LA GUERRA DE LIBIA PERTURBA LA SUCESIÓN DE ZAPATERO
Un amplio sector del
PSOE propugna realizar ya unas primarias de urgencia con un único candidato:
Rubalcaba
Artículo de José Antonio Gundín
en “El
Semanal Digital” del 24 de marzo de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con
el "Sí a la guerra" no contaba nadie en el PSOE, ni quienes se mueven pensando
en la sucesión del líder, como Rubalcaba, Chacón y Bono, ni quienes planean la campaña electoral de mayo, como José
Blanco. Ha estallado
otra guerra, la tercera en los últimos años contra un país musulmán, y casi
todo ha saltado por los aires, empezando por el calendario del presidente del
Gobierno. Sabido es que Zapatero actúa como un celoso administrador de sus tiempos, tarea a
la que da gran importancia, pero será difícil que pueda sustraerse a las
perturbaciones de los bombardeos de Libia y que Gadafi no sea para él lo que Saddam
Husein fue para Aznar.
Sostienen
los cínicos, tan abundantes en política, que las guerras no son justas o
injustas, sino victoriosas o desastrosas, de ahí que el destino político de
Zapatero ya no esté sólo en sus manos, sino también en lo que suceda con el
dictador libio. Si éste sobrevive a la andanada aliada y se perpetúa en el
poder, la era Zapatero no podrá siquiera apuntarse un éxito postrero que le
maquille el desastre de su política economía. Pero si las tropas aliadas,
incluidas las españolas, se ven en el trance de invadir Libia, entonces tal vez
será peor y el fantasma de Sadam volverá de
ultratumba para desolación de aquel "No a la guerra" que tanto rédito dio al PSOE.
De
entrada, la guerra libia les ha cogido a contrapié a los dirigentes socialistas
y en Ferraz
lloran por las esquinas ante una sangría de votos hacia Izquierda Unida que les dejaría en los
huesos. La "exclusión aérea", como gustan llamar en el Gobierno a los bombardeos
para no citar la palabra "guerra", ha llegado en el momento más
inoportuno para los intereses electorales de los socialistas. Nada hay en ello
que les pueda beneficiar; al contrario, es mucho lo que les puede perjudicar,
tanto en los comicios locales y autonómicos, como en las generales que vengan a
continuación.
Hace
ocho años, Zapatero izó la bandera del pacifismo con gestos efectistas como
limitar por ley el número de soldados españoles en misiones exteriores. Pues
bien, su Gobierno ha sido no sólo el que más tropas ha
enviado a conflictos diversos, sino que además se ha apuntado a su propia guerra.
Otro mito político-electoral que se derrumba en la izquierda. Lo cierto es que
llegó al poder oponiéndose a una guerra y se despedirá montado a lomos de otra.
Consciente
de que cada día que pasa empeoran aún más las perspectivas electorales, un
sector amplio del PSOE quiere acelerar ya sucesión de Zapatero. Cuenta para
ello con el apoyo y la presión constante del grupo Prisa, cuya apuesta por Rubalcaba
es aireada sin disimulo ni contención. Hay urgencia en prejubilar a Zapatero,
al que quieren hacerle un ERE sin anestesia y sin primarias. Para ello han
acuñado una frase mágica que está pasando de mano en mano como un amuleto y que
dice así: "Es necesario realizar unas primarias de urgencia con un único
candidato". Dicho sin tanto circunloquio: esto es la guerra, la del PSOE,
no la de Libia, y hay que proclamar ya a Rubalcaba como sucesor para evitar la
madre de todas las debacles. Y que el marrón de Gadafi se lo coma Zapatero
hasta las últimas consecuencias. En eso están.