de Aragón, porque a su representante,
Javier Carroquino, se le ocurrió presentar un
programa alternativo que abogaba por las listas abiertas a todos los órganos
del partido, ante el que Rosa Díez se pronunció de la siguiente forma, con el
talante democrático que la caracteriza: “si se aprueban las listas abiertas, yo
me iré del partido”, así que no se aprobaron evidentemente.
El
reglamento del Congreso es el que han fabricado entre Gorriarán
y sus colaboradores, bueno en realidad lo ha hecho el coordinador de Asturias
al dictado de Gorriarán, para ser más exactos.
Según
nos ha referido una fuente presumiblemente solvente, en el partido del Consejo
Político Fundador, que estaba formado por 125 miembros, apenas quedan el 40 %
de los miembros iniciales. La purga, al igual que ha ocurrido en la mayoría de
las coordinadoras autonómicas ha sido de proporciones descomunales.
En
Madrid y Cataluña, se han impuesto coordinadores provenientes de la corriente
del PSOE, socialistas en positivo, y en todas las demás personas de confianza
de Gorriarán, por lo que a fecha actual todos los
coordinadores son correa de transmisión de la voz de su amo.
En
estas circunstancias, los militantes que discrepaban con la dirección del
partido y su comportamiento feudal, se han terminado yendo, algunos haciéndolo
manifiesto públicamente y otros de forma discreta.
Pocas
esperanzas para la democracia en UPyD, porque
blindaje orgánico del partido recuerda más a una formación comunista del siglo
pasado que a un partido democrático del siglo XXI.
Las
arbitrariedades, inequidades, injusticias y persecución de la libertad de
expresión, han sido la norma, más que la excepción del despotismo educado de la
dirección del partido.
El
próximo 20, 21, y 22 de noviembre asistiremos al gran espectáculo del
autoritarismo que será el congreso fundacional de UPyD,
en el que los asistentes, previamente seleccionados por su lealtad a la
dirección, concederán legitimidad “no democrática” a una formación política que
se anunciaba como la tercera vía y se ha quedado en la tercera plaga, la de la
peste, en este caso estalinista.
Good Ridance