EL DISCURSO DE NAVIDAD, UN
DISCURSO ZA-PATETICO
Luis Bouza-Brey (26-12-09)
Con el debido respeto al Rey, quien para mi
mantiene una autoridad que se ha ganado durante la transición y gran parte del período
democrático, quiero señalar que el discurso de Navidad del Jefe del Estado es
el parto de un ratón en el que se nota el tira y afloja entre una visión real
de la crisis de la democracia española y la visión descerebrada del gobierno
actual y su actuación permanentemente oportunista, orientada a conseguir el
poder o mantenerse en él por cualquier medio.
Porque no otra cosa es el contraste entre el
señalamiento de la falta de cohesión, de la carencia de entendimiento entre los
políticos, de la ausencia de sentido de Estado por parte de los mismos, de la
gravedad de la crisis económica, de la deslegitimación de las instituciones y,
en general, el señalamiento de los graves males del país, y su contraste con la
pobreza de la terapia indicada para
remediar estos males: buena voluntad, buenos modales, y un pacto
económico-social junto a otro de índole educativa.
¿Pero cómo se puede quedar uno tan
corto con tan pequeños remedios para tan grandes males? Tenemos un país en la
UVI por la crisis económica y social, por la crisis cultural, por el golpismo
ladino y consentido de los nacionalistas, por el desgobierno, por la
corrupción, por la crisis del modelo de Estado, por la desmotivación y desapego
hacia el sistema del conjunto de la sociedad, por la parálisis de las
instituciones… y en el discurso del Rey no se habla de la necesidad urgente y
vital de un Pacto de Estado al menos entre los dos grandes partidos para atajar
el derrumbe de la democracia.
Pero claro, el Pacto de Estado
exigiría, para poder realizarse, que Zapatero fuera censurado y que Rajoy y el
PP plantearan una alternativa de salvación nacional al desgobierno zapatético y a sus alianzas contra natura ---en Cataluña y
en el conjunto de España--- con los enemigos de la democracia española,
aquellos que quieren destruirla para conseguir implantar el etnonacionalismo y
nuevos Estados soberanos en Cataluña, Euskadi y Galicia. Pero también exigiría
una alternativa del PP al desgobierno zapatético
derivado de un izquierdismo obsoleto, en alianza con IU, y solamente preocupado
por el pasado, sin visión de la realidad actual ni del futuro.
Y ni Zapatero será censurado, ni el
PP planteará una alternativa, ni ejercerá una oposición frontal para obligar a
la dimisión de Zapatero, e incluso puede que se deje atrapar por las demandas
de consenso. Por eso, el Pacto de Estado no se producirá, y España seguirá
descendiendo a los infiernos del derrumbe de la democracia sin que nadie haga
nada por impedirlo. Patético. Zapa-tético.