ZP, EL QUE LA HACE DEBE PAGARLA

 

Editorial de "La Gaceta" del 22-11-11

Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Ha llevado al paro a cinco millones de españoles; traído la desgracia a millón y medio de familias; conducido al país al riesgo de la intervención; empujado a la emigración o al hastío a una juventud sin futuro; y se ha reído de 857 víctimas de ETA y de sus familias. ¿Y qué hace, tras el veredicto de las urnas? Se toma su tiempo: Zapatero compareció al mediodía de ayer, como un señorito, a la hora del aperitivo, en lugar de dar la cara la noche de la debacle. Y después siguió excusándose, como un adolescente pillado en una falta, y se empeñó en endosar la culpa del desastre, de su desastre, a los mercados, a la crisis, al viento (“tenemos el viento en contra”). El caso es no asumir la responsabilidad que tiene contraída con los españoles.

Su excusa no puede ser más tonta. Porque antes de esa crisis excepcional, él ya había dividido a los españoles, negociado con terroristas, despilfarrado el dinero público, o pisoteado derechos y libertades fundamentales. Él y sólo él, no los malvados mercados o el viento, es el culpable de los cinco millones de parados y de que ETA haya puesto una pica en Flandes. Y si reaccionó ante la crisis, en mayo de 2010, fue obligado por Bruselas y encima demasiado tarde. Tan tarde que la confianza de España se ha despeñado, dejándonos a los pies del rescate.

Y que un personaje así, en lugar de hacer autocrítica, tenga la inmensa caradura de decir que “antepondrá los intereses de España a los del partido” es de juzgado de guardia. En realidad, a quien ha antepuesto los intereses de España y del PSOE ha sido a los suyos propios. Por eso carece de credibilidad su anuncio de que hablará con Rajoy. La gran tentación que acecha al PSOE es echarse el monte incendiando la calle en contra de Rajoy. Y Zapatero no ha hecho otra cosa desde que llegó a La Moncloa en 2004, negoció con terroristas a espaldas del Congreso y le hizo al PP la llave del judo del cordón sanitario.

No es eso lo que demanda el gravísimo trance de España. Un PSOE leal y con visión de Estado debería sumarse al cambio propuesto por Rajoy y estar dispuesto a reeditar una suerte de Pactos de La Moncloa. Si tiene respeto por sí mismo y por sus electores, debería refundarse en ese gran partido moderado de izquierda que falta en España. Si no lo hace, si persiste en su radicalización o en los experimentos del aprendiz de brujo, se estará suicidando. No tiene más que ver el descenso de Patxi López frente al crecimiento de Amaiur. El lehendakari que negoció con etarras sufre ahora su particular “Cría cuervos”. Que justamente López sea una de las alternativas a suceder a Zapatero resulta poco estimulante. Pero las otras opciones tampoco son para tirar cohetes: Chacón que acaba de sufrir un revés en su bastión catalán; y Madina, aquejado de un serio problema de síndrome de Estocolmo. Y suena a obsceno que Rubalcaba pretenda guardarse cartas para jugar una última baza. Francamente, ir al congreso ordinario con este panorama resulta poco serio.

Negro futuro le aguarda al PSOE tras la debacle. O se renueva de caras, estilo, contenidos y rumbo ideológico o no levantará cabeza. Pero su mayor rémora es el indocumentado que además de destrozar a España se ha cargado su propio partido. Por esto último merece irse ya mismo, por lo primero serían exigibles responsabilidades penales. Sus peligrosos experimentos nos han costado demasiado caros