Foro Ermua, 7/12/2005
Bilbao. 7 de diciembre de 2005.
Ayer, aniversario de la Constitución española, la organización terrorista ETA
hizo explotar siete bombas en Madrid, Navarra y Guipúzcoa. Afortunadamente no se
produjeron víctimas; de momento ETA sigue considerando que puede lograr mejor
sus objetivos políticos de independencia, anexión de otras regiones españolas y
francesas y dominio sobre la sociedad vasca evitando la comisión de asesinatos.
Pero tras veintitantos meses manteniendo esta actitud el entramado ETA-Batasuna
no ha retrocedido ni un solo paso en los fines políticos que reclama desde hace
décadas.
Por el contrario, desde su constitución el Gobierno presidido por Rodríguez
Zapatero ha vaciado de contenido la Ley de Partidos Políticos permitiendo que
Batasuna actúe a diario como si ya hubiese sido legalizado -organizando incluso
manifestaciones en la calle-, dándoles esperanzas nada encubiertas de su
relegalización formal -por una u otra vía- para las elecciones municipales de la
primavera de 2007, dando ordenes al Fiscal General -Cándido Conde-Pumpido- para
que se abstenga de defender al Estado de Derecho frente a las provocaciones de
los pro-etarras. Además, en los últimos meses -aunque sea difícil discernir las
causas exactas- se aprecia una disminución de resultados en la labor
antiterrorista de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Para colmo, el
Secretario General del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), Patxi López,
declara sin pudor que en su opinión los cientos de imputados en el Sumario 18/98
contra las tramas financieras, mediáticas e internacional de ETA, son inocentes
y deberían ser puestos en libertad. Y nadie desde el Gobierno ni desde la
dirección nacional del PSOE ha desautorizado en lo más mínimo tal vileza de
Patxi López, en apoyo de ETA y para contribuir a la deslegitimización de la
Justicia española promovida por todos los nacionalistas.
La lista de las actuaciones equivocadas del Gobierno de Rodríguez Zapatero en
materia antiterrorista, desgraciadamente, se extiende mucho más: la proposición
presentada a las Cortes en mayo pasado ofreciendo una “salida negociada” a la
agresión de ETA, sin ni siquiera límite temporal; la postura de deslegitimar y
dividir a las víctimas del terrorismo, de la mano del Sr. Peces-Barba; la
despenalización de la convocatoria de referendos ilegales desde autoridades
autonómicas; la petición de sobreseimiento del proceso contra el anterior
Presidente de la Cámara de Vitoria, Juan María Atuxta, por su abierto desacato a
la sentencia del Tribunal Supremo ilegalizando Batasuna, y un larguísimo y
vergonzoso etcétera.
Pero el mayor despropósito de Rodríguez Zapatero en materia antiterrorista ha
sido su ruptura del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, medida que
Batasuna y el PNV venían reclamando desde su misma creación en diciembre de
2000.
Si el Presidente Rodríguez Zapatero quiere revertir la creciente y abierta
desconfianza de un amplísimo sector de ciudadanos hacia su Gobierno, si desea
obtener el respeto de organizaciones cívicas que llevan años luchando contra el
terrorismo nacionalista -como el Foro Ermua- ha de hacer públicas acciones
convincentes para restablecer el Pacto por las Libertades y colocarlo en una
posición central de su política.
Todas las informaciones apuntan a que ETA mantiene plenamente en funcionamiento
sus aparatos de aprovisionamiento de armas y explosivos y de entrenamiento de
sus comandos. Además, no cesa en su intimidación sobre empresarios y
profesionales para arrancarles los ingresos de la extorsión.
El objetivo del Gobierno debe ser derrotar por todos los medios legales a ETA y
su amplio entramado de organizaciones y no mantener a nuestra democracia bajo la
tutela armada de los terroristas de ETA.
Foro Ermua, 7/12/2005