UN FUTURO PROMETEDOR...
COUSAS A 19-12-15
Luis
Bouza-Brey
Hoy
hago una excepción publicando el artículo
de Luis Ventoso en "ABC", dado que estamos en día
de reflexión y el artículo
es relevante.
Creo
que Rivera se equivocó al no definir mejor sus posiciones hasta el último
momento, y eso le ha perjudicado.
La
fobia al PP es demagógica y estúpida,
aunque los corruptos deban ser castigados, y pronto, no en el próximo siglo.
Pero
la alternativa al PP es suicida, si corresponde ejercitarla a Sánchez,
Iglesias y mareas y/o nacionalistas.
Rajoy
lo ha hecho mal esfumándose durante casi toda la legislatura, aunque ahora
parece haberse enterado, pero su eclipse durante cuatro años lo pagará mañana.
Sin
el apoyo de Ciudadanos no hay salida al caos.
La
reforma de la ley electoral es la más vitalmente importante de todas
las pendientes, y exige reforma constitucional... PP, más
Ciudadanos, más Susana Díaz, más quizá Podemos, pueden articularla.
Si no, vamos dados.
Albert,
marear la perdiz te perjudica entre el electorado, de centro izquierda, centro
y centroderecha que podía
apoyarte y no está para demagogias y estupideces
izquierdosas.
Estas
son unas reflexiones a bote pronto sobre lo que se puede avecinar.
Ved
lo que dice VENTOSO:
PEDRO
& PABLO
LUIS VENTOSO,
'ABC (1ª
Edición)' - 2015-12-19
Si
ocurriera, la cosa sería más o menos así…
Finales
de enero. Por una vez los sondeos han atinado: el PP ha ganado, con casi 130
diputados. Pero Rivera, fiel a lo que ha venido diciendo en campaña, decide
abstenerse en la votación
de investidura de Rajoy. España repite entonces lo que acaba de ocurrir en
Portugal: ganó la derecha y gobernará la izquierda. Las puertas de La
Moncloa se abren para una gran coalición «progresista», que nos librará por
fin de Rajoy –«el de los recortes, la corrupción y el plasma»– y permitirá llevar a cabo «auténticas políticas de izquierda» y «abrir la segunda Transición». Pedro y Pablo, que en su día
ya se asociaron sin problemas en los ayuntamientos, alcanzan rápidamente
un acuerdo para formar un Gobierno de coalición PSOE-Podemos.
Se
acabó la austeridad. Llega la hora de las «políticas sociales de progreso». Pedro y
Pablo suben las pensiones, amplían
la cobertura del desempleo, crean una renta de emancipación
para los jóvenes, aumentan el salario mínimo, duplican la contratación en hospitales y escuelas públicas, derogan la reforma laboral,
retiran el copago de fármacos, reponen las primas para la energía verde y prohíben
la presencia de clérigos en los funerales de Estado (salvo
si son mahometanos). A cambio, se aumenta el IRPF a las clases medias, se cruje
fiscalmente a los más pudientes y se sube el impuesto
de sociedades; «caña
al capitalismo de amiguetes», como bien dice Pablo. La «segunda Transición» también
avanza. Se cambia la Constitución,
para que conste por escrito que los catalanes son más altos, más
rubios y más guapos que el resto y además
recibirán más parné.
¡Mira
que era fácil! En dos meses, Pedro y Pablo le
han dado la vuelta a España.
A
finales de año el déficit público
se ha desbocado. La inversión
en España ha caído en picado, porque la nueva legislación
laboral y la nueva fiscalidad retraen a las empresas. El paro y la prima de
riesgo suben. Las cuentas se despendolan. Merkel frunce
el ceño. Pedro y Pablo reciben una llamada apremiante de Junker
y Donald Tusk: una amenaza en toda regla para que
viren de inmediato y retornen a la consolidación
fiscal, como ha hecho Tsipras. En cuanto a la nueva
España federal, al final los aguinaldos para Cataluña no han servido de nada:
los separatistas responden que el tiempo del federalismo ya ha pasado y que a
ellos solo les sirve la independencia. La ruptura de España es más
plausible que nunca.
La
cosa se ha puesto chunga para Pedro y Pablo. Al final era verdad: en el marco
de la UE y con un país fuertemente endeudado no había margen para un vuelco
alternativo. ¿Qué hacer
ahora? Pedro y Pablo se reúnen en La Moncloa con Jordi Sevilla, César
Luena, Errejón, Echenique, Carmen Chacón,
ministra de Defensa, y Rubalcaba, que también
ha vuelto. Tras una productiva tormenta de ideas intensa, Pedro y Pablo
comparecen juntos para anunciar solemnemente una decisión histórica: el Gobierno de progreso ha
decidido desenterrar a Franco y chapar el Valle de los Caídos. Pablo, tierno como él solo, declama unas citas de Gramsci. Una lágrima
emotiva y perlada rueda sobre el lunar de su mejilla. La prima de riesgo sube a
470 y el paro corre en moto. La casta ya es historia.