IDEAS BÁSICAS PARA UNA CATALUÑA DEMOCRÁTICA
Luis Bouza-Brey, 6-6-15
CATALUÑA PLURALISTA
La España plural ha sustituido al franquismo
autoritario, monolingüe y homogeneizador, pero Cataluña
también ha de ser plural. No se puede reclamar una España que admita la diversidad con el fin
de construir una Cataluña etnicista y monolítica.
El ideal de una España que une lo diverso es el que tiene
que regir también en una Cataluña que sólo podrá sobrevivir en un marco de pluralismo
y democracia.
ETNICISMO ANTIDEMOCRÁTICO
El nacionalismo moderno es
incompatible con el etnicismo: Cataluña es una sociedad plural, de
ciudadanos libres e iguales, no el monopolio de una minoría étnica.
Intentar imponer a la Cataluña actual los principios y mitos
constitutivos propios del S XIX es una aberración suicida, resultante de una
esquizofrenia paranoide que choca frontalmente con la realidad interna e
internacional. Sólo puede conducir a la fragmentación y a la imposición dictatorial de una minoría étnica sobre la mayoría. Los principios de libertad,
igualdad y solidaridad son los principios vigentes en las sociedades
occidentales modernas.
El etnicismo es reaccionario y
antidemocrático. Una sociedad
democrática es aquella en la
que todos los ciudadanos son libres e iguales, independientemente de su origen
y demás circunstancias
religiosas, étnicas, lingüísticas o culturales. El monolingüismo que se intenta imponer
mediante la falsa "normalización lingüística" es una aberración etnicista,
antidemocrática e
inconstitucional.
INTERDEPENDENCIA Y SOLIDARIDAD
DE CATALUÑA
¿España nos roba? El resto de España es el principal cliente de Cataluña, que favorece nuestra riqueza y
permite la sobrevivencia del Estado de Bienestar, basado en pensiones y
seguridad social, infraestructuras comunes, sanidad, y sistema educativo públicos.
Somos interdependientes y solidarios,
con el resto de España y con la Unión Europea, salvo que queramos
transformarnos en una Albania del Mediterráneo Occidental, expulsada de la Unión Europea.
INDEPENDENCIA, RUPTURA Y
MARGINALIDAD
La independencia de Cataluña es un objetivo indeseable: rompe
con el resto de España y la Unión Europea y transforma a aquélla en un territorio marginal en
Europa. Su imposición crearía un corralito económico insolvente, estancado y
fracturado por un conflicto étnico y político básico, que generaría inestabilidad y degradación económica, política y social.