LAS
SINIESTRAS INTENCIONES DEL PREVARICADOR RODRÍGUEZ ZAPATERO
Artículo de Enrique Suárez
Retuerta en “Ciudadanos en la Red” del 11 de diciembre de 2009
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
Va siendo hora de poner las cosas en claro, porque el
Presidente del Gobierno de España ha prevaricado, cometiendo un delito penado
por la justicia española vigente, como denunciaba recientemente en un artículo
previo.
Para los no versados en terminología jurídica, les recuerdo que el diccionario
de la RAE define prevaricación.
(Del lat. praevaricatĭo, -ōnis).
1. f. Der. Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una
autoridad, un juez o un funcionario.
Rodríguez Zapatero ha participado muy directamente en el desarrollo preliminar
del Estatut y en su aval público, reiterándose en su
apoyo. Es decir, ha resuelto desde su autoridad como Presidente del Gobierno de
España, y gracias al apoyo de su partido, convertirse en parte activa de la defensa del Estatut catalán contra el resto de la Nación española.
Un Estatut que dice en su preámbulo lo siguiente:
El Parlamento
de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de
Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación.
La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional
de Cataluña como nacionalidad.
Según el diccionario de la RAE es evidente es que, una nación no es una
nacionalidad. Dentro de
nuestra vigente Constitución de 1978, no hay posibilidad alguna para que
Cataluña sea una nación, aunque bien puede definirse como nacionalidad. La
única nación indivisible en la Constitución es la nación española, no hay alternativas, ni resquicios.
El Parlamento de Cataluña no tiene capacidad jurídica para definir Cataluña
como nación, porque eso es un delito de sedición en nuestro Estado de Derecho. Admitir esa posibilidad
es aceptar que los catalanes son soberanos sobre su territorio, población e
instituciones, algo que resulta inconcebible, puesto que Cataluña forma
parte de la “patria común e indivisible de los españoles” que es España como
bien expresa el artículo 2 CE 1978
Artículo 2.
La
Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española,
patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la
solidaridad entre todas ellas.
Y el artículo 11 CE 1978. nos dice:
Artículo 11.
1. La nacionalidad española se adquiere, se
conserva y se pierde de acuerdo con lo establecido por la Ley.
2. Ningún
español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.
Y con estos conceptos es suficiente para demostrar la prevaricación de
Rodríguez Zapatero al avalar el Estatut de Cataluña siendo
Presidente del Gobierno de España, porque si la única nación legítima que puede existir en nuestro
territorio, como bien dice la Constitución Española de 1978 es España, y los
españoles no pueden ser privados de su nacionalidad: ¿cómo se puede hablar
entonces de Cataluña como nación y de los catalanes como nacionalidad?.
Pues cometiendo un insidioso error, urdido para confundir el
orden vigente, que es
considerar nacionalidad –una forma de definir Autonomía como institución
del Estado- con NACIONALIDAD –que es una
consecuencia derivada del origen Nacional, una condición de pertenencia-.
Una nacionalidad, como bien define el diccionario de la RAE puede ser
nacionalidad.
1. f.
Condición y carácter peculiar de los pueblos y habitantes de una nación.
2. f. Estado propio de la
persona nacida o naturalizada en una nación.
3. f. Esp. Comunidad autónoma a la que, en su Estatuto, se le
reconoce una especial identidad histórica y cultural.
4. f. Esp. Denominación oficial de algunas
comunidades autónomas españolas.
Las
acepciones 1 y 2 exclusivamente pueden dimanar de la condición de Nación, y
según la Constitución Española de 1978, sólo hay una nación legítima que es
España.
Las acepciones 3 y 4, y aprovecho para mostrar mi admiración por los
veladores de nuestra magnífica lengua, el idioma español, en el relativo de
España –no de una forma genérica-, sirven para definir comunidades
autónomas, nada que ver con la cuestión nacional.
No volveré a repetir lo establecido en el artículo El Golpe de Estado, encubierto e ilegal de
Rodríguez Zapatero, donde se explica que la autonomía es
exclusivamente una forma de organización del Estado, nada que ver con el
concepto de Nación, que depende exclusivamente de la soberanía del pueblo
español.
