OTRA CATALANA ESTUDIA RECURRIR ANTE EL TC LA
IMPOSICIÓN LINGÜÍSTICA DE CATALUÑA
Informe de Guillermo Moratinos, Madrid, en “El Imparcial” del 1-4-10
Por su interés y relevancia he
seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web
Con un muy breve comentario
al final:
ETNOCIDIO
CON ALEVOSÍA Y A PLENA LUZ
DEL DÍA
Luis Bouza-Brey, (3-4-10,
9:30)
"No puede ser que te multen por hablar el idioma
de tu país". Con esta afirmación, Feliciana Piris ha denunciado que fue multada en febrero de 2009,
tras haber cambiado los letreros principales de su negocio al catalán, por
mantener cuatro carteles menores en castellano. A la espera de la resolución de
los dos recursos que Piris impuso, esta catalana
natural de Cardona se plantea seguir el ejemplo de Manuel Nevot
y recurrir ante el Tribunal Constitucional.
Si el
caso de Manuel Nevot llamó la atención hace unos días
al interponer
un recurso ante el Tribunal Constitucional por ser multado por no cambiar los
rótulos de su inmobiliaria al catalán, hay muchos otros muy
parecidos que nos dejan asombrados y que han aumentado en los últimos meses.
Feliciana Piris es la dueña de la mercería Blau Marí que tuvo que cambiar el
nombre de su negocio (Azul Marino) al catalán tras la instauración de la
imposición lingüística que la Generalitat catalana ha llevado a cabo en los
últimos años.
Tras
los dos recursos interpuestos y a la espera de su resolución, Piris ha explicado a EL IMPARCIAL que aboga por presentar
un recurso ante el Tribunal Constitucional una vez que se resuelvan, ya que
"una cosa es cobrar el dinero de las multas y otra, quitarnos
derechos".
La
comerciante se siente perseguida en pleno siglo XXI y alude a que si más de 500
millones de personas hablan castellano en todo el mundo, hay que defenderlo.
"No puede ser que te multen por hablar el idioma de tu país", ha
considerado Piris.
Hace
unos años, la dueña de la mercería prefirió cambiar el idioma del nombre de su
negocio para evitar problemas. Sin embargo, éstos llegaron. En febrero de 2009,
Piris recibió la inesperada visita de una inspectora
de la Oficina de Consumo. Esta señora le recriminó que no podía mantener en
castellano el sufijo "lanas y telas, etc." del cartel principal y que
no estaba permitido tener en el interior de la tienda los carteles de 15
centímetros en los que se podía leer "prohibido fumar", "los
hilos no se cambian" y "ofertas de retales a cinco euros".
La
inspectora, que estuvo haciendo fotos sin pedir permiso, impuso a Piris una multa de 1.200 euros que la comerciante se negó a
firmar. "No me negué a cambiar el rótulo, pero no voy a pagar nada porque
el letrero lo puse hace 22 años y estoy en mi país", alude Piris cuando recuerda el suceso.
Además,
Feliciana Piris ha
explicado que la inspectora la amenazó con que "en dos meses irían a ver
los cambios y, si no había ninguno, le pondrían una 'buena' multa", con lo
que no les quedó otra que tapar parte del letrero principal y quitar los
carteles que estaban dentro en castellano.
"El
80 por ciento de mis clientes habla en castellano, muchos son emigrantes
andaluces, gallegos, etc.", ha comentado la comerciante, que asegura que
"en los comercios la clientela te habla como sea, sin problemas".
Sin
embargo, con el paso de los meses la historia se fue complicando aún más. La
sanción que tenía que haber recibido antes del verano llegó el 4 de agosto de
2009, con el establecimiento cerrado y con Felicidad Piris
en plena baja de un año por una enfermedad.
La
sorpresa fue al abrir la multa. En el interior se aludía a que un vecino la
había denunciado en 2008. "No es verdad, nadie te denuncia por hablar en
castellano", ha comentado Piris, que ha acusado
a la asociación independentista Catalunya Acció,
liderada por Santiago Espot, de ser la responsable de
estas denuncias ciudadanas.
No
son de extrañar las palabras de Feliciana Piris, después de las declaraciones de Espot
en febrero de 2010 en Canal Català TV, en las que
reconocía que su asociación había puesto "3.000 denuncias haciendo uso de
un derecho que nos confiere la ley".
Aún
así, mientras la Administración catalana sigue con su cruzada contra el
castellano, muchos otros negocios de inmigrantes continúan con sus letreros en
euskera, chino, inglés o árabe.
La
dueña de Blau Marí ha dicho
que en su barrio hay más miedo que antes a las multas. "Ahora hay más
presión y la gente está cambiando los letreros de sus negocios, además, hay
miedo en el barrio porque nadie quiere meterse en procesos judiciales, que
cuestan dinero", ha considerado Piris.
Además,
la comerciante ha explicado a este diario que conoce a "un montón de gente
que ha pagado hasta 3.200 euros de multas", ya que en Cataluña "el
castellano es como una lengua extranjera y estoy segura de que esto no es
legal".
Por
último, Feliciana Piris ha
comentado que tendrá que cerrar su negocio una vez que se incorpore tras su
enfermedad. "Con un año de baja, con los impuestos y con las multas, voy a
tener que cerrar" pero "me voy a dedicar totalmente a esta causa
porque debe ser ilegal que estando en mi país tenga que hablar la lengua que
quieran otros, es el colmo".
Muy breve comentario final:
ETNOCIDIO
CON ALEVOSÍA Y A PLENA LUZ
DEL DÍA
Luis Bouza-Brey, (3-4-10,
9:30)
Lo peculiar de esta democracia bananera en
que moramos es que se cometen las mayores aberraciones sin que nadie mueva ni
una ceja. Y el espacio étnico catalán es una buena muestra de aberraciones
consumadas con alevosía y a plena luz. No otra cosa es, si no, la política
lingüística seguida por estas tierras, por la cual se prohíbe el uso del idioma
oficial del Estado, se diseñan instituciones con criterios étnicos excluyentes
en plena Unión Europea, se aplasta el pluralismo étnico de la sociedad y se
viola el pacto constitucional del 78 que establecía una democracia basada en la
libertad y el pluralismo.
Pero esta política de hechos consumados no
es paralizada por la mayoría parlamentaria y el Gobierno, chantajeados por
minorías anacrónicas y antidemocráticas, ni tampoco bloqueada por el poder
judicial ni la jurisdicción constitucional, ni la Fiscalía del Estado, que
hacen oídos sordos y cierran los ojos ante lo que constituye una violación
flagrante de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, la Constitución y
la dignidad democrática de los españoles.
El diccionario de María Moliner define
el ETNOCIDIO como “Exterminio de un grupo étnico”, que en este caso se
realiza de manera taimada y sin muertes físicas, aunque sí jurídicas, y que
resulta de la degeneración de los grupos nacionalistas catalanes desde un
nacionalismo cívico a otro étnico y antipatriótico que pretende extirpar el
pluralismo de Cataluña mediante la violación de la Constitución, y el Estado de
Derecho. Pero los que ostentan el poder o aspiran a ello no se mueven a fin de
no poner en peligro su dominación. La consecuencia es que la democracia
española se está transformando a plena luz en una aberración etnonacionalista repugnante para cualquier demócrata con un
mínimo de conciencia y dignidad. Por ese camino no hay salida.