UN AGGIORNAMIENTO IMPOSIBLE
Me voy antes de que me
echen. Me voy salvando mi proyecto político. Todo muy bonito pero llega
demasiado tarde
Artículo de Fernando Fernández en “ABC”
del 23 de diciembre de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un comentario al final:
LA DEGENERACION DE LA
IZQUIERDA Y LA CRISIS DE LA GLOBALIZACION
Luis Bouza-Brey (23-12-10,
8:00)
Zapatero ha secuestrado al PSOE y convertido en un partido radical. Secuestro consentido por quienes vieron en ese giro estratégico la manera de superar la socialdemocracia clásica, naufragada la Tercera Vía de Blair. Critican el imperialismo del mercado y la dominancia de lo económico, pero fueron ellos los que creyeron que el ciclo había muerto, que el crecimiento estaba garantizado y era un movimiento perpetuo y que podían por tanto ocuparse de otras cosas. Surge así el partido de la alegría, la irresponsabilidad y el desatino. Un partido de vacaciones permanentes cuya única preocupación era pensar en maneras de gastarse el excedente que la lógica de las cosas iba a generar naturalmente. Fue esa ceguera ideológica, esa convicción íntima de que habíamos entrado en una fase ulterior del capitalismo la que les impidió entender la crisis económica y perder el contacto con la realidad. La que ha llevado a España a ser el problema de Europa. La que explica que los socialistas estén casi veinte puntos por debajo en todas las encuestas.
El presidente Zapatero intenta ahora responder con un doble movimiento. Recuperar la socialdemocracia para encargarse de las cosas serias como la economía y anunciar una renovación ideológica y programática del partido socialista que afecte incluso a su cartel electoral. Intenta así demostrar que el capitán sigue vivo y tiene un plan. Sobre todo a los suyos antes de que se le amotinen como en el Bounty. Esa es la única explicación de la confidencia interesada del presidente. Me voy antes de que me echen. Me voy por responsabilidad y convicción. Me voy salvando mi proyecto político. Todo muy bonito pero llega demasiado tarde.
El PSOE volverá ser un partido socialdemócrata. Incluso volverá al federalismo cooperativo y se olvidará de delirios asimétricos y otras geometrías en red variable. Pero no antes de purgar sus errores en el frío de la calle. La única pregunta relevante es si ese viaje se llevará por delante a toda una generación de compañeros de aventura de Zapatero, si tendrá que ser pilotada por el padre superior Rubalcaba, que ejerciendo de anciano ilustrado ponga orden en la adversidad y proceda a la liquidación del patrimonio para resarcir a los acreedores. Visto lo sucedido ayer en el Congreso tendrá que ser así, porque dos de las estrellas rutilantes del firmamento radical, Leire Pajín y Ángeles Sinde, demostraron haber superado cualquier benévola aplicación del principio de Peter. Escuchar que la prohibición de fumar en los bares abrirá ese espacio de convivencia y esa línea de negocio a niños y ancianos fue un momento mágico de la estupidez radicaloide. A beber niños que fumar mata. A beber abuelo que la Seguridad Social tiene problemas. Valiente memez. Lo de Sinde es más complicado. Porque teniendo razón en el fondo, su incapacidad política, su parcialismo y los compromisos y deudas del gobierno con un sector muy concreto de la producción cultural, la convierten en presa fácil de una estrategia fracasada.
Con estas dos ministras como ejemplo más reciente y patético ha muerto la forma de entender el mundo de ZP. Una forma cruce de Italia y de la costa oeste americana que ha funcionado mientras soplaban vientos favorables y el clientelismo de la sociedad civil ha permitido jugar con los presupuestos públicos. Hoy el PSOE necesita «matar al padre» si quiere recuperar un mínimo de credibilidad, porque su vuelta a los orígenes socialdemócratas no será creíble sin un sacrificio ritual. Pero parece inhumano, prolongar innecesariamente el sufrimiento. Es inhumano para el propio Zapatero partidario del derecho a una muerte digna. Y para el país que no se merece pagar tanto los costes de su fracaso.
Comentario final:
LA DEGENERACION DE LA
IZQUIERDA Y LA CRISIS DE LA GLOBALIZACION
Luis Bouza-Brey (23-12-10,
8:00)
Existe una cuestión que los europeos tenemos
que plantearnos de una vez, que es la de cómo impulsar la globalización sin
suicidarnos.
Y quien tiene que plantearlo es la socialdemocracia,
pues el neoliberalismo no lo va hacer, porque va a favor de la corriente del
mercado universal y la defensa de los intereses de rentabilidad y productividad
de las grandes corporaciones multinacionales.
Pero, tal como se están desarrollando las
cosas, la globalización hace que exista un dumping estructural favorable para
aquellos países que sepan sobreexplotar a sus trabajadores, manteniendo el
orden con sistemas políticos antidemocráticos e invadiendo los mercados con
productos abundantes y baratos.
La consecuencia de todo ello es que el
Estado de Bienestar occidental se hunde: sus mercados son invadidos por
productos externos, sus empresas se deslocalizan, las
inversiones fluyen hacia las zonas de mayor rentabilidad derivada de la superexplotación, y el trabajo se hace escaso, mal pagado e
inestable. La juventud no lo encuentra y los de mediana edad lo pierden
definitivamente, los Estados occidentales se endeudan aceleradamente, las
prestaciones de los servicios públicos se degradan o reducen, el sistema de
pensiones entra en crisis, y Europa va decayendo aceleradamente sin que nadie
sea capaz de plantear una alternativa a su agonía.
Por eso, no habrá una solución mientras
Europa no se construya políticamente de una vez y la socialdemocracia no se
organice a nivel al menos europeo, aunque también asiático, para plantear
políticas económicas de ámbito continental y mundial.
Pero la socialdemocracia vegeta, copiando al
progrerío norteamericano con sus “caralladas”
de la droga, las políticas de género, la sobrevaloración de los problemas del
mundo homosexual, o el apoyo a las políticas etnicistas
locales o a los fundamentalismos religiosos tercermundistas.
Mientras tanto, los neoliberales mantienen
su hegemonía a favor de la corriente del establecimiento del mercado universal,
la oposición a un auténtico poder político europeo, y el rechazo de todo lo que
ponga en cuestión un individualismo exacerbado que resulta falso y retórico,
además de suicida.
En fin, yo veo así todo este conjunto de
fenómenos que estamos sufriendo, derivados de una crisis estructural
internacional y que explica el conjunto de aberraciones que experimentamos, en
Europa y en España.