EL PP, ATRAPADO ENTRE DOS DISCURSOS: EL DE RAJOY Y EL DE LOS
OTROS
Informe de Aniano Gago en “El Semanal Digital”
del 04.10.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que
sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un breve comentario al final:
NO DEBERIA HABER INCOMPATIBILIDAD (L. B.-B., 8-10-06, 9:30)
Pero no es como en
tiempos de Felipe y Guerra, o de él mismo con Aznar. Ahora es que él va con Ana
Pastor y Gabriel Elorriaga por un lado, y Zaplana y Acebes van por otro.
4 de octubre de 2006. Algo no funciona en el Partido Popular, y Mariano
Rajoy lo sabe. Su discurso no es el discurso del PP. Porque el PP en estos
momentos tiene dos caras, como el dios romano Jano. En esta imagen bifronte a
un lado mira el propio Mariano Rajoy y su equipo directo, como Ana Pastor o
Gabriel Elorriaga, y al otro lado Acebes y Zaplana, azuzados por Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez.
Del dicho al hecho
El pasado domingo en Palencia Mariano Rajoy asistió a la convención regional en
la que se proclamaron las candidaturas a las próximas elecciones regionales y
autonómicas. En su intervención Mariano Rajoy, entre otras cosas, dijo:
"Nosotros nos ocupamos del futuro, de ser eficaces y resolver los
problemas reales de los ciudadanos…; yo no me ocupo de la alianza de
civilizaciones, ni de Franco, ni de la República, ni de la prehistoria…".
Se refería, claro está, a Zapatero, pero ese enfoque también encerraba mucho
más, y es la mirada al futuro, a lo concreto, al hacer una oposición sobre
temas ciertos que preocupan a la sociedad.
¿Por qué, entonces, en el PP gastan tantas energías, ponen tanto acento, en el
11/14-M, que es pasado? ¿No dijo Rajoy en la última Convención Nacional del PP
que a partir de entonces tenían que pensar sólo en el futuro? Desde siempre los
partidos políticos tienen dos caras, la buena y la mala, la amable y la
desagradable. El dúo más famoso en este sentido fue el formado por Felipe
González y Alfonso Guerra. Pero en ese y otros casos semejantes, se trata de
algo convenido, aceptado por ambas partes, porque siempre tiene que haber
alguien que diga no, que asuma la parte antipática. Y, desde luego, el que
tiene que salir indemne es el líder.
De Jano...
Rajoy mismo tuvo que hacer muchas veces de malo con Aznar, como por ejemplo en
el gravísimo caso del Prestige. Rajoy dio la cara, la
suya, aunque se la pudieran partir, mientras Aznar prefería no desgastarse. Al
final, Aznar le recompensó de muchos de sus esfuerzos a Rajoy en este sentido
nombrándole sucesor a título digital.
Pero lo que pasa en el PP actual no es lo mismo de lo de entonces. Ahora existe
la sensación de que Rajoy va por un lado y quiere hacer una cosa, y otros van
por otra, sin consultarle. A lo mejor no es así, y lo acuerdan en los maitines
todos juntos, pero el resultado, en cualquier caso, no es bueno, porque la
impresión general, tertulianos y articulistas entre ellos, es que Jano obra por
su cuenta. Por cierto, que Jano es el dios de los cambios y las transiciones,
de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el
futuro. O sea, que en este sentido Mariano Rajoy tendría en este dios
mitológico un asidero y un apoyo justificado. Porque él debe hacer la
transición en el PP. El problema es que José María Aznar, posiblemente, sea el
auténtico dios Jano, con dos caras bien definidas: una la de apoyo a Rajoy,
porque él lo encumbró, y otra, contradictoria, de retirarle ese apoyo porque no
le complace en sus deseos de ser más duro y más berroqueño
con todo lo relacionado con el 11/14-M.
Está claro que "el espejo -del PP- tiene dos caras", como el filme
dirigido por Barbra Streisand,
cuya protagonista es una profesora de literatura muy inteligente y culta, pero
totalmente incapaz para relacionarse socialmente, mientras el otro personaje es
un profesor de matemáticas con problemas de personalidad. Al PP le pasa igual:
tiene gente inteligente y culta como el propio Rajoy, pero no llega bien a la
sociedad, al tiempo que la personalidad del propio partido es difusa y compleja,
al actuar de dos formas muy diferentes.
...a Plutón
Vuelvo a la mitología: en la griega Plutón era al mismo tiempo el dios de los
muertos y el de la riqueza, las dos caras de la moneda, una horripilante y otra
benevolente. Lo mismo le pasa al PP actual: va camino de morir, léase perder
elecciones, si sigue los pasos de lo absurdo, de los extremistas, de los
iluminados y otras yerbas, mientras que puede asentar las bases de un futuro
electoral más prometedor si utiliza el sentido común, ése al que hace tantas
alusiones el propio Mariano Rajoy y que tan poco abunda utilizan muchos de los
suyos. El PP tiene muchos motivos para morderle a Zapatero y al PSOE en la
yugular, desde el desastre de la inmigración hasta la política exterior, desde
los desequilibrios regionales hasta la seguridad ciudadana, pero lo que hace es
desviar su mensaje mirando al 11/14-M, basándose en supuestos e intereses
mediáticos.
Zapatero, Rubalcaba y Moraleda se ríen de sus contrincantes, porque se las
están poniendo a huevo. Y lo más importante: según todos los indicios, las
cosas en el PP van a seguir por ese camino. Que Rajoy asuma o admita que
Gabilondo le pregunte quién manda en el PP, si él o Jiménez Losantos,
es para que se preocupe muy de veras. Preocupación que alcanza también a los
militantes y votantes del Partido Popular. De todas formas, el futuro del
futuro de Rajoy, pasa por los resultados autonómicos y municipales. Y ahí se
está entregando. Nunca unas elecciones han sido más primarias y más baremo de
lo que vendrá en el 2008. Por eso nos espera un otoño, un invierno y una
primavera incandescentes, aunque llueva o nieve.
Breve comentario final:
NO DEBERIA HABER INCOMPATIBILIDAD (L. B.-B., 8-10-06, 9:30)
Pasan cosas
bastante inexplicables en el PP: tenemos un Gobierno que está conduciendo al
país a una situación de emergencia en los más diversos ámbitos, y eso exige una
respuesta firme y dura de alta intensidad. La oposición del PP es la única
esperanza que tienen los ciudadanos despiertos de que se pueda evitar la crisis
terminal del sistema democrático. Pero al mismo tiempo que se denuncian con
firmeza las barbaridades estúpidas del Gobierno es preciso elaborar una
alternativa sólida, y susceptible de ser aceptada muy ampliamente por la
opinión pública española. Dureza y creatividad son las exigencias que debe
satisfacer el PP urgentemente, y en mi opinión van demasiado lentos en la
segunda.
Lo que uno
no entiende es el por qué de esos enfrentamientos tan desmesurados entre FJL,
COPE, y El Mundo con ABC, RG y otros. Yo al menos, entiendo perfectamente la
necesidad de los dos, siempre que los que se definen de centro no crean que el
centro es evaporarse acongojonado
ante las estupideces demenciales del Gobierno, sin plantar cara con firmeza. Y
el mismo error puede estar cometiendo el PPC en Cataluña: no se puede buscar el
pacto con el nacionalismo por encima de todo, "como sea", cuando está
desbocado en pleno delirio soberanista miope. Si, en esas condiciones, se pacta
con el nacionalismo, es que uno se está dejando llevar al vacío delirante del
matadero como un corderito que bala pidiendo misericordia y comprensión.
¿Y qué decir
del 11M? Que están descubriéndose cosas demasiado aberrantes como para no
investigar. Ha habido manipulación o desaparición de pruebas e inversión
de las funciones de los defensores del Estado (Vean a Cosidó hoy), y eso es preciso
clarificarlo, así como intentar desentrañar posibles vínculos de los autores
materiales.
En las
películas del Oeste, cuando los caballos se desbocan, el "chico"
abandona el asiento de la carroza y se lanza por las grupas de los caballos a
coger las bridas del de cabeza para recuperar el control. No se deja ir hacia
el precipicio emitiendo gritos de impotencia. Y por el contrario, si al final
consigue restablecer el control, la "chica" cae rendida en sus
brazos. La ciudadanía de Cataluña y el conjunto de España empieza a estar
verdaderamente asustada en el interior de la carroza: hacen falta valientes
equilibrados que la salven, aunque tengan que abandonar el cómodo asiento y
jugarse el tipo sobre las grupas de los asnos... perdón, caballos.