¡OA, OA, OA,
CHACÓN A LA MONCLOA!
Artículo de José García Domínguez
en “Libertad
Digital” del 30-11-11
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Acaso en su más célebre discurso en el Congreso, Alcalá
Zamora, el Botines para los castizos, le espetaría a un don Francisco de Asís y
Cambó que no se puede pretender ser el Bismarck de España y, al tiempo, el
Bolívar de Cataluña. Aunque conviene reparar en que aquella era otra España.
Tan otra que aún era España. La España hoy ausente que un socialista como
Prieto juraba llevar hasta en el tuétano de sus huesos. La misma que el
presidente Manuel Azaña defendería con dignidad ante la traición de los
catalanistas cuando la guerra incivil. Asunto bien distinto, pues, será
discernir ahora, tantos olvidos más tarde, si procede ejercer de albacea de
Pepe Rubianes y, a la vez, postularse heredero universal de Zetapé.
"¿Por qué no un actor si ya tenemos un
payaso?", fue la frase más celebrada de la campaña que enfrentara a Jimmy
Carter con el entonces aspirante republicano, un tal Ronald Reagan. Y otro
tanto se podría plantear aquí. ¿Por qué no Chacón si ya hemos sufrido a
Zapatero, Rubalcaba y Guerra, los tres padres putativos del Estatut?
A fin de cuentas, que la Nación española encubre bajo meras apariencias de
realidad un tosco artificio izado sobre el éter, suprema impostura a deconstruir, es lugar común compartido por todo progresista
peninsular que se precie. A esos efectos patológicos, que moren a una u otra
rivera del Ebro resulta asunto baladí.
Al cabo, idéntico prejuicio frente a España como
patrimonio sentimental padecen unos y otros. ¿Cómo comprender si no a una
izquierda que presume reaccionario a quien no reniegue, por ejemplo, de la
bandera de las Cortes de Cádiz, el estandarte de quienes elevaron a ciudadanos
a los siervos de la gleba? Nos ha tocado en gracia una progresía que abjura de
la Nación. Y encima renunciamos a disponer de una educación nacional. Francia
existe porque se forjó en la escuela francesa. Y de sobra es sabido que Italia
fue alumbrada antes de que naciese el primer italiano. Aquí, sin embargo,
acontece lo contrario. Si, como predicaba Renan, la
Nación fuera un plebiscito cotidiano, nosotros lo estaríamos perdiendo cada vez
que suena el timbre de entrada en las aulas. ¿La Chacón a Ferraz? ¿Por qué no
una (mala) actriz?
José García Domínguez. Economista, sociólogo y graduado
en Economía del Sector Público por la Universidad de Barcelona. Miembro
del blog Heterodoxias.es