REFORMISMO
O DESCOMPOSICIÓN
Luis
Bouza-Brey, 4-4-15
Comentario
a un artículo de Francisco Rubiales en "Voto en Blanco" del
4-4-15:
"La
'traición' de Pablo Iglesias hace retroceder a Podemos":
Lo
esencial del régimen constitucional del 78 creo que constituye la estructura adecuada
para la sociedad española. Pero existieron en su diseño errores, y en su desarrollo perversiones, que lo están hundiendo:
La
ley de hierro de la oligarquía, no contrapesada por controles democráticos y judiciales, y fomentada por un sistema electoral que falsifica
la representación y diluye la responsabilidad, están fomentando la corrupción, la lógica oligárquica
y la deslegitimación del sistema.
El
modelo de Estado autonómico, indefinido y abierto constitucionalmente, fundado en un
principio dispositivo total, y desarrollado con la lógica de la cesión a los nacionalismos étnicos, ha centrifugado el Estado,
fomentado el fundamentalismo nacionalista, y anulado los controles políticos, constitucionales y judiciales que son el fundamento de la
democracia y el Estado de Derecho.
El
poder jurisdiccional --judicial y constitucional-- ,
regido por leyes procedimentales de hace dos siglos, carente de recursos y
dependiente de órganos políticos de control, se ha transformado en una institución dependiente, ineficaz y lenta,
que transforma la jurisdicción en una caricatura de la justicia
y dinamita los fundamentos de la democracia y el Estado de Derecho.
El
movimiento del 15M fue un proceso de protesta justificado, de rechazo de la perversión, estancamiento y corrupción del régimen, pero ha dado origen a un
partido dirigido por neocomunistas y demagogos incapaz
de aportar soluciones a los problemas del país. La protesta está justificada
y es necesaria, pero es sólo el primer paso de un proceso de cambio político; si toman su control grupos ideológicamente anacrónicos, o demagógicos, pueden conducir al país al desastre.
Por
todas estas razones, uno no cree en planteamientos que pueden tirar por la
borda el régimen constitucional del 78 y el sistema de libertades. Uno confía en el procedimiento reformista para cambiar los elementos del régimen que se han transformado en
disfuncionales: sistema electoral, Estado Autonómico y poder jurisdiccional.
El
problema es encontrar los actores y diseñar las fórmulas para poder llevar a término estas reformas, porque harán falta decencia, energía y amplios acuerdos para sacarlas
adelante. Si estos requisitos no se dan o no se crean, la Patria está en peligro,
sometida a los ataques de demagogos, sediciosos y yihadistas,
que la conducirán al caos y la descomposición y acabarán por hundirla.