Pero Rodríguez Zapatero, que en su día obtuvo su licenciatura con una
memoria que llevaba por el título de “Un modelo de autonomía política: Castilla
y León”, y habiendo sido profesor ayudante de Derecho Constitucional en la
Universidad de León, no desconoce estas cuestiones, porque en sus propias palabras
decía:
“El tribunal Constitucional
ha definido con lucidez el significado de la autonomía como poder limitado:
“Ante todo –dice el tribunal- autonomía no es soberanía, por lo que en ningún
caso el principio de autonomía puede oponerse al de unidad dado que cada
organización territorial es una parte del todo” (Rodríguez Zapatero).
Rodríguez Zapatero, al igual que el Parlamento de Cataluña,
y todos los Parlamentarios Españoles que aprobaron el Estatut
en el Congreso y el Senado, han prevaricado en su resolución.
Y regresamos de nuevo al artículo 2 de la Constitución Española de 1978, para reafirmar lo dicho, porque de forma artera, la
estrategia insidiosa de Rodríguez Zapatero, se manifiesta en la plenitud de su
perversión cuando descubrimos lo siguiente, y me permito repetir el artículo de
nuevo:
Artículo
2.
La
Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española,
patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la
solidaridad entre todas ellas
Lo hago para dejar bien clara la cuestión de fondo de toda esta representación
teatral, que no es otra que la revocación sobrevenida de
nuestra Constitución, subvirtiendo la voluntad del pueblo español, porque si ustedes se fijan en el siguiente párrafo lo
entenderán con claridad meridiana.
La
Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española,
patria común e indivisible de todos los españoles.... lo que quiere decir que si
se aprueba el Estatut, España
dejará de ser una Nación y patria común e indivisible de todos los españoles, porque los catalanes podrán decir sin problema alguno
que no son españoles, puesto que su nacionalidad no es española, sino catalana, y en ese mismo momento la Constitución Española, aprobada por el
soberano pueblo español en 1978, quedará derogada “de iure” y “de facto” de
forma inmediata, porque el Estatut catalán no puede ser contenido por nuestra
Constitución, y nuestra Constitución dejará de estar vigente en Cataluña, y
consecuentemente, en toda España.
El Estatut supone de hecho un Golpe de Estado encubierto,
porque elude consultar al soberano pueblo español sobre su legitimidad, que es
el único sujeto legítimo para dirimir sobre cuestiones relacionadas con la
Nación española, y quienes lo patrocinan son unos golpistas.
En estos momento se está perpetrando un Golpe de Estado encubierto, desde
la Presidencia del Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña, que sólo
puede detener el Tribunal Constitucional. Si el Tribunal Constitucional acepta
el Estatut tal como está, también habrá prevaricado,
lo que no tiene ninguna consecuencia sobre la prevaricación cometida hasta
ahora por el Presidente del Gobierno de España, los parlamentarios que
aprobaron el Estatut y la Generalitat, por la que sus
representantes que deben ser denunciados de oficio, por el Fiscal General del
Estado, -y si no lo hace, siendo consciente de lo ocurrido como es, también
habrá prevaricado-, y posteriormente juzgados en los tribunales españoles
Los españoles tenemos un grave problema, porque Rodríguez Zapatero ha
prevaricado en sus funciones, arrastrando a la prevaricación al Parlamento
español y estando a punto de llevar a las máximas instituciones judiciales de
nuestra nación al harakiri de su legitimidad si osan hacerle caso. Los tres
poderes que conforman el Estado social y democrático de Derecho, legislativo, ejecutivo y
judicial están al borde del abismo gracias a la magnífica ocurrencia del inefable, por asegurarse un puñado
de votos.
No son los únicos motivos por los que el Estatut es
inconstitucional, hay otros muchos, pero sin duda este es el más importante. De
hecho el Estatut habla de la cooficialidad del idioma
español en Cataluña, cuando se ha exterminado la posibilidad de su aprendizaje
preceptivo.
Enrique Suárez Retuerta, un ciudadano español que no
renuncia a su soberanía