UNA ECONOMÍA EMERGENTE

España, gracias a la exquisita gestión de las autoridades, cada vez se parece más a una economía emergente

Artículo de Fernando Fernández  en “ABC” del 06 de julio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Una empresa española gana un gran contrato en Estados Unidos, otra saca adelante una operación en Portugal aunque sufre luego el contagio del efecto Endesa, bancos que lideran los test de estrés europeos. El sector privado funciona. Está siendo capaz de redefinir estrategia, reducir endeudamiento y consolidar liderazgos. Son empresas que tienen un plan de negocios propio, que no buscan las rentas del presupuesto sino que se comprometen con clientes y mercados. Mientras el gobierno calla, no define un plan coherente y sistemático de acción, y cuando habla introduce más riesgo regulatorio.

Se quejan nuestras autoridades de la campaña internacional anti España. Pero ignoran deliberadamente que este país, gracias a su exquisita gestión, cada vez se parece más a una economía emergente. Déficit público explosivo, elevado endeudamiento externo, desequilibrios crónicos de balanza de pagos, vulnerabilidad a los cambios de opinión de los inversores, inseguridad normativa, inestabilidad política y social, instituciones desprestigiadas y sometidas al debate partidista; son todas ellas características tradicionales de las economías emergentes muy presentes en la España de hoy.

Las consecuencias son conocidas: fuga de capitales, caída de la inversión extranjera directa, recesión económica y elevadas primas de riesgo. Todo ello compatible con empresas rentables y eficientes. Y si alguien escucha la brillante labor de COTEC, incluso con un pujante elenco de empresas medianas y pequeñas dinámicas e innovadoras. A pesar del coste que supone el gobierno.