ALABANZAS A ZAPATERO: EL REY NOS TRANQUILIZA
Artículo de Juan Carlos Girauta en “Libertad Digital” del 12 de mayo de 2008
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
No creo estar
estirando las palabras de don Juan Carlos al entender que está tomando partido,
implícitamente, en varios de los conflictos que han agitado a la ciudadanía en
los últimos años.
No
divaga el presidente, sabe lo que hace y hacia dónde va. Esta es la mitad del
sorprendente mensaje del Rey sobre Zapatero. La otra mitad es que el presidente
es íntegro y recto. El Jefe del Estado, como cualquiera, tendrá una opinión
sobre cada personaje y sobre cada asunto de interés público. Lo peculiar es que
esta vez emite su opinión personal ante una periodista. El mensaje nace pues
para ser difundido.
Al
pronunciarse en estos términos sobre un presidente vivo y en ejercicio, el Rey
hace una excepción. Y esa excepción contiene un aval explícito que desborda el
respeto institucional. No creo estar estirando las palabras de don Juan Carlos
al entender que está tomando partido, implícitamente, en varios de los
conflictos que han agitado a la ciudadanía en los últimos años.
Muchos
creímos que la negociación del Gobierno con ETA era una estrategia insensata y
oportunista, carente de realismo y –en el mejor de los casos– inconsciente de
consecuencias tan nefastas como el reforzamiento de los terroristas, su
legitimación y la de su causa, el aprovechamiento de las concesiones apuntadas
por parte de cualquier independentismo (piénsese en cómo Ibarretxe calca ahora
las ofertas del Gobierno a la ETA). Pero el Jefe del Estado, símbolo de su
unidad y permanencia, nos comunica que el responsable de ese proceso sabe lo
que hace.
Cuantos
vimos en el impulso zapaterino del Estatuto catalán un acto de profunda
irresponsabilidad, el movimiento táctico de alguien dispuesto a cualquier cosa
con tal de aislar al PP para perpetuarse en el poder (por ejemplo, a la
cronificación de todo tipo de conflictos territoriales, como demuestra la
actual polémica sobre financiación), sabemos por el Rey que los objetivos del
impulsor estaban bien orientados y definidos.
Si
en el acoso gubernamental a las víctimas del terrorismo, en los ataques y
coacciones a la Iglesia, en la recuperación de categorías guerracivilistas bajo
subterfugio de memoria histórica o en ese cordón sanitario que ya ha logrado
sus fines de castración ideológica del adversario advirtió media España, con
honda preocupación, la gestión de un disparatado revanchista consagrado a
incendiar calculadamente la convivencia ("lo que nos conviene es que haya
tensión"), hoy nos invita el Rey a un nuevo enfoque. Podemos bajar la guardia
porque Zapatero sabe muy bien lo que hace.
Menos mal que todo lo anterior, además de hacerse con
conocimiento de causa y previsión de futuro, es obra de un hombre recto e
íntegro, porque tenía toda la apariencia de tratarse de un cambio de régimen erigido
desde la quiebra del imperio de la ley y el más maniqueo sectarismo. Gracias al
Rey nos quedamos más tranquilos.
Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.