EL "ELEFANTE BLANCO" DEL PP
Artículo de Antonio Pérez Henares en su
blog “La Marea” del 24-5-08
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que
sigue para incluirlo en este sitio web.
La cacería mediática se inició al día siguiente. “Queremos la cabeza de
Mariano Rajoy”. Arrecia: “Antipatriota, vendido al PSOE, traidor a los muertos,
Neron con ínfulas de Caligula,
Barbiagripina con hechuras de Mesalina, dictador”.
Son la punta de lanza. Las trompetas de la orquesta que tocan “Degüello”, como
le tocaban los mariachis de Santana a los de El Álamo.
Pero no hay fuerza para la alternativa. Faltan avales. Saltan
teloneros. Se quema quien dio el salto hacia las uvas cuando aún estaban
verdes. Varias manos mecen la cuna. Poco a poco se perfilan quienes dirigen el
operativo y a quienes se va identificando por sus recaderos. Vieja guardia y al
fondo un bigote. Zaplana y la teoría de la conspiración del 11-M , quienes han tenido amarrado al PP al escenario donde les
destrozan el lomo y los votos. Se visualiza el desaparecido Mayor Oreja con sus
huestes. Poco a poco va tomando cuerpo la dimensión de la ofensiva.
La acusación es de guerra de Gila : “Alguien
ha matado a alguien” o sea “Algo se está haciendo no mal, sino muy mal en la
dirección del partido”. Maria San Gil da la
espantada. Su persona es admirable pero no hay explicación a su actitud. No la
da. Los cuarenta días de reflexión se convierten en dos horas. Y salta ortega
Lara, otro icono, intachable, un referente en el corazón de los españoles y de
su partido. Y otra vez la sombra de Mayor Oreja como muñidos probable.
Pero ya hay mayor destape. Maria se va y
Ortega porque maltratan a Maria y ya Aznar se “disgusta”
porque se van los dos y siguen saliendo enristradas por la misma razón las
cerezas. Todas las cerezas menos una.
Porque esto, con la sangre ya en el rio, con las heridas sin posible
cicatriz en junio, lleva rumbo de ruptura, deriva de escisión. Pero ¿alguien
puede creer en las posibilidades electorales de un segmento a la derecha de PP
fuera del PP?. Nadie. Ni ellos. Lo malo es que no hay
quien acabe el acoso y el derribo. Siguen sin poder mostrar un banderín de
enganche. ¿Costa?. No hagan bromas. Sería meter en lid
a un escudero a la espera de que el señor caballero blanco entre al palenque.
Hay dos opciones. La que se intenta en primer término. La pretendida
desde el instante mismo del 9-M. Que sea el propio Rajoy quien tire la toalla,
que se haga el haraquiri. Pero el gallego aguanta y el que resiste gana. Porque
si resiste gana. Y encima, ese es su gran delito, ahora quiere hacer lo que no
hizo cuando le nombraron a dedo. Ganar el Congreso y volar libre. Eso algunos
no están dispuesto a permitirlo. Tienen que derribarlo ante del 20 de marzo. No
puede llegar al Congreso. Ese es ahora el objetivo.
Pero hay otro. La cereza final. El “elefante blanco”. El que aparezca
en medio de la turbamulta, el que pueda presentarse como factor de unidad entre
dos bandos ya irreconciliables, el único que la acongojada militancia pueda
entender como tabla de salvación y de unidad. Algunos, los que quisieron
ponerlo en tiempos como posible heredero, no lo fue nunca, sacan a pasear a
Mayor Oreja, pero a este se le ha visto demasiado la idem
en un bando. Sigue sin valer.
Y entonces?. Pues si.
El que están pensando. No hay otro. El que está callado, poniendo distancias
sin meterse en el combate. No puede estar en la degollina. No puede mancharse.
El “elefante blanco” del PP es Rodrigo Rato. Pero puede que como aquel no
aparezca. No le de la gana, no las tenga, o estime
excesivo el riesgo, de presentarse ante el Congreso. Y otro ¿entonces?. Pues los conspiradores se pueden quedar colgados de su
propia brocha Y que un Rajoy ganador sólo les deje tan sólo la salida de “un
pacto del capo” para firmar su retirada. Pero
entonces junio no sellará paces sino el inicio de una nueva guerra. Tal vez de
una escisión. Buesa ya ha abierto la puerta a la
desbandada. Quizás Rosa Diez tenga pronto más de un diputado