EL CASO MILLET O LA CAÍDA DE LOS DIOSES
Artículo de Jordi García-Soler, periodista y analista político, en “El Plural” del 02 de octubre de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
El gran escándalo provocado en el conjunto de la sociedad catalana por el conocido ya como caso Millet ha puesto a la luz del día la grave crisis que afecta a la gran burguesía catalana histórica. El expolio que el presidente del Orfeó Català y el Palau de la Música Catalana de Barcelona, Fèlix Millet, ha llevado a cabo desde hace años en ambas entidades, con la complicidad evidente de un muy reducido grupo de colaboradores, adquiere cada día mayor magnitud económica. Pero lo importante en este asunto no es la muy notable cantidad de millones de euros –entre 10 y 20, al parecer- sustraídos por Millet y sus cómplices. Lo importante es que el gran protagonista de este caso sea precisamente “un Millet”, un personaje que hasta hace muy pocas semanas estaba considerado como una de las figuras emblemáticas de una cierta concepción de Cataluña, hasta el punto de acaparar hasta entonces más de sesenta altos cargos directivos en todo tipo de entidades y empresas catalanas.
El caso
Millet ha puesto al descubierto con absoluta
rotundidad que los herederos de aquella gran burguesía catalana que hace ya más
de un siglo supo poner en marcha la activa modernización de Cataluña, y muy
especialmente de la ciudad de Barcelona, en muchos casos se han convertido en
auténticos delincuentes de guante blanco, capaces de protagonizar todo tipo de
desmanes y tropelías al amparo de unos apellidos considerados intocables hasta
ahora.
No es éste el primer caso que apunta el ocaso de aquella histórica gran
burguesía catalana. El propio Fèlix Millet protagonizó hace ya más de un cuarto de siglo otra
estafa, la de Renta Catalana, en la que estuvieron implicados también Joaquim Molins y Josep Mª Trias de Bes,
por aquel entonces diputados de CiU en el Congreso, donde el primero llegó a
ser portavoz de su grupo parlamentario, mientras el segundo encabezó años
después la candidatura del PP por Barcelona en unas elecciones legislativas y
acabó su vida política como presidente de la compañía Trasmediterránea,
nombrado por el Gobierno de José Mª Aznar, del mismo modo que Fèlix Millet, vinculado
históricamente al nacionalismo catalán pujolista,
acabó recalando en la Fundació Catalunya Futur, la versión catalana de la FAES aznariana.
Millet, Molins y Trias de Bes, tres apellidos emblemáticos de la gran burguesía
catalana. Una burguesía que en el “caso Millet” se ha visto
sorprendentemente desnuda por completo, como el rey del cuento de
Hans-Christian Andersen, ya que Fèlix
Millet era considerado por esa burguesía como “uno de
los nuestros”, y ellos han sido, junto con las administraciones públicas,
fundamentalmente los estafados en este caso como mecenas de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música Catalana. Es el ocaso de los
dioses, el fin de una gran burguesía catalana que dejó de existir